Un funeral de muerte

Análisis de Yooka-Laylee

Análisis de Yooka-Laylee

¡Pobre Yooka-Laylee! Pocos juegos tan felices van a ser inspeccionados con tanta atención en busca de deslices que demuestren que los plataformas en 3D están muertos y requetemuertos. Pocos géneros, dicho de otra forma, ven depender su supervivencia tan directamente de los tropiezos concretos de unos cuantos nombres conocidos; ni las aventuras gráficas, que tan mal nombre tienen en ciertos sitios, viven o mueren por las partes flojas de un juego firmado por Tim Schafer, por ejemplo. ¡Pobre Yooka-Laylee!

Con todo, Playtonic encontró los recursos para realizar su proyecto en, precisamente, la gente que confía en la relevancia de los juegos de plataformas en 3D, uno de esos géneros que, como la aventura gráfica o los juegos de rol clásicos, tienen casi vetado en la actualidad el acceso a los procesos de selección de las grandes compañías. La idea es cautivadora: recuperando a una parte importante de los responsables de Banjo-Kazooie en Rare, se quiere crear un nuevo juego que coja el testigo de esos pioneros de lo tridimensional que pisaron ese territorio más o menos desconocido descubriendo a cada paso nuevos problemas que tuvieron que resolver a base de ensayo y error. En el caso de Rare, es famoso (o infame) su gusto por los objetos coleccionables, alrededor de los cuales giraba en muchas ocasiones el diseño de los mundos, que se exploraban gracias a y en busca de los cientos de cositas que hay por todos lados.

Fue un recurso muy útil en un momento de la historia de los videojuegos en el que el espacio para la sutileza era mucho más limitado que ahora, sobre todo en consolas. Muchos coleccionables parecen hoy un lastre anacrónico o una solución fácil para dar estructura a los mundos cada vez más amplios y ricos en los que se desarrollan muchos blockbusters; pienso en las cafeteras de Alan Wake, por ejemplo, o en las tareas más cansinas de algunos sandbox de Ubisoft. La manera en que los usa Yooka-Laylee es igual de anacrónica pero mucho más encantadora, por cómo imita descaradamente a Banjo-Kazooie y Donkey Kong 64 diseñando sus niveles con el coleccionable en mente; recogerlos es necesario para avanzar, útil para explorar y, por qué no, normalmente divertido, una actividad que suele estar acompañada de desafíos interesantes y variados y que funciona bien en combinación con los mapas con muchas cosas que hacer, densos a lo ancho pero también a lo alto. El objetivo último es vaciar de coleccionables cada mundo, como Yooka y Laylee pero también usando a otros personajes con los que hay que enfrentarse al nivel de otra manera; pasarse un mundo en Yooka-Laylee consiste en despojarlo de objetivos, en agotarlo.

Esto pasa en muchos juegos, pero en Yooka-Laylee es más pronunciado porque esa obsesión por el coleccionable está en el centro de todo. El movimiento de la pareja protagonista es funcional pero no destaca particularmente; sirve igual que servía el de Banjo y Kazooie, el modelo en el que se basa Playtonic, pero es inevitable pensar en el bien que le haría a este juego que el mismo acto de manipular a los personajes fuera igual de estimulante que la recolección de cachivaches. En el peso y la inercia de Yooka y Laylee es probablemente donde menos chispa se ve de todo el juego: se echa en falta algo más de fricción, como si faltara contacto con el entorno. Al ataque le falta impacto, como si nunca llegara a tocar a los enemigos; al nadar y bucear da la sensación de que el agua no opone la resistencia correcta; la manera en que flotan algunos objetos no es sospechosa porque no te creas que una carta o una llave puedan flotar, sino porque no suelen relacionarse con Yooka y Laylee de ninguna manera, como si fueran hologramas. En la carrera normal es donde se ve más intención: la cabeza de Yooka se ladea siguiendo la dirección del movimiento, un efecto bastante bien traído, aunque las animaciones, que aun así no son malas, no resisten la comparación con las de los personajes en los que se basan, que no podían permitirse muchas cosas pero transmitían dinamismo a través del movimiento exagerado de los brazos, las piernas o el cuerpo entero de una forma mucho más convincente. Personalmente esta mediocridad no me ha molestado demasiado, más allá de los momentos en que la cámara mete la pata, pero creo que le quita algo de interés a un juego que podría haber traído a la actualidad su fórmula realzando sus puntos fuertes gracias a alguna puesta a punto concreta, como hace Nintendo con Mario, por ejemplo, o, sin mirar tan alto, Ubisoft con Prince of Persia: me refiero a esa forma de entender la inercia y la fricción que crea la ilusión de que nuestro avatar es una parte dentro de un todo mayor y coherente, y no algo parecido a un cursor con el que aspirar coleccionables.

