Xbox Games Showcase: el bueno, el feo y el Halo

Vimos la consola en diciembre de 2019 y conocimos sus especificaciones técnicas en marzo, hace ya unos pocos meses. El Inside Xbox no cuenta, así que la presentación de verdad, lo mires como lo mires, era la de ayer; el Xbox Games Showcase, el evento centrado en el catálogo first party de Microsoft para los próximos años, tenía que servir para demostrar las capacidades gráficas de Xbox Series X. Pero no.

Y ahí está el primer problema. Hay una cierta familiaridad con la nueva máquina –la hemos visto del derecho, del revés y por dentro, llevamos un buen tiempo hablando de ella en presente–, y todavía no sabemos qué esperar de sus juegos. Todo y más, porque una docena de teraflops son muchos teraflops, pero eso no puede verse en un tráiler cinemático.

Halo Infinite no nos sirve como vara de medir. Porque saldrá también para Xbox One y porque cuesta, por mucho que se mueva esto a 4K y 60 fps –el trazado de rayos se añadirá después del lanzamiento–, ilusionarse con un apartado visual así. Ojo: la fluidez de la acción es impecable y decían desde 343 Industries que el nuevo anillo, que se podrá explorar con total libertad, es «varias veces más grande que los dos últimos Halo juntos». Lo de la vuelta a los orígenes es algo tan evidente, tan decidido y tan importante, que ni se me ocurriría cuestionarlo. La inclusión del gancho se queda en anécdota entre tantos recuerdos y el discurso final del villano dice menos que cualquier silencio del Jefe Maestro: esto va de lo viejo, más que de lo nuevo, y no tengo ningún problema con que así sea.

Sin embargo, tan simple como eso, la demostración no fue lo bastante espectacular. Tenemos incluso a un pobre Brute convertido en meme, de gira por Twitter y Reddit como si fuese el nuevo wall guy.

Y eso es un problema, decía, porque el de Halo Infinite fue el único gameplay que vimos ayer. Prácticamente todo lo demás, «in-engine» y gracias, va para largo y requiere mínimas dosis de fe. La espera merecerá la pena, sin duda, con ese impresionante Forza Motorsport que se quita el ocho para marcar un punto y aparte en la franquicia después de su parón, más largo de lo que imaginamos: no estará listo para este año y no saldrá en Xbox One.

Y aquí, justo cuando debíamos venirnos arriba por el raytracing en las carrocerías, empezaron las dudas sobre esa visión «más allá de las generaciones». Matt Booty primero y Phil Spencer después habían comentado que, durante como mínimo un año, todos los juegos de Xbox Game Studios para Series X saldrían también en One. Eso significa que la mayoría de títulos mostrados, los anunciados para la máquina nueva y para PC, se harán esperar hasta 2022. O no, espera. El precioso Everwild de Rare y el prometedor Avowed de Obsidian no se ponían de acuerdo con las plataformas: en el tráiler dicen que nada de One, pero las webs oficiales decían lo contrario. Ahora lo han borrado, pero no parece una solución mucho mejor: el del estudio británico se había anunciado para Xbox One en el X019, sí o sí.

Es un despiste grave, porque esta confusión puede llevarse por delante un discurso –el de la libertad de elección, el de no dejar atrás a nadie– que solo resulta atractivo cuando se simplifica.

La seguridad, entre esas dudas, la aporta el Game Pass: todo lo que vimos en el evento estará disponible, desde su estreno, en el servicio de suscripción. Incluso S.T.A.L.K.E.R. 2, la esperada y accidentada secuela de GSC Game World, que llegará en 2021 a PC y Xbox –como «console launch exclusive». Lo mismo para Warhammer 40,000: Darktide, con el que Fatshark podrá acercarse un poquito más Left 4 Dead, después de sus notables Vermintide. O Psychonauts 2, que en cada tráiler se ve mejor y que, aunque saldrá también para PlayStation 4, aprovecha las ventajas del ecosistema de Microsoft.

Y no podían faltar los indies como As Dusk Falls, un «drama interactivo» que no se conforma con la típica viñeta estática y The Gunk, una aventura con aspiradora –de los mejores subgéneros que hay ahora mismo– de los responsables de SteamWorld. Entre ambos mundos, jiji, está The Medium: ni superproducción ni propuesta pequeñita, lo nuevo de Blooper Games se distancia de Silent Hill con la exploración simultánea de sus dos dimensiones.

Podéis ver la presentación entera aquí y en el canal de YouTube de Xbox tienen una lista de reproducción con todos los tráileres.

La sorpresa final, un secreto a voces, fue un buen resumen de la conferencia. En el Microsoft Theater de Los Angeles, un Fable de Playground Games debería recibirse con gritos y aplausos. En casa, con ganas de conocer más sobre una nueva consola, el logo y la peliculita son casi lo mismo que nada.

No es fácil, sobre todo en tiempos de coronavirus, sobreponerse a las decepciones de la generación que ahora termina –sigo pensando en Fable; lo digo acordándome del cierre de Lionhead. Sabíamos que Microsoft necesitaba tiempo para poner en marcha sus nuevos estudios, para llenar de experiencias memorables esa visión generosa y vanguardista del videojuego, pero yo pensé que tendrían ese trabajo más avanzado. Parecía que sí, una vez más, pero toca esperar a otro evento para poder hablar de remontadas y de golpes encima de la mesa.

Es evidente que la situación ha cambiado a mejor –ahora pueden permitirse hacer un Skyrim sin Bethesda, cuidado con eso– y que todavía faltan cartas por sacar. Lo que sea que esté haciendo The Initiative, claro, y también una Series S que, visto lo visto con One, parece del todo inevitable. El futuro es esperanzador, por nombres y por números, pero sigue teniendo más de promesa que de realidad. «Xbox Games Showcase introduce el catálogo de juegos más grande, creativo y diverso en la historia de las consolas», titula la nota de prensa. Falta menos, supongo.