Un repaso a la relación de Nier: Automata con la filosofía

¿Sueñan los androides con idealismo alemán?

¿Sueñan los androides con idealismo alemán?

Imagen: @Doomfest

La relación de los videojuegos con la filosofía es un tema tan interesante como problemático. El carácter lúdico de lo primero parece tener poco en común con la gravedad que se le presupone a una actividad dedicada a intentar hacerse cargo de problemas tan inmensos como el de la justicia, la naturaleza del conocimiento o la ética. Y sin embargo, no son pocos los juegos que han intentado tener escarceos con los affaires filosóficos. Sobre el éxito de este tipo de intentos la verdad es que ha habido de todo, pero incluso en el mejor de los casos es difícil no notar un roce, una fricción extraña y difícil de explicar que parece existir en el centro de todos estos juegos. Para algunos tendrá que ver con la pedantería y la eterna problemática sobre si el ocio debe ser esclavo del divertimento o si, por el contrario, puede aspirar a algo más. Para otros puede tener que ver con el desajuste de introducir y expresar temas a través de un medio que necesariamente no puede hacerse cargo de ellos con el rigor y profundidad que dichos temas demandan. Para mí, sin embargo, lo que sucede es otra cosa muy diferente y tiene que ver con la forma que tenemos de percibir la filosofía.

La filosofía está condenada a ser el elefante en la habitación. Quienes la estudian o la practican se convierten casi desde el principio en extraños, en figuras incómodas que parecen estar solo ahí para desagradar y arruinar el ambiente con sus observaciones impertinentes y su voluntad obstinada por querer hacer de todo un problema, algo que hay que resolver. Los ojos del filósofo son, en cierto sentido, los ojos de alguien que ha decidido despegarse de su realidad para mirarla desde una distancia diferente a la del resto de personas. Esa distancia, en la que reside la clave de esa cosa llamada perspectiva y que es lo que permite a cierta gente brillante darse cuenta de cosas que pasan desapercibidas para el resto, es también una renuncia a estar en las cosas, a formar parte de ellas. Por eso, cuando un juego decide introducir esa distancia, esa perspectiva —a menudo reproduciendo ideas sacadas de libros sin hacer nada interesante con ellas, con la única intención de subirse a un pedestal y decir “miradme, soy filosófico”—, se produce esa clase de silencio incómodo típico del momento en el que alguien dice algo ridículo o inapropiado en mitad de una fiesta.

¿Sueñan los androides con idealismo alemán?Sucede que parte de la culpa de esto la tiene precisamente la propia filosofía. Históricamente, para los filósofos esa distancia no ha sido la distancia propia del apartamiento, del rechazo, de la discriminación (aunque con el paso del tiempo haya podido terminar siendo así): ha sido la distancia propia de quien se percibe superior al resto. Las razones por las que esto ha podido suceder son numerosas y complejas. Su nacimiento, desarrollo histórico y su rol e inserción social —de la mano de aspectos como su carácter irremediablemente burgués y reservado a las élites— aportan razones a por qué la figura del filósofo ha podido tropezarse con la propia antipatía que proyecta. Lo que pasa con esto es que, volviendo a los videojuegos, esta actitud es altamente contagiosa. La idea de una obra de arte filosófica ligera o divertida se parece mucho a un oxímoron, aunque no lo sea en absoluto; y a pesar de que en otros medios de expresión ya han sido capaces de darse cuenta de esto, en el caso de los videojuegos aún estamos en ese punto en el que el tratamiento de ideas y temas complejos resultan, de forma casi inevitable, en juegos secos, ariscos, en ocasiones incluso desagradables. Juegos que parecen tan desesperados por resultar profundos e interesantes, que están tan obsesionados por establecer esa distancia, por lograr su propia perspectiva, que al final terminan traicionando su propósito. Se convierten en cosas que no hacen suyo aquello de lo que quieren hablar, que no consiguen integrarlo en su propio tejido, necesariamente distinto al de un ensayo o texto crítico.

