Análisis de Dredge

LA SOMBRA SOBRE GREATER MARROW

El título de Black Salt Games nos lleva de pesca a un archipiélago remoto en el cual las extrañas creencias y las aberraciones submarinas son solo la capa más superficial del terror.

El problema de generar una buena atmósfera es que en algún momento, si seguimos las normas habituales de la narrativa, tendremos que acabar con ella de cara a enfrentar el clímax final. Por muy interesante que sea el tira y afloja entre los dos protagonistas en una comedia romántica, o el misterio alrededor de la desaparición sobrenatural de la pequeña Carol Ann, concluir la historia necesita resolver las diferentes tensiones que, en la mayoría de ocasiones, son las que estimulan la imaginación del espectador. Hay excepciones, por supuesto, entre las que se hace imposible obviar el buen hacer de From Software. Pero no todas las ficciones cuentan con los sólidos componentes de la jugabilidad de los Souls, ni disponen de la grandeza (en todos los sentidos) sobre la que se construye Elden Ring. Ser impreciso es algo que solo funciona cuando todo lo demás ralla la excelencia; cuando el diseño y la jugabilidad, en este caso, funcionan a un nivel tan sobresaliente que la narrativa (y, por extensión, la atmósfera) puede focalizarse simplemente en sugerirnos ciertas sensaciones. Por eso mismo es de agradecer que Dredge intente cerrar sus tramas cuando la parte jugable comienza a quedarse encasquillada. Por desgracia, la atmósfera sugerente era la baza más fuerte del título. Y es cuando empieza a dispersarse la niebla que sus peores defectos salen a jugar.

Dredge es mucho más terrorífico cuando no hace absolutamente nada. El título de Black Salt Games mezcla en su premisa y worldbuilding tropos habituales en la narrativa gótica con elementos muy concretos del cosmicismo Lovecraftiano (La sombra sobre Innsmouth es una referencia evidente) que funcionan por sí solas para mantenernos interesados (y asustados) desde el mismo momento en el que un extraño accidente nos hace naufragar en las costas de Greater Marrow. Este es un juego de pesca pero, a la vez, la pesca parece ser el elemento menos importante. Porque lejos de dejarnos recorrer el mapa a placer, de poder anclar nuestro barquito en mitad del océano y de concentrarnos en capturar las diferentes especies de la zona, Dredge nos obliga a estar siempre pendiente del mapa y el reloj para que la noche no nos sorprenda indefensos, lejos de un puerto seguro. Es en la expresiva representación de la «locura lovecraftiana» donde mejor percibimos lo que Dredge quiere aportar. Quedarnos a oscuras supone acceder a un mundo deformado por la paranoia en el peligrosas rocas aparecen ante nuestros ojos intentando que naufraguemos y peces imposibles nos persiguen y saltan a nuestro alrededor. En estas ocasiones, el nuevo día nunca llega a ser un consuelo; solo el descanso y el olvido están a nuestro favor. Y ni siquiera eso puede salvarnos durante mucho tiempo.

El acto de pescar en Dredge es insultantemente sencillo. Incluso con el equipo básico que recibimos durante el tutorial es más fácil capturar un pez que perderlo, especialmente porque los animales no presentan ningún tipo de resistencia ante nuestro sedal. Pescar peces más grandes o acceder a mayor variedad de especies no pasa por que seamos más hábiles sino porque hagamos una inversión en nuestro equipamiento. Porque aunque lo que hagamos una y otra vez sea lanzar la caña y vender nuestras capturas, Dredge es en realidad un juego de gestión en el que tendremos que desbloquear herramientas y accesorios que nos permitan llegar a nuevos caladeros que poder explotar. Por supuesto, alcanzar nuevas partes del mapa también hará avanzar la historia y activar todo tipo de misiones secundarias. Pero, como sucede con la pesca, estas misiones también pueden resolverse de forma casi automática. El título los lleva de la mano a través de sus encargos de forma que no tenemos que tener en mente las diferentes misiones, ni comprobar el inventario para ver si poseemos aquello que el personaje nos pide. Sin necesidad de mirar el tablón de objetivos, serán los propios NPCs los que nos reclamarán los peces si los llevamos en el inventario, mientras que el propio juego nos indicará si tenemos que tener algo equipado antes de visitar algún lugar especial. Aunque la pesada y amenazadora atmósfera de Dredge funciona de forma similar a como lo hace la de Bloodborne, y los primeros compases de la narrativa tienen un aspecto fraccionado muy similar al que encontramos en el fuego de From Software, el equipo de Black Salt Games no comprende la importancia de dejar que exploremos, nos equivoquemos y encontremos, al final, nuestro propio camino. Ni siquiera una estrategia de mejoras frente a otra consigue producir una mella importante en la experiencia. Tampoco cambiar la forma en la que descubrimos los horrores que la luz intenta ocultar.

