Primeras impresiones de Disney Dreamlight Valley

El valle encantador

El título con el que Disney y Gameloft se adentran en el terreno de la «simulación como servicio» inicia su acceso anticipado con una sólida y prometedora base jugable.

Si hay algo que Disney sabe hacer muy bien es despertar nuestra nostalgia, es una habilidad que ha ido perfeccionando con cuidado a lo largo de los últimos 100 años. En su división de animación, la compañía hizo un sello de la adaptación de cuentos clásicos que alcanzó su apogeo a principios de los años 90. Esto hace de las películas de Disney el primer contacto de toda una generación con relatos populares que han pasado de ser del pueblo a ser una propiedad más de la compañía del ratón. Y a esto, al hecho de que los cuentos ahora sean una marca, hay que sumarle también el efecto del marketing. Hasta hace solo unos años Disney se vestía con términos como «magia», «ilusión» o «fantasía»; queriendo representar para todo el público la propia esencia de la niñez. No es casualidad que veamos a Simba, Merlín o Bella y volvamos a sentirnos como niños. Que dejemos de lado nuestra parte más crítica deseando volver a la sencillez de la infancia. Que elijamos alejarnos del mundo para concentrarnos, de nuevo, en soñar.

Disney Dreamlight Valley tiene un doble comienzo que busca contentar tanto a aquellos que se acercan al título atraídos por sus mágicos personajes como a la audiencia interesada en el género de simulación. Por un lado, tenemos a una protagonista creada a nuestro gusto que decide dejar atrás el estrés de la vida en la ciudad para mudarse a la pequeña cabaña en la pasaba los veranos de su infancia. Por otro, tenemos a ese mismo personaje inmerso en un tranquilo y apacible sueño que le transportará a un mundo de fantasía que necesita de su ayuda para volver a despertar. La premisa inicial de Disney Dreamlight Valley justifica al mismo tiempo tanto su jugabilidad «costumbrista» como su estructura paralela a la fantasía épica tradicional. Porque aunque en el valle que visitamos durante nuestro sueño los personajes que todos conocemos están inmersos en la maldición del olvido, acechados por una peligrosa y oscura magia, siempre tendremos tiempo de cocinar, charlar con los amigos o pescar. Con el regente desaparecido, nos convertiremos en la única esperanza para el valle, la única persona capaz de hacer desaparecer la corrupción y resolver todo tipo de misterios. Nuestras armas serán la pala, la regadera, la azada y un pequeño toque de magia.

A la hora de analizar Disney Dreamlight Valley como simulador hay que tener presente que se trata de un juego como servicio que muchos jugadores podrán disfrutar en su versión free-to-play. Esto hace necesario reducir desde el diseño los tiempos habituales en el género, que deben plegarse para acoger a unas estrategias de monetización que pasan por hacer que el jugador pase el mayor tiempo posible conectado, haciendo infinidad de cosas. A cambio de esta «rapidez», que a primera vista puede parecer contraintuitiva, los desarrolladores minimizan las partes más pesadas del género —desde atender los cultivos uno por uno a la falta de energía—, maximizando la satisfaccion que producen cada una nuestras acciones. Así, para recuperar totalmente la estamina necesaria para seguir explorando el mundo solo necesitaremos entrar en casa, mientras que para cultivar cualquier ingrediente solo emplearemos unos pocos minutos. La sorpresa es que todos estos cambios, que podrían estropear la experiencia a los fans de los simuladores, al final funcionan. Mientras que otros juegos intentan reducir el tiempo y el esfuerzo necesario recortando las acciones a realizar (en el último título de Shin chan, por ejemplo, se regaba con un baile y se cosechaba todo automáticamente con solo darle a un botón), desde Gameloft apuestan por mantener todos los pasos, pero haciendo que puedan ejecutarse (o no) de forma acelerada. Más allá de las comparaciones con Animal Crossing, que tienen sentido si atendemos a la forma en la que el juego utiliza la hora de la consola para establecer el ciclo de día/noche y de las estaciones, Disney Dreamlight Valley se acerca más a un Stardew Valley simplificado, que gustará a todos aquellos que encontraron el título de Concerned Ape demasiado duro de entrada.