Pero el pasado marzo sucedió algo. Llegó a nuestras manos un juego que muchos esperábamos, pero que ninguno esperábamos por los motivos adecuados. Nier: Automata resultó no ser esa nueva cima de los juegos de acción made in Platinum que muchos estaban deseando, ese sucesor al trono de la bruja capilar por el que todavía aguardamos en silencio. A los que habíamos jugado al primer juego, sin embargo, esta promesa no solo no nos ilusionaba sino que era algo por lo que sentíamos un pavor explícito: el pilar del primer Nier era su valor narrativo y estético, su capacidad para afectar al jugador a nivel emocional, y a menudo el asunto jugable era más un peaje por el que había que pasar que un punto de interés real. Un énfasis en lo jugable podía significar también un abandono de lo que hacía especial al primer juego y eso era algo que ningún fan del Nier original deseaba. Lo que desde luego nadie se esperaba, ni los fans ni los bayonetistas, es que Automata fuese a ser un juego tan cargado de ideas, de temas; tan estimulante a nivel creativo, narrativo y artístico.

Nier: Automata no es un juego de filosofía o sobre la filosofía. Más bien es un juego preñado de filosofía y nutrido por ella. Un juego que incluye la filosofía como parte de su imaginario pero que, y aquí está el secreto, no lo hace depender de ella. Nier: Automata es, en realidad y ante todo, un juego sobre las dificultades que entraña el hecho de estar vivo, de formar parte de un mundo que escapa a nuestro control, poblado por criaturas distintas a nosotros, cuya perspectiva, cuya distancia con las cosas, es diferente a la nuestra. Es también un juego sobre robots y androides y las diferencias —de perspectiva— que eso puede entrañar. Es incluso, por qué no decirlo, un juego abiertamente japonés, que abraza la estética anime de los mechas, las lolitas y los diseños estrafalarios y pintorescos. Pero ante todo es un juego natural, espontáneo, seguro de sí mismo y de lo que es capaz de ofrecer, con una capacidad inmensa para poner en movimiento la imaginación, para estimular al jugador con ideas, momentos y propuestas que son siempre, sin excepción, interesantes.

Hablar de Automata y la filosofía es hablar de uno de sus personajes: el robot Pascal. Pascal ocupa una posición peculiar en el juego. Es un personaje relevante, probablemente central, que sin embargo tiene un rol tangencial al conflicto central del juego. Automata orbita en torno a las implicaciones de la guerra entre dos formas de vida artificial, los robots y los androides, 5.000 años después de que la humanidad abandonase el planeta escapando del conflicto. Pascal, a pesar de ser un robot, enemigo declarado de los androides, ha tomado la decisión abandonar la guerra y tratar de lograr la paz entre ambos bandos. Cuando 2B y 9S —los protagonistas del juego— se lo encuentran por primera vez, no solo no manifiesta ninguna hostilidad, sino que se ofrece a colaborar con ellos tanto como sea posible y les invita a visitar y explorar la aldea de la que es el líder, con la intención de que los androides le comprendan un poco mejor a él y su modo de vida. Su comportamiento desconcierta tanto a los protagonistas y choca de manera tan frontal con sus prejuicios y concepción de los robots que deciden no tomar medidas hasta que no consigan entender un poco mejor la situación.

¿Sueñan los androides con idealismo alemán?

Esto sucede, si bien no para los androides sí al menos para el jugador, cuando otro de los personajes del juego nos pide que volvamos a visitarle para darle nada más y nada menos que un libro de filosofía como agradecimiento por los suministros que ha entregado al campamento en el que viven los androides. Éste es solamente el primero de toda una serie de momentos en los que se relaciona al personaje con los asuntos filosóficos. La relación entre la filosofía y el comportamiento de Pascal queda incluso más clara cuando, en cierto momento, nos confiesa que está obsesionado con el conocimiento humano para «no volver a repetir sus errores.» A qué errores puede estar refiriéndose no queda del todo claro, lo que sí es cierto es que, relacionando este comentario con su interés por el pensamiento filosófico, no es complicado llegar a la conclusión de que ésta supone un elemento fundamental para entender las motivaciones del personaje. La relación de Pascal con la filosofía refleja perfectamente la relación que el propio juego mantiene con ella, porque no es solo en Pascal donde se expresa un interés explícito por ella: por ejemplo, la práctica totalidad de los jefes finales y otros tantos personajes más con los que nos encontramos a lo largo del juego tienen nombre de autores importantes para la tradición. Por ahí andan Immanuel (Kant), Auguste (Comte), Kierkegard, Simone de Beauvoir y Hegel, entre otros.