Las mejoras en Dredge funcionan a cuatro niveles: el de las lecturas, el de la investigación, el de la construcción y el del muelle. Las lecturas están compuestas por una serie de libros que podremos conseguir gracias a nuestras conversaciones con otros personajes y que, tras ser leídos, alterarán nuestras estadísticas base de forma positiva, de manera que tardaremos más en entrar en pánico o aprenderemos a lidiar mejor con la escasez en los caladeros. Pero como muchas cosas en Dredge, leer estos libros es algo «demasiado automático» que sucederá simplemente con el paso de los días al marcar el libro en el menú. A diferencia, por ejemplo, de lo que sucede en la saga Persona, no tendremos que guardar un espacio para leer porque nuestro personaje parece hacerlo mientras nosotros, los jugadores, estamos ocupados pescando. Hay muchos elementos en Dredge que consumen tiempo pero, por desgracia, su diseño impide que esto sea algo que lleguemos a notar. Reparar el barco o instalar nuevas herramientas es algo que hace avanzar el reloj pero sin ningún tipo de consecuencia final, más allá de alterar las horas de descanso. Es algo banal, que pasa en el menú, pero que no percibimos desde el punto de vista de la jugabilidad. Investigar nuevas herramientas es algo interesante —los puntos para hacerlo son muy escasos y, a priori, promete impactar en la forma en la que jugamos— , pero, en última instancia, como pasa con las mejoras de muelle, todo acaba en decepción. El árbol de mejoras en Dredge es muy rígido, y pronto empezamos a notar que el juego intenta seducirnos con una falsa sensación de libertad.

Entre las ideas más creativas dentro de Dredge están las relacionadas con el mantenimiento de los caladeros y las trampas para atrapar crustáceos. Justo antes de lanzar nuestra caña en un punto específico podremos ver la cantidad de peces que hay en él e intuir (a través de una silueta) que tipo de especie vamos a encontrar. Para poder mantener a largo plazo el flujo de peces es indispensable que entendamos que no podemos pescar indiscriminadamente en el mismo sitio y que no conviene hacerlo cuando la densidad de capturas es baja. De la misma forma, el mantenimiento de las trampas para cangrejos y la necesidad de ir rotándolas para que sean efectivas es una de las mecánicas más flexibles y curiosas de un juego que, en definitiva, podría haber sido bastante mejor de haber pulido y profundizado en las opciones relacionadas con la pesca.

A pesar de su interesante diseño sonoro, de lo práctico de su interfaz y de su atractivo apartado visual, Dredge termina por desinflarse con el paso de las horas. Los elementos relacionados con la pesca son demasiado superficiales mientras que los de gestión acaban resultando desmesuradamente rígidos. Frente a eso, tenemos una interesante atmósfera que nos atrapa desde el primer minuto pero que, al final, acaba por dejarnos marchar. Las pequeñas historias que componen la propuesta de Black Salt Games no termina de estar a la altura de lo que su pesada ambientación promete cuando nos iniciamos. Es dificil no percibir Dredge como un juego similar a Strange Horticulture que falla en todo aquello que considerábamos un acierto en el juego de Bad Viking. Con sus inspiración lovecraftiana, ambos nos ponen en la piel de trabajadores que, en su labor, intentan no quedar afectados por el horror que les rodea. Pero Dredge se tropieza también con sus referentes, y es aquí donde no puedo decir más. El océano es oscuro y en las profundidades descansan criaturas insondables. El juego de Black Salt Games tampoco se atreve a mirar más allá.

