El último Noclip, el genial proyecto de documentales para YouTube de Danny O’Dwyer, está dedicado a The Witness y su creador, Jonathan Blow, y tenéis que verlo; es importante. Lo tenéis sobre estas líneas.
En el documental se habla sobre el proceso de creación de The Witness pero también sobre los primeros pasos de Blow en el mundo de la programación; en su casa, primero, y luego en la universidad, de la que se fue para comenzar a trabajar en la industria del videojuego. Es interesante todo lo que se cuenta sobre el alcance de su código, que se encuentra en un buen puñado de juegos conocidos y cancelados: desde Munch’s Oddysee hasta Flow o varias demos que intentaban demostrar, hace años, los beneficios de hacer algunos cálculos en un servidor, no muy distinto a ese poder de la nube que tan de moda se puso hace no tanto.
Si no habéis jugado a The Witness quizá merezca la pena, como se avisa al principio del documental, dedicarle un tiempo antes de ver el vídeo, porque la parte en la que habla de su desarrollo es fascinante. La manera en que Blow habla de cómo él y su equipo quisieron explorar todas las posibilidades de la idea principal es genial; me gusta lo que dice de que si alguien llegara, una vez que el juego se puso a la venta, y propusiera un tipo de puzzle que no estaba en el juego él, como diseñador, sentiría que no había hecho bien su trabajo. Esa exhaustividad es una de las virtudes más evidentes de The Witness, y es bonito comprobar que Blow lo tenía en mente (es, también, uno de los motivos por los que tardaron tanto en hacer el juego, reconoce).
En general, todo lo que cuenta sobre la organización de los puzzles (que él describe como todo aquello que puedes hacer en el juego y que depende de un conocimiento previo que puedes haber adquirido o no, esté reconocido explícitamente o no) y las ambiciones generales del juego me resulta fascinante: uno de los motivos por los que creo que es interesante ver este vídeo (más que otros de Noclip, incluso, aunque todos los que han publicado hasta ahora son muy buenos) es por el hecho de que no siempre es posible ver a Jonathan Blow tan abierto y comunicativo, o no siempre es posible verlo de una forma tan clara y bien presentada.
De momento, el vídeo solo está disponible con subtítulos al inglés, aunque se entiende sin demasiado problema.
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Blow es la leche, en Youtube también hay un buen puñado de charlas y entrevistas. Si recuerdo bien la mayoría son de las GDC, y también de cuando Braid.
Suelen ser sobre el proceso de desarrollo y el uso de mecánicas para transmitir emociones.
Además, creo que hacía streaming mientras programaba cosas concretas.
Lo vi ayer y la pasión y el amor hacia su trabajo que desprende Blow es contagiosa.
Blow siempre parece estar listo para fundar una secta o algo. Después de The Witness, poco más le queda por hacer. Yo me apuntaba del tirón, vaya. #putoblow
Me salía ayer en recomendados de YouTube y me llamó la atención pero no le di demasiada importancia.
Me lo guardaré para ver, The Witness me encantó y me parece uno de los juegos más brillantes que he jugado.
Joder, esto hay que verlo.
El GOTY del año pasado
Todo lo que tiene que ver con The Witness es muy hermoso. Soy incapaz de imaginar que Blow pueda concebir otra idea tan potente como la de este juego de eco infinito, pero sé que ya tengo ganas de que desvele cuál es la siguiente. Gloria eterna a él.
¿A alguien más le desaparecen los subtítulos a medio documental?
Por lo demás, se ve que es un tío inteligente, que sabe que lo primero es no tratar al jugador como a un tonto. Y un tipo que sabe de qué van de verdad los videojuegos (no, casi nunca es matar).
Muy chulo el documental, lo vi el otro día.
Hace poco estuve viendo, también de Noclip, los de Rocket League. Y tengo pendiente de ponerme con los de Doom, que seguro que también valen mucho la pena.
Muy muy recomendado.
Me ha maravillado como ha explicado el inicio de The Witness porque es exactamente como me sentí. Ese «It’s okay if you can’t resolve a Puzzle» es algo que para alguien como yo que odia muy fuerte quedarse encallado repitiendo intentos le viene de perlas y es exactamente lo que entendí. Y es por eso que amé este juego y he alabado el lavado de cara que le han metido al Zelda en este aspecto («Si no puedes resolver un santuario, ya volverás en otro momento» frente al «si quieres seguir jugando, vas a tener que comerte el Templo del Agua amigo».).
Después de ver el vídeo completo amo a Jonathan Blow y joder, figuras como la suya son las que con el tiempo harán que esta industria sea realmente respetada.
Jonathan Blow my mind.
Venga, hasta luego.
Además de ser un diseñador tan cojonudo, el tío hace unos streamings de programación centrados en optimización que son para verlos. Un genio.
Por estas cosas os sigo, chicos: difundís lo justicia y el amor por las redes. Me lo veo YA.
Creo que no soy persona porque no me gustó The Witness.
Eso no quita que no considere a Blow como un grande de la industria.
The Witness me parece el juego más meritorio de los que he jugado en mi vida. Lo empecé y, después de muchas horas de búsqueda de la solución para ciertos puzzles (ese momento «click» que sientes en tu cerebro cuando das con la clave de un puzzle es mi momento de la presente generación), tuve que dejarlo por falta de tiempo. Volver me costó mucho por el respeto que me infunde la obra de Blow, no por pereza o algo por el estilo; utilizar una guía en The Witness es faltar al respeto al diseño del juego.
Es hipnótico oirlo hablar y ver cómo lo que sentí jugando al juego y lo que aprendí por el camino era exactamente el camino que quería que siguiera. Hay tanto que aprender de este juego y de este hombre.
Y vamos, saber que ha vendido bien y que ya están trabajando en otra cosa ha sido un orgasmo de satisfacción 🙂
Está sacando adelante un nuevo lenguaje de programación específicamente diseñado para videojuegos. Hace streaming sobre el diseño del lenguaje, la creación del compilador del mismo, y la programación de su siguiente juego usando este lenguaje.
Ni que decir que es una tarea titánica y es un privilegio de la ostia ver el proceso de desarrollo, aún encima explicadas con detenimiento.
Blow es una de las mentes más brillantes de nuestro tiempo y es fascinante escucharlo hablar y entender su aproximación a la didáctica.
De tanto en tanto, cuando estoy pensando en videojuegos, me viene a la cabeza que The Witness debe ser fácilmente el mejor juego de todos los que existen.
Menos mal que a este hombre le ha dado por el diseño de vidojuegos, si quisiera conquistar el Universo ya estaríamos todos bajo el yugo del Emperador Blow. Y seguramente estaríamos mejor.