Decía que tradicionalmente la filosofía se había relacionado con el mundo y las cosas de una forma que pasaba por cierto impulso de superioridad. Durante una parte larga de su historia los filósofos han mirado la realidad con la misma frialdad que un médico forense examina las heridas de un cadáver. Es decir, que en cierto sentido, para poder analizar, pensar y explicar las cosas, primero las mataban (en sentido figurado, por supuesto). Pero lo cierto es que la filosofía, antigua y sabia como se la presupone, también se ha llegado a dar cuenta de esto. Resulta que a finales del siglo XIX un señor llamado Friedrich Nietzsche dedicó toda su vida y obra a condenar y criticar a la filosofía de su tiempo, cuyo último paradigma era precisamente el idealismo alemán, por este gravísimo error. Para Nietzsche, y otros que vendrían después, la filosofía en su intento por conocer las cosas, las había traicionado. Las había matado. ¿Cómo? Pues precisamente, creyéndose por encima de ellas. Creyéndose una supercosa por encima del resto de cosas con la potestad y derecho de juzgar las demás, forzando sus resistencias y obligándolas a encajar en unos moldes preconstruidos, los de los autores del canon filosófico que le precedió, y sometiéndolas a toda clase de prejuicios. Para Nietzsche la filosofía no había estado explicando el mundo, lo había borrado y sustituido por una ficción, exactamente igual que los dogmas de la peor de las religiones. Nietzsche defendió la posibilidad de establecer una perspectiva sin mediar distancia. De hacer la filosofía acompañado de aquello de lo que ésta quiere hablar. De establecer un diálogo, una conexión viva con la realidad, en lugar de un análisis inerte y estéril. Su obra es un trabajo de deconstrucción de todas esas taras que habían lastrado al pensamiento filosófico anterior. Nietzsche consagró su trabajo a derribar muros, el muro que separaba la filosofía de la vida, el que la separaba de la literatura, el que mediaba entre ella y la ironía, el juego , la vulgaridad o el sentido del humor.

A propósito de la filosofía, Automata tiene también un fantástico sentido del humor (también de la tragedia, pero eso es asunto del que hablar en otro momento y lugar). Una de las mayores pruebas del dominio de los autores y perspectivas filosóficas que maneja es, justamente, la manera que tiene de cachondearse de ellas. Sin ir más lejos, del mismísimo Nietzsche, al que Pascal le dedica un momento en el que básicamente le llama loco antes de cerrar uno de sus libros y soltar un magnífico «mejor me voy a contemplar el mundo con mis propios ojos en vez de enterrar mi cabeza en libros» (comentario éste que el propio Nietzsche aplaudiría hasta despellejarse las manos). De todos los momentos humorísticos protagonizados por la filosofía, mi favorito seguramente sea el que tiene lugar cuando nos encontramos, también en la aldea de Pascal, a otro robot (con chistera) llamado Jean-Paul y que no es otro que Jean-Paul Sartre. Jean-Paul se empeña en hacer preguntas incomprensibles a los androides —como que si piensan que la existencia precede a la esencia— y amenaza con discutir con ellos el concepto de existencialismo. Completamente ofuscados por el opaco comportamiento del robot, 2B y 9S se embarcan en una pequeña aventura por conocer a otros robots que hayan estado en contacto con Jean-Paul, en un intento de comprender un poco mejor al personaje. Para no arruinar el desenlace de la historia me ahorraré contar cómo acaba, pero puedo decir que es al mismo tiempo un homenaje y una parodia geniales del pensamiento y actitud del famoso filósofo francés.