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Redactora
  1. Lucas S

    Me sorprende que un juego relativamente corto (14-28h según he visto), pueda desinflarse tan rápido. Me había llamado muchísimo la atención el trailer pero se ve que la cosa llega poco más que allí, le daré un tiento por si acaso.

    Buen trabajo Marta

    1. DarkCoolEdge

      @lucas_s
      ¿Eso te parece corto? O_o

  2. Dureo

    La DESEPSIÓ, le tenia muchas ganas a este. Supongo que me lo pillaré cuando esté de oferta.

  3. JM

    Una demo en consola no le vendría mal, porque el concepto me interesa pero no tanto como para pagar ahora mismo.

    1. Maki

      @jaimemorales
      En PS4/5 no, pero en Switch sí tienes demo.

      Edit: bueno, en Xbox tampoco hay

      Editado por última vez 3 abril 2023 | 14:18
      1. JM

        @xmakitorx

        Hostia, descargando pues.

  4. DarkCoolEdge

    Probé la demo y lo dejé al poco de empezar, o la pesca estaba bugueada o el timing de las pulsaciones está muy mal. Una lástima, pintaba guay… aunque viendo lo que le ha parecido a Marta casi que mejor, me he ahorrado unos dineros.

  5. Tonet

    Pues vengo a ser la nota discordante y decir que me está flipando, estoy acabando la tercera isla y ya tengo casi todos los peces descubiertos y ya tengo todas las mejoras de barco. Lo que no me gusta es que llega un momento que el dinero da igual. Llevo unas 14h y me parece que aunque tenga pocas dinámicas, no cansa porque siempre hay alguna sorpresilla. Ahora estoy viendo que hago con los trozos de mapa que tengo.

  6. Drenghist

    Vengo a ser otra voz discordante… Me está encantando. Quizá porque me gusta la atmósfera pero no el tener que repetir el mismo camino una y otra vez hasta que se consigue, cosa que el este juego no pasa (puedes ir más a saco o más sobre seguro). Llevo unas cuantas horas y de momento se me aguanta, tengo ganas de ver cómo sigue (tercer arquipielago)

    1. Tonet

      @drenghist ya me lo he pasado (al 100% con ambos finales) y el juego aguanta como un campeón, lo peor que tiene es lo poco que aguantan los pescados y tener que ir cada 2×3 al mercader. La sensación de navegar de noche con las olas yendo tranquilo esquivando «fantasmas» me pareció una experiencia muy buena y, sorprendentemente, relajante xd.
      Discrepo con Marta en que no sirva para nada el tiempo, o que no tenga valor real, cuando precisamente es una de las virtudes de la jugabilidad IMO. El tiempo no importa y da igual si pasa o no, ya que estando bajo el embrujo y en el mar, este es relativo. De ahí que en

      Spoiler:

  7. Cubox

    Se que llego muy tarde a esta review, pero Dredge ha sido el juego que me ha atrapado estas navidades y, estando prácticamente de acuerdo en todo con lo que comentó Marta, creo que el asunto está en el enfoque con el que juegues. Si buscas un juego de gestión y farmeo profundo, con unas mecánicas exigentes y de esos en los que te puedes sumergir por horas y horas, Dredge no está ahí. Si por el contrario buscas un juego poco exigente, con una atmosfera absorvente y fluido, Dredge es muy disfrutable. Yo le he echado 20 horitas con el DLC, viendo los 2 finales y pintando el barco de varias formas y tan tranquilo.