Ni sorpresas ni protagonistas en el State of Play que nadie había pedido

Es cierto que habían avisado: nada de información nueva sobre PS5 y nada de PlayStation Studios. Y sin duda era complicado hacer un State of Play, esta noche, sin esos dos ingredientes. Pero también era difícil publicar uno tan irrelevante a las puertas de una nueva generación.

Y mira que empezó bien la cosa: Crash Bandicoot 4: It’s About Time sigue pareciendo, además de un regreso simpático, un juego de plataformas variado, vistoso y divertido. Lou Studdert, productor en Toys for Bob, contó contó sus cuatro cosas –que han tenido en cuenta a los fans de siempre y a los nuevos jugadores, que los distintos personajes cambian de traje según exigencias del guion, que las máscaras tienen poderes– con cierta gracia y sin enrollarse. Seguramente hará falta algo más que eso para que dejemos de ver el Modo Invertido como un relleno (esa parte la hace Beenox, puede pasar de todo), pero me temo que Activision ha vuelto a ganar.

Después, cómo no, vimos al Agente 47 colarse en un guateque. Pronto veremos si le resulta tan fácil meterse en PSVR: cuando salga Hitman III, en enero de 2021, toda la trilogía será compatible con el nuevo modo en primera persona para realidad virtual.

Y a partir de aquí, más indies que otra cosa. Ningún problema con eso, faltaría más… pero no me jodas, querido Blow: por un momento pensé que aquello era una secuela –o precuela, por lo de ir el tiempo hacia atrás– de Braid. Resulta que no, que es una Anniversary Edition (para celebrar los 13 años que cumple en 2021, que ya me dirás) con mejoras gráficas muy notables y un puñado de anotaciones o comentarios sobre el diseño que sin duda nos van a tirar de la silla. Lo de enfadarse con Braid es territorio prohibido, pero me pasa lo mismo que con Vanquish y Bayonetta: en mi cabeza siempre será un juego de Xbox 360.

Con The Pathless, creo, quedó claro el principal problema de este State of Play: el logo de PS5 ha dejado de ser algo especial cuando todavía sabemos muy poquito de la consola. Lo próximo de Giant Squid estará disponible en la nueva máquina de Sony, pero lo visto hoy es el mismo juego que tendremos en PS4, Apple Arcade y la Epic Games Store.

Y no le estoy pidiendo a un juego así que me venda la next-gen, faltaría más. Lo que quiero decir es que, sin más información sobre la consola, el catálogo de lanzamiento, la retrocompatibilidad o el Plus, a cualquier título anunciado para PlayStation 5 le toca aguantar una presión enorme. Algo similar le pasó a más de uno en el último Inside Xbox; al final es algo indicativo de que los nuevos cacharros están cerca, claro, pero son otro tipo de proyectos los que deberían liderar la carga.

Menos lecturas admite Spelunky 2. El primero era perfecto, así que Derek Yu y Blitworks tiran por el «más de lo mismo» sin tener que dar explicaciones. Cooperativo online, pavos que se pueden rescatar o tirar a una piscina de lava y, por fin, fecha: el 15 de septiembre en PS4 –en Steam estará disponible un poco más tarde y a partir de ahí se verá si llega también a otras plataformas.

¡Momento popurrí! Todavía no tengo claro si, al hablar de Genshin Impact, debería dar más importancia al vergonzoso plagio o a mis cientos de horas con Honkai Impact 3rd; llegará también aquí en otoño y, que me perdone Aonuma, sé que voy a caer. Y ojo con AEON Must Die, porque los de Limestone Games, en Estonia, han interpretado los excesos de la acción japonesa de una forma que recuerda a Furi. No conviene hacerse ilusiones, por desgracia: varios documentos y mensajes en redes sociales señalan que los trabajadores del estudio se marcharon en junio a causa de «unas condiciones inaguantables, con crunch interminable, abusos, corrupción y manipulación». Después de ese tráiler, en cualquier caso, el de ANNO: Mutationem ha quedado un poco flojo. Le falta algo a esa estética «cyberpunk 2.5D».

También ha vuelto Bugnax, el ganador moral de la presentación de PlayStation 5. Hoy me ha gustado un poco más: me pueden las trampas absurdas y veo algo de Viva Piñata en esas capturas. Pero, de nuevo, no estamos listos para asociar el DualSense, un emisario del futuro, con esto. Lo mismo, y aquí me salto un poco el orden del State of Play, se podría decir de Hood: Outlaws and Legends o TemTem. Del primero, desarrollado por Sumo Digital y editado por Focus Home Interactive (también en PC, PS4, Xbox Series X y Xbox One), me ha sorprendido sobre todo la letra pequeña: si hay que tener Plus para jugar, ¿significa que no es free to play? Y los monstruitos de Crema, digo yo, mejor en Switch.

Desmitificar la next-gen justo aquí y justo ahora, insisto, se siente como un fallo de cálculo. La decepción no viene de un Auto Chess o un The Pedestrian, por mucho que lleguen tarde a PS4.

Con Control, al revés: yo espero jugarlo en PS5, a ver si le añaden raytracing o un framerate decente, pero no ha habido noticias del parche. Nos quedamos, si eso, con lo de haber visto al amigo Alan Wake en un vídeo de PlayStation: está, efectivamente, en la expansión que se publicará el 27 de agosto. Ojo, fans del escritor: para jugar a AWE hay que completar primero la campaña de Control.

Y para terminar, casi diez minutazos de Godfall. Está claro que alguien tiene mucha fe en el «looter slasher» de Counterplay Games y Gearbox, pero me temo que hoy no ha sido su día. Yo sigo teniendo cierta curiosidad, a pesar de que cada vez parece más Darksiders y menos Dark Souls; la mezcla de referencias recuerda a ese helado que necesitas probar, aunque todo hace pensar que no te va a gustar. Tampoco me atrevería a destacar el apartado gráfico: la iluminación está relativamente cuidada, pero lo veo todo borrosillo –y no ha sido culpa del falso directo, porque el gameplay suelto no mejora.

Total, que tampoco da la cosa para darle muchas vueltas. ¿Ha sido lo que habían dicho? Supongo que sí. ¿Era justo lo que no queríamos? Pues también. Despedimos otro vídeo de este estilo deseando que llegue pronto el siguiente.