¿Sueñan los androides con idealismo alemán?

Pascal y su aldea son la metáfora perfecta de la relación de Automata con los temas filosóficos porque no solo reflejan su magnitud y alcance, sino también la manera que tienen de darse. La filosofía de Nier, como sucedía en Nietzsche, está en continuidad con el resto del juego, tan perfectamente integrada y entretejida con el resto de aspectos temáticos, mecánicos, estéticos y argumentales que es fácil que pase desapercibida. En Automata la filosofía no está bajo la forma de ese respeto absoluto y reverencial, esa cabezuda dedicación devota de la que hablaba en otros juegos, sino como un aspecto más que se complementa y enriquece junto al resto. No está para revestir al juego de una falsa autoridad que es incapaz de obtener por otras vías. La distancia de Nier con la filosofía, por tanto, resulta que no es la de la arrogante superioridad jerárquica, sino la de la horizontalidad, la generosidad, la empatía.

En uno de los momentos del tramo final del juego, podemos llegar a descubrir que Pascal estaba escribiendo su propio libro de filosofía. Resulta que 5.000 años después de que la humanidad dejase de poder escribir libros, un robot de voz dulce y femenina decide continuar con nuestro trabajo donde a nosotros no nos quedó más remedio que dejarlo. Se trata de un descubrimiento que es realmente fácil perderse, como puede llegar a ocurrirle a uno mismo durante los pasajes más complicados de un libro de filosofía. Esto vuelve el mensaje aún más poético, porque nos muestra de forma muy sencilla y delicada pero también muy potente, no solamente cuál y cómo es la relación del juego con todo lo filosófico, sino también cuál debería ser la nuestra. Al final, Nier: Automata, al igual que el frágil Pascal, adopta la filosofía del modo más desinteresado, afectuoso y amable que es posible imaginar, porque en lugar de alejarse, de distanciarse de nosotros para mirarnos desde arriba, se aproxima, intenta estimularnos, mostrarnos problemas, hacernos pensar.

Nos da perspectiva.

***

Para 2K, la androide que me animó a escribir esto.

¿Sueñan los androides con idealismo alemán?

Imagen: Psuede

Colaborador

Estudió Filosofía en la Universidad Complutense de Madrid pero evita hablar sobre eso en la medida de lo posible. Actualmente está perdido en una espiral lovecraftiana de juegos desconocidos y olvidados. Ha colaborado en otros medios como Nivel Oculto y fue redactor en TecnoSlave.

  1. Majin

    Qué bonito, joder. El texto, sí, pero también los artworks.

  2. Pepetrucci

    Juegazo. Aún no lo he acabado (estoy por el tercer «new game») así que me guardo este artículo para cuando lo haya exprimido bien, pero no deja de sorprenderme cómo el puto Yoko Taro va profundizando cada vez más en la historia y las implicaciones filosóficas de esta.

  3. Kayhc (Baneado)

    Maravilloso.

    Por cierto, creo que se me pasó o no recuerdo donde te decía que estaba escribiendo su libro. Si alguien me lo cuenta lo agradezco mucho.

  4. Jorge Fuentes

    @kayhc

    Es un poco spoiler explicarlo por aquí, pero básicamente se descubre con una de las opciones que se pueden tomar cuando se nos da a elegir algo relacionado con el personaje cerca del final del juego. Si esto no te ayuda intenta buscar información por ahí, pero dar más detalles es arriesgarse a reventarle el juego a alguien. ¡Lo siento!

  5. Aku

    Pedazo de artículo y pedazo de juego.

    Había ganas de leer algo así después de haberlo jugado. Para mi uno de los mejores juegos precisamente por lo que es capaz de contar y cómo lo cuenta.

  6. Kayhc (Baneado)

    @welks
    @pep_sanchez

    Joder, si tenerlo debería tenerlo por que tengo el 100% de todo, incluidos datos y hasta peces, y sí me lo he tenido que leer. Pero joder, debería acordarme, luego lo miro en casa a ver qué me ha pasado.

