2023 Recap

El 2023 de... Óscar Gómez

Durante 2023 ha cambiado mi relación con los videojuegos. Por supuesto, esta nueva forma de entenderlos está muy definida por mi nuevo rol por aquí, uno en el que he tenido oportunidad de jugar a más juegos y hablar con más de sus creadores que nunca en mi vida, oportunidades geniales para ahondar más en los defectos, virtudes y propósitos de cada obra y en las motivaciones y realidades de las personas que las hacen. Quizás en un «año normal», si es que alguno lo es, especialmente en uno con tantos lanzamientos de calidad, mi visión sobre el medio habría tenido unos tintes mucho más optimistas de lo que han terminado siendo. Tampoco puedo decir que reine el pesimismo tras un despliegue de talento en la industria a este nivel, pero la sensación general se convierte en agridulce cuando las noticias que leemos cada día confirman cómo las malas decisiones de unos mandamases se han traducido en más de nueve millares de despidos en los últimos doce meses. Me resulta imposible desvincular mi forma de ver 2023 de la pieza más representativa de su actualidad y solo me queda creer en que las empresas más grandes del videojuego podrán aprender de sus errores, aunque sigue habiendo muchas cosas buenas que decir sobre este año. 

Gracias a la posibilidad de probar y analizar muchos más juegos, también he comprendido con muchos más matices el valor, la necesidad y la importancia de la crítica cultural a todos los efectos, unos carices que ya se trasladan a mi forma de entender varias de las obras que han pasado por mis manos en 2023. Seguramente el primer gran ejemplo llegó a través de A Space for the Unbound y el imperativo de asimilar la trascendencia de algunas costumbres indonesias para comprender a su protagonista Atma, igual que el terror corporal y la concepción occidental del amor son claves a la hora de leer a Madison Karrh a través de Birth. Me da la sensación de que es sencillo dar por hecho muchas de estas piezas identitarias del arte y la expresión, pero a veces hacen falta casos como el de Tchia, en el que la multicultural Nueva Caledonia, que se enriquece gracias a su propia diversidad a todos los niveles, me convenció de que valía la pena salvarla simplemente mostrándose tal cual es. Chants of Sennaar, sin embargo, tal vez sea el que más me haya enseñado sobre lo que implica crear un juego como vehículo para contar muchas más cosas, con una Torre de Babel que expone las diferencias y puntos de unión entre los pueblos que la ocupan por mediación de sus distintas formas de comunicarse.

La sensación general se convierte en agridulce cuando las noticias que leemos cada día confirman cómo las malas decisiones de unos mandamases se han traducido en más de nueve millares de despidos en los últimos doce meses.

2023 también ha sido un año de reencuentros. Sobre todo, claro, lo digo pensando en The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom: probablemente estaba tan emocionado como aterrorizado, con un miedo feroz a que pisar y tocar Hyrule no volviera a ser lo mismo que en 2017. Por supuesto que no lo fue (¡solo faltaba!), y después de otras 200 horas recorriendo los caminos del reino de Zelda he comprendido del todo que la cosa no iba de tener las mismas sensaciones que hace seis años, sino de saber valorar y apreciar que la cosa no va solo de aquellos «pisar y tocar», ni siquiera de otras acciones como «escalar», «cocinar» o «planear»: también va de «construir», «atravesar», «volar» de verdad y «sumergirme» en las profundidades de Hyrule. No fue tan fácil cómo me gustaría aprender a disfrutar de nuevo como aquella vez, así que me he limitado a hacerlo de forma distinta, una de las más puras y despreocupadas de entender los videojuegos.

Aunque no lo esperaba con tanta devoción, por cierto, Zelda no ha sido el único reencuentro que he vivido este año; también lo hice a través de Alan Wake II: si bien lo he vivido casi como un lanzamientos sorpresa —confieso que mi interés despertó un poco tarde—, siento que me ha vuelto a reunir con los juegos de terror, por un lado, y con la forma que tiene Sam Lake de abordar las historias, por otro. ¿Qué se le puede pedir a un director creativo más que hacer que un AAA se convierta en un juego de autor?

Puede que sea el año en el que más me haya conocido a mí mismo como jugador, en definitiva, y de alguna forma, además de los propios juegos, también tiene mucho que ver con todas las lecturas que pude descubrir a través de mis compañeros: tanto las de Marta, todas las que me enseñó en durante el par de años en los que tuve la gran suerte de trabajar con ella (incluida su propia marcha y el desgaste que trae este ritmo imparable de la industria), como las de Juan, Víctor y Pep, unas visiones tan únicas entre sí que han seguido enriqueciendo la mía. Después de un 2023 de aprender como nunca, es fácil sentirse más fuerte y con más herramientas para afrontar un 2024 que, aunque no apunta tan alto, traerá, seguro, unas cuantas sorpresas bajo la manga.


¿Cuáles son los mejores juegos de 2023? ¿Qué temas han dominado la actualidad durante el año? ¿Qué nos conviene repasar antes de arrancar 2024? Durante los últimos días de 2023, el equipo de AnaitGames y sus olaboradoras y colaboradores exploran los temas, juegos y noticias más relevantes del año.

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  1. WanderRAP

    Muy a favor de este formato de columna/artículo de opinión corto con una valoración de cada uno de los miembros de la redacción de Anait explicando qué ha significado el año para ellos a nivel de videojuegos. Me parece algo mucho más valioso que un «simple» top al uso. Me imagino además que ese formato también llegará, pero me parece guay saber qué ha supuesto 2023 para cada uno de vosotros. ¡A seguir así!

  2. sodom

    Me sumo al comentario anterior; me parece una excelente idea este tipo de repaso tan personal, y fantaseo con que, además del Big Four titular, también se incluya algún artículo de la buena gente que se ha ido dejando caer por esta santa casa durante este año

  3. raidoku117

    Excelente Oscar, que bueno que crezcas profesionalmente, mucho exitoso en este nuevo año.

  4. JT'Salas

    Yo sí que aprendo de ti, Óscar.

  5. Jonatan

    Genial formato para terminar el año. Lecturas breves, al grano e interesantes. Espero que paséis unas buenas Navidades.

  6. Snowblind

    Gran artículo! Al igual que el resto aprovecho para alabar este tipo de formato repasando el año. Muchas ganas de leer a los demás!.

    Editado por última vez 19 diciembre 2023 | 15:48