Análisis de Yooka-Laylee

Hace falta más que un control mediocre, en todo caso, para quitarle validez al ejercicio nostálgico de Playtonic, que en realidad garantiza un nivel más que decente a cualquiera que pueda olvidar que en este tiempo hemos tenido juegos como Psychonauts, que entrelazaba de manera brillante el diseño de los niveles con la historia de sus personajes, o como Mario Galaxy, que dejaba de lado el espacio de paseo para apostar por el concentrado de plataformas. Personalmente, no creo que el género que intenta revivir Yooka-Laylee estuviera muerto en primera instancia, o que esté agotado; los puntos flacos del juego de Playtonic no tienen que ver con ningún problema intrínseco a los plataformas en 3D en general, sino que parecen exclusivos de la manera de afrontar este proyecto. No todos los mundos son igual de interesantes, aunque en todos se ve mucho mimo; el sentido del humor quiere imitar la candidez de antaño, pero la dirección en que funciona (entonces iba dirigido a niños; me resulta difícil pensar en Yooka-Laylee teniendo un impacto similar en el público infantil de hoy) haga que el dardo no dé en la diana; los divertimentos que añaden un toque de variedad al conjunto no suelen ser particularmente interesantes, porque suelen hacer que las flaquezas del control se vean más o porque parecen sustitutos baratos para secciones o enfrentamientos más complejos y difíciles de crear. En cierto momento, el propio juego hace una broma a ese respecto, choteándose de lo ramplón que es colar un concurso de preguntas y respuestas en un sitio donde habría sido más apropiado meter un combate importante o un desafío de plataformas: algunas veces parecen excusas, y otras, bromas honestas sobre la realidad económica de Playtonic, sobre la extraña paradoja de estar haciendo con cuatro perras, como quien dice, un juego que hace referencia constante, incluso en el menú de pausa o las cajas de diálogo (ruiditos incluidos), a otros que aparecieron cuando los plataformas en 3D estaban en la cima de su popularidad.

Es ese algo incómodo y poco concreto lo que hace que Yooka-Laylee sea un juego raro a pesar de ser solo un juego de plataformas, el género más normal del mundo. Uno de mis géneros favoritos, también. Los animales parlanchines y los mundos de colores fueron un recurso muy inteligente para esquivar esa bala letal que sí afectó a tantos juegos protagonizados por humanos a finales de los 90 y principios del nuevo milenio; los de Yooka-Laylee, sin embargo, casi recuerdan más al humor incómodo y de cielo nublado que tan bien se les da a los británicos, y recuerdan a ese humor de manera involuntaria, como si Playtonic supiera que no queda otra, que esa aproximación irónica, que ya se veía en Banjo-Kazooie y, cómo no, en Conker’s Bad Fur Day, está en el corazón de sus juegos, en su ADN. Yooka-Laylee es un experimento estilístico interesante, en el fondo, y ese valor me parece innegable; por lo demás, es un plataformas más o menos olvidable pero creado con mimo y buena mano, que se conforma con tener un alcance limitado a cambio de hacer un poco lo que quiere, cuando quiere y como quiere. Es una forma de afrontar lo retro tan válida como otra cualquiera, creo yo: el caramelito para nostálgicos, que tanto se disfruta mientras lo tienes en la boca pero que se acaba no deja poso ni reemplaza al caramelo original. [6]

  1. Sams

    Tenía la idea de pillar este juego cuanto antes de verdad. Le tenía unas ganas tremendas pero… visto lo visto rejugaré los banjo originales con el Rare Replay y cuando esté a mitad de precio probaremos este experimente nostálgico que es Yooka-Laylee. La nostalgia nos va a matar un día de estos.

    PD: ¡Gracias por el aviso en forma de análisis Anait!

  2. Diegodc

    Buen analisis @chiconuclear.
    Deseando estoy que me llegue mañana y rebatirte todo el analisis porque se merece un 8
    (Si confirmo que se merece un 6 me escondere como una perra, claro esta)

    Es lo que espero y tu ultima frase me parece mas que bien, ese es el caramelo que yo quiero hoy, ahora.

  3. Diegodc

    @petete_torete dijo:
    La verdad es que no hay nota que me quite las ganas de esta mandanga.

  4. octopus phallus

    Parece una de esas copias plataformeras baratas que se hacían de las películas infantiles cuando la PS2 y tal (igual lo siguen haciendo, no lo sé ).

    Porque es lo que es.

  5. Tachenko

    Los Banjo han envejecido mal, como prácticamente todos los juegos de N64. Aún así, prefiero rejugar a los originales antes que a esta copia falta de carisma

  6. Pep Sànchez

    Compro la idea esa de que un plataformas no puede hacer daño, nunca va a restar en la Gran Ecuación Videojuerguista. Si a uno no le queda más remedio que sacar un juego regulero, como mínimo que sea un plataformas.

    Con todo, no me planteo jugarlo porque tengo demasiadas cosas pendientes 🙁

  7. Aurum

    @tachenko

    Se considera copia cuando está hecho por «los creadores» del juego copiado?.

  8. calavero

    Si le cascasteis un Señor Ocho al pedete de Snake Pass, me parece a mi que voy a hacer un Yooka Pass guapo.

  9. alexman85

    @petete_torete dijo:
    La verdad es que no hay nota que me quite las ganas de esta mandanga.