  7. Pep Sànchez

    @kayhc

    Sorry, he borrado mi comentario porque me había liado y pensé que hablabas del libro que le entregas a Pascal —ese Pensées que es al mismo tiempo otra referencia clara y un spoiler.

    Lo del libro escrito por él la verdad es que tampoco lo recuerdo.

  8. Sams

    Bueno, bueno, si este artículo no da para estar en el anuario… Me ha parecido de lo mejor que he leído este año.

    No sabía de esta relación de la filosofía con el juego y si ya le tenía ganas a Nier ahora tengo el doble. Genial texto, no se hace pesado se entiende lo que quiere contar y las ilustraciones son preciosas. Enhorabuena, comparto y que haya muchos más como este.

    PD: ¿Entonces Nier Autómata es un juego nihilista? :p

  9. Kayhc (Baneado)

    @samsks
    No.

    @philip_s_owen

    Impregna todo. El nombre de los bosses es irónico, encarnan lo contrario de lo que predicaban.

  10. Jorge Fuentes

    @samsks

    Es un juego explícitamente existencialista y la inevitabilidad del sufrimiento es seguramente el tema central del juego, pero creo que está en el extremo opuesto al nihilismo. Si te lo has pasado habrás visto que el mensaje final es bastante esperanzador y una invitación a aceptar y disfrutar de las cosas, incluso a pesar de que éstas puedan llegar a hacérnoslo pasar realmente mal. El propio Nietzsche defendía algo así. Su filosofía parte del reconocimiento del sufrimiento, pero abraza ese sufrimiento como una parte fundamental de lo que significa estar vivo y lo reivindica precisamente por eso.

    El nihilismo tiene un poco más que ver con esa otra actitud derrotista propia de esa forma de pensar del «para qué me voy a molestar si me voy a morir de todas formas». Te distancias de los demás y del mundo y cultivas la apatía y la indiferencia porque consideras en último término irrelevante lo que puedas hacer o lo que te pueda pasar durante tu vida. Es la postura que clásicamente se asocia al existencialismo, pero creo que ni el juego ni Nietzsche tiran por ahí.

  11. JavierXBox

    Gracias por estos artículos tan currados. Os hace diferentes a otras web de videojuegos.

  12. Jorge Fuentes

    @philip_s_owen

    Como ya te comenta @kayhc, es justo al revés. He puesto como ejemplo a Pascal y su aldea porque es el sitio en el que se ve más claro, pero ya en el propio texto comento que la filosofía es una parte fundamental e imprescindible del juego y se puede apreciar a lo largo y ancho del mismo. De hecho, el juego va bastante más allá de la filosofía en cuanto tal. Maneja autores, perspectivas e ideas, pero también problematiza y trata cosas desde otros enfoques como el de la ciencia ficción.

    Es un juego con mucha miga y bien cargadito de chicha, la verdad. Si le das una oportunidad dudo que te defraude.

  13. Jorge Fuentes

    @pep_sanchez
    @kayhc

    Tomad, he puesto un momento el juego para sacaros una capturita. A esto es a lo que me refería.

    https://imgur.com/a/TN8I4

  14. alx10s

    Articulazo. Entre Nier, Horizon y Persona 5 lo tengo difícil para elegir estas Navidades. Y al Nioh no le meto en el saco porque aún confío en una edición física con todo el contenido.

  15. nothingmatters (Baneado)

    @welks

    Juraria que lo dice en una misión conjunta… ejem ejem con un final de la misma muy jodido en el que además tomas una decisión sobre él.

  16. Memnoch

    Magnífico artículo, felicidades.

    A todo esto, ¿Descartes no hizo lo propio en su época que Nietzsche? Puso en duda toda la escolástica que había imperado durante siglos y «empezó de cero» con su famoso cogito ergo sum, aunque con una inclinación mucho más racional. Parece que la filosofía se examina a sí misma cada cierto tiempo para adaptarse a la realidad social del momento. El filósofo se «aleja», busca reflexionar desde otro punto de vista sobre una sociedad que ha moldeado su forma de ser, y pretende discurrir sobre algo intrínseco a él. Según las interpretaciones que extraiga me parece una curiosa contradicción.

