Por un puñado de paVos

Epic demanda a Google en Australia por «conducta anticompetitiva»

Epic Games ha llevado a Google ante la justicia en Australia alegando que la «conducta anticompetitiva» de la multinacional «infringe la Ley Australiana del Consumidor». Según la propia Epic Games, esta demanda es un paso más en su «búsqueda de unas plataformas digitales más justas globalmente».

Según Epic, esta conducta de Google atenta también contra las leyes que regulan la competencia justa entre empresas en Australia, abusando de «su control del sistema operativo Android» para restringir «a la competencia en el procesamiento de pagos y la distribución de apps en la Google Play Store. Esta conducta dañina suprime la innovación, reduce el poder de elección del consumidor e hincha los precios».

Es una batalla que viene de lejos, por supuesto. A mediados del año pasado, Epic Games vio cómo su mayor éxito, Fortnite, era retirado de la App Store de iOS y de la tienda Google Play de Android. El motivo: el sistema de pago alternativo que Epic había implementado en Fortnite para saltarse el porcentaje que estas compañías se llevan de cada venta. Este movimiento buscaba llevar al primer plano las condiciones de Apple y Google (y, para el caso, las de la mayoría de plataformas) para las compras in-app: «Apple no obliga a los consumidores a utilizar su sistema de pago para añadir un 30% al precio de su cena cuando encargan comida a través de Grubhub o DoorDash», explicaban entonces. «Apple permite a Amazon Prime Vídeo hacer pagos directos gracias a un acuerdo especial mientras mantiene unas reglas distintas para otras aplicaciones».

La propia Epic Games quiso dar ejemplo implementando repartos más beneficiosos para los desarrolladores en su tienda, y utilizando ese porcentaje como dato clave durante su promoción inicial. Incluso Apple ha modificado sus condiciones para intentar dar una imagen más favorecedora, especialmente de cara a los pequeños desarrolladores, cruciales para estas plataformas y a menudo no tenidos en cuenta en estas discusiones.

Para Epic, «las barreras que Google pone al sistema operativo Android son reales», y pone como ejemplo la descarga directa de apps: el proceso de instalación de estas aplicaciones es «tan difícil y apabullante» que «disuade» a la gente de usarlas, «aun siendo una forma totalmente normal de conseguir apps» en un ordenador de sobremesa. «Son acciones como esta las que muestran que Google está más interesada en fingir apertura que en ofrecer opciones a los consumidores», dice Epic en su comunicado. «Creemos que los consumidores tienen el derecho de instalar apps provenientes de donde quieran, y los desarrolladores tienen el derecho de competir en un mercado justo».

Fortnite se estrenó en Android fuera de Google Play, y tardó un año y medio en llegar a la tienda oficial. Cuando eso ocurrió, el año pasado, la opinión de Epic Games sobre este tema no cambió; al revés, acompañaron el estreno con un comunicado en el que explicaban que las aplicaciones descargadas de Google Play estaban «en desventaja a través de medidas técnicas y económicas como pop-ups de seguridad repetitivos, acuerdos y tratos restrictivos con fabricantes y operadores, relaciones públicas que caracterizan a las fuentes de software third party como malware y nuevas propuestas como Google Play Protect para directamente bloquear el software obtenido fuera de la tienda Google Play». La publicación se presentó como una oportunidad para que Google revisara sus condiciones y permitiera a todo el mundo «competir en igualdad de condiciones».

La última demanda en Australia se une a las otras que Epic ha presentado en Estados Unidos y el Reino Unido, así como ante la Unión Europea.

  1. orwellKILL

    Mi techo, mis reglas.

    Tu techo, tus reglas.

    Respeta la ley que protege los techos.

    Si quieres que todos juguemos al aire libre, no vas a poder cobrar entrada.

    Editado por última vez 11 marzo 2021 | 09:48
  2. METALMAN

    Buff… por un lado, debo admitir que EPIC tiene razón (las stores son mucho más restrictivas y dictatoriales de lo que nos imaginamos puertas hacia fuera, principalmente con las grandes compañías).

    Por otro, pues bueno, es que EPIC no deja de pensar en sí misma y en que tiene que compartir sus beneficios con un tercero, y eso no le gusta a nadie.

    Es un tema jodido (más con Apple que con Google, de calle) y me ha tocado vivirlo en no pocas ocasiones (trabajo en una desarrolladora, principalmente centrada en apps) y estas empresas pueden permitirse ser todo lo «hijas de puta» que les apetezca (te bloquean, te tiran atrás proyectos por mierdas injustificables, cambian sus políticas constantemente, te exigen integraciones dictatoriales e injustas, demoran a su antojo las validaciones…).

    Algún día me gustaría contaros la odisea que vivimos en la «crisis Huawei» con algún proyecto (de esas historias en las que la realidad supera cualquier ficción), que sería un gran ejemplo de cómo proceden estas empresas y cómo trastornan a sus propios clientes.

    En fin, no me enrollo más: que a EPIC, en el fondo, no le falta razón (aunque tampoco egoísmo).

  3. Xandru

    Esa frase «esta demanda es un paso más en su «búsqueda de unas plataformas digitales más justas globalmente»» me dispara el populismómetro hasta la estratosfera