En su faceta de juego de aventuras y juego como servicio, y teniendo en cuenta que el título aún se encuentra en fase de acceso anticipado, parece de entrada que Disney Dreamlight Valley tendrá mucho que ofrecer. Al igual que Animal Crossing nos permite conocer a distintos vecinos a los que podremos invitar a mudarse a nuestro pueblo, aquí podremos acceder a diferentes «dimensiones» a través del castillo central en las que tendremos la oportunidad de conocer a diferentes personajes y convencerlos de que se muden al valle. Aunque las pequeñas misiones que realizamos en el Restaurante Ratatouille (sí, la rata se llama Remy pero el restaurante no) o en el planeta habitado por Wall-e son solo extensiones de las acciones más comunes que ponemos en práctica en el valle, lo cierto es que el cambio de escenario permite una ruptura con los elementos más repetitivos de la parte costumbrista del juego, haciendo que se sientan frescos de nuevo. 


Juego de franquicias

Disney Dreamlight Valley comienza con nuestra llegada a un valle de ensueño habitado por personajes icónicos de Disney. Al igual que el recién estrenado Multiversus, el título de Gameloft no duda en utilizar a todos los pesos pesados de la compañía con el objetivo de resultar reconocible a todos los niveles y atraer a un público muy variado: desde el más nostálgico que creció con Pluto, Merlín y Cenicienta, hasta el amante de la animación fan del trabajo de Pixar. Pero el problema de mezclar personajes con trasfondos e historias tan variadas es que tienen que ser reducidos a su mínima expresión para trabajar entre sí, reconvertidos sólo en una imagen familiar con una vaga idea asociada. Un ejemplo de esto lo encontramos en el Tío Gilito que en Disney Dreamlight Valley actúa como una especie de Tom Nook que nos invita a mejorar constantemente el pueblo. De ser una sátira del magnate egoísta y alejado del mundo, pasa simplemente a ser un empresario que «necesita nuestra inversión» para volver a poner en marcha su negocio. Las aristas se suavizan, Gilito aquí está pendiente de la economía local pero muy lejos de ser un avaro que nada en una piscina de monedas de oro. Algo parecido pasa con Merlín. De ser un guía, un maestro que representa la inteligencia y la creatividad, pasa a ser «un mago» cuya función queda limitada a darnos la bienvenida al juego.

Aunque aún no están disponibles todos los personajes que habitarán en este mágico valle, desde Gameloft ya han confirmado que cada uno de ellos tendrá un arco narrativo que podremos descubrir al profundizar en la amistad. Este elemento de la jugabilidad es común entre los simuladores que, tras el éxito de Stardew Valley y sus variados Eventos del corazón, han aumentado la complejidad de estas pequeñas narrativas. El problema es que, al tratar con personajes provenientes de diferentes historias, sujetos a diferentes requisitos por parte de los dueños de las IPs, en Disney Dreamlight Valley estos arcos narrativos están bastante limitados en cuánto a los temas que pueden explorar y la forma en la que pueden hacerlo. Trabajar con este tipo de IPs todoterrenos tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Frente a la visibilidad que proporcionan unos personajes mundialmente conocidos encontramos la dificultad de crear algo «vivo» a partir de unos protagonistas que, por requisitos económicos, acaban por convertirse en muñecos. 


Todo en Disney Dreamlight Valley resulta, en cierto sentido, exuberante. Desde las múltiples opciones de decoración que nos permiten modificar tanto los interiores como los exteriores, hasta la enorme cantidad de recetas para muebles y platos de comida, pasando por el el glosario de plantas, peces y minerales, se apunta a que Gameloft tiene grandes planes para un juego que comienza desde una posición en extremo sólida. A pesar de ser un artefacto pensado de inicio para explotar una enorme batería de marcas y sacarles aún más rentabilidad, es innegable que el juego está muy bien hecho. Una experiencia que, de partida, y en comparación con otros títulos similares, sale con ventaja y tiene poco que mejorar.

Redactora
  1. MrRostes

    No tenía a este en mi radar hasta hoy, y después de leer el texto no veo nada que me atraiga lo más mínimo, no es mi tipo mi juego. Me pregunto cuantos jugadores activos tendrá en 6 meses.

  2. Apistograma

    Este comentario es solo tangencialmente relacionado con el juego, asi que ignorad el rant. Pero para cuando un simulador de miseria agricola.

    Quieres comer los proximos meses? Pues mas vale que aprendas a conocer la rotación de cultivos y las estaciones de siembra.

    Oh, lo siento. Ayer cayó granizo. Los tomates se han perdido. Haber cultivado patatas.

    La iglesia te pide diezmo. No, no les importa si no tienes casi para comer. No, tampoco les importa que el grano de trigo haya duplicado de precio.

    No hay suficiente comida para la familia. Puedes arriesgar enfermar por malnutricion. O puedes pedir un prestamo. O trabajar de jornalero.

    Yo solo quiero stardew valley + pathologic. O incluso cualquier cosa + pathologic

    Editado por última vez 8 septiembre 2022 | 14:03