    Me sorprende que no hubiera un robotico de Descartes en el Automata. 🙁

    Por cierto, @welks, a ti que se te ve muy puesto, ¿qué obras recomendarías para empezar en este maravilloso mundo de la filosofía?

  17. Jorge Fuentes

    @memnoch

    Como intuyo que buscas algo ligerito que no te espante de por vida, te puedo recomendar el «¿Para qué servimos los filósofos?», de Carlos Fernández Liria. Cortito, ágil y con bastante mala leche.

  18. Jorge Fuentes

    Gazapo (he dado donde no era, que dios se apiade de mi alma).

  19. Kayhc (Baneado)

    @welks

    Muchas gracias, ahora creo que lo cogí, aunque me suena que lo puedes coger en cualquier momento… O también le puedes mangar más cosas XD. Luego lo miro.

  20. Memnoch

    @welks @philip_s_owen

    ¡Gracias a ambos!

    No me importa que el libro sea un tocho más o menos denso mientras no me escupa términos sin contexto, dándolos por entendidos. También compré hace varios días Lecciones preliminares de filosofía, de Manuel García Morente. A ver si poco a poco voy entendiendo a esta buena gente y entendiendo en general.

  21. bardo_bg

    @philip_s_owen
    Otra cosa no sé, pero @Memnoch inglés debe controlar muchísimo, ya que es uno de los traductores más ilustres del Clan Dlan.

  22. IndieSchatz

    Muy buen artículo, me encantó. Lo de «miradme, soy filosófico» me pone de los nervios cada vez que lo veo en algún juego. Espero poder jugar pronto a este juego, que le tengo ganas.

  23. Soraheart

    ¿Tiene spoilers de Nier, o hace falta jugarlo para entender el texto? Esque me llama mucho la atención, pero aún no lo he jugado 🙁

  24. Kayhc (Baneado)

    @soraheart

    Sí,no desvela trama pero sí lugares y situaciones que diría que es mejor verlos tú.No te va a fastidiar el juego pero si momentillos bastante chulos.

  25. Kayhc (Baneado)

    @philip_s_owen

    Pues hombre, puedes disfrutar ambos perfectamente en orden inverso aún jodiendote algunas quest y detalles de Autómata y fastidiándote algunos plots del primero ( yo los disfrute de lo lindo así) pero teniendo ambos y siendo ambos juegazos yo no me lo pensaba.Ademas NieR en 15/20 horas te lo has pasado sin correr ( A y B).

    NieR sin spoilers tiene que ser alucinante además de bello.

  26. satyr (Baneado)

    @philip_s_owen
    Para nada, yo no jugué nier y autómata lo disfruté como un enano, GOTY. Eso sí después me puse a leer y ver vídeos sobre él (el nier original) y tiene guiños y cositas que podrían haberme sumado un puntito, pero nada gordisimo . Dale sin asco

  27. Flamerats

    Fantástico. Me ha encantado, la verdad.

  28. siempreigual

    Se agradecen y mucho estos artículos. Gracias a este tipo de material, los podcast, etc es por lo que tipos como yo están por acá. Espero pronto poder apoyar desde Patreon, que la verdad merecido lo tienen, saludos al equipo.

  29. DarkCoolEdge

    @welks
    Me ha gustado mucho el texto. Y ahora tengo muchas ganas de jugar a Autómata. No sé si darte las gracias o maldecirte 😀

  30. Jorge Fuentes

    @darkcooledge

    ¡Ojalá lo primero!

  31. Cyran

    Me sucede algo raro con Nier: Autómata y es que no me engancha. A mis amigos les fascina el juego y aún hoy hablan de él. Tu artículo me motiva a volver a darle otra oportunidad.

  32. _nergal_ (Baneado)

    @cyran
    por que parte vas? por curiosidad