
Monográfico Gradius #4
El día de la Vic Viper
Después de revolucionar el género de los matamarcianos en más de una ocasión, Treasure aceptó un encargo imponente: dar nueva vida a Gradius, tres décadas después de su nacimiento, en PlayStation 2.
Después de revolucionar el género de los matamarcianos en más de una ocasión, Treasure aceptó un encargo imponente: dar nueva vida a Gradius, tres décadas después de su nacimiento, en PlayStation 2.
Albert García hace una exhaustiva retrospectiva del delirante spin-off con el que Konami se pitorreó, sin perder de vista el gameplay riguroso, de todo su Olimpo, desde Gradius hasta Goemon.
El desarrollador Locomalito explica cómo, con el desembarco de Gradius en los 32 bits, Konami refinó al máximo su estilo tradicional, la culminación de una filosofía de diseño marcada por la densidad y el sentido de la aventura.
Hace 40 años, cuando todos los pasos tenían que ser de gigante para estar a la altura de la competencia, Konami inventó el primer matamarcianos moderno combinando elegancia mecánica y audacia cinematográfica.
Team Cherry se ha llevado gran parte de los focos, pero la semana de la gamescom 2025 tuvo muchos más hitos informativos.
Mucho se ha hablado sobre este slice of life que nos lleva a la infancia de su autor; nosotros vamos a poner el foco en su aportación a otros temas vehiculados por las patadas a un balón en el Quito de 2001.
El acercamiento por primera vez a Oblivion genera sensaciones complejas, despierta recuerdos, engendra visiones espirituales.
¿Podemos siquiera disfrutar de manera genuina lo que propone Oblivion ahora que hemos oficializado su dimensión irónica?
La marca del sinsentido de Oblivion encuentra su máxima expresión en la expansión Shivering Isles, una experiencia donde el arte, la narrativa y los personajes se desmadran por diseño, pero que esconde multitudes.
The Elder Scrolls IV: Oblivion nos enseña a jugar —y a vivir— entre sus estrecheces y sus inmensidades.