    Exactamente lo que mi corazón lleva diciéndome en todas las reviews que llevo leídas.

  10. Víctor Martínez

    @nin dijo:
    Yo me lo voy a jugar igualmente, y hay que decir mas a menudo que Baches y Cachivaches era, y es, un gran juego, y visto esto mas injusto me parece como se valoró aquel lanzamiento, lo voy rejugando a ratos en One y me parece uno de los mas maltratados de la época.

    Es difícil de ver pero para mí es de los que mejoran con el tiempo, la verdad sea dicha, un juego raro y genial. Menos Perfect Dark Zero, que es una puta mierda (y lo que me dolió en su día), en esos años Rare hizo juegos muy buenos. Hasta Kameo me parece mejor de lo que se suele recordar.

  11. Majin

    @nin
    Los coleccionables per se no son malos, siempre y cuando la manera de conseguirlos sea buena.

    Supongo que has puesto Horizon como ejemplo para no dejarte la puyita a Sony diaria que tu organismo necesita, no? Porque anda que no hay mil ejemplos peores…

  12. landman

    Maldito Steam, a qué hora es el preload? a qué hora puedo jugarlo?

    Me doy por satisfecho, por el análisis veo que es un Banjo Threie, que es por lo que les di 10 libras en el kickstarter, disfruté mucho volviendo a jugar los banjo en 360 en HD, y también disfruté del bachesycachibaches, como juego distinto, con las pedradas de Banjo. No disfruté, sin embargo, de DK64, ni de Kameo, ninguno de los dos me lo pasé, el primero por hacerme entrar en cada pantalla con cada uno de los 5 personajes para completarlas, el segundo por aburrirme y por un control raro..

  13. rotoso

    A ver cuánto tardan en sacar algun mod para jugar con Banjo y Kazooie los señores peceros

  14. octopus phallus

    @aurum dijo:
    @tachenko

    Se considera copia cuando está hecho por «los creadores» del juego copiado?.

    Pues hombre, estaban intentando copiar el juego original ¿no?

    Pero vaya, que aunque no lo consideres copia. Han pasado 20 años y ésa gente ha estado haciendo otras cosas, está claro que se les ha olvidado cómo hacer un plataformas porque les ha salido tirando a pedo. Y nos podemos poner hasta filosóficos: ¿es uno la misma persona tras 20 años? ¿Eres el mismo con 25 que con 45?

  15. alexman85

    @nin dijo:
    Horizon: Zero Dawn te estoy mirando a ti.

    Precisamente Horizon Zero Dawn es uno de los pocos juegos en los que veo más utilidad en los coleccionables porque te permiten adquirir nuevo equipamiento. No son mera chorradas que te hagan perder el tiempo buscándolas.

  16. landman

    El caso es que buscar 100 notas musicales en los banjo no es un extra para alargar el juego, es un objetivo para hacer todas las plataformas que se han molestado en diseñar, y de paso llevarte a otros puzles con otros premios. En Tooie me molestó un poco tener que salir de las pantallas sin dejarlas al 100% la primera vez, y volver con la habilidad de otro sitio o incluso colarte a ese mundo desde un atajo de otro mundo para poder completarlo. En DK64 se pasaron de la ralla con la repetición, una cosa es que te pasees por el escenario transformado en dinosaurio o en hormiga, otra que te tengas que patear el escenario entero con 5 personajes distintos.

  17. Diegodc

    @chiconuclear dijo:

    @nin dijo:
    Yo me lo voy a jugar igualmente, y hay que decir mas a menudo que Baches y Cachivaches era, y es, un gran juego, y visto esto mas injusto me parece como se valoró aquel lanzamiento, lo voy rejugando a ratos en One y me parece uno de los mas maltratados de la época.

    Es difícil de ver pero para mí es de los que mejoran con el tiempo, la verdad sea dicha, un juego raro y genial. Menos Perfect Dark Zero, que es una puta mierda (y lo que me dolió en su día), en esos años Rare hizo juegos muy buenos. Hasta Kameo me parece mejor de lo que se suele recordar.

    Confirmo

  18. Molinaro

    Me pasa algo muy extraño.
    Desde el momento que salieron los primeros vídeos e imágenes he pensado en este Yooka Laylee: Entretenido, más o menos cuidado pero imposible de desligar de sus referentes más claros. No sé hasta qué punto se puede valorar realmente este juego como algo más que una copia descafeinada de sí mismo, una actualización en el peor de los sentidos o incluso una broma rancia.

    No sé hasta qué punto es valorable que gente presuntamente talentosa que ha hecho «historia» y ha trabajado en juegos reconocidos vuelva casi veinte años después a hacer exactamente lo mismo, pero posiblemente peor.

    P.D.: El primer párrafo-entradilla me ha encantado, salvando ese LOS que creo que es una erratilla.

  19. AdrianXunkeira

    Como me duele leer esto :_(

  20. alexman85

    @nin que sean necesarios o no dependerá de en qué momento los hayas conseguido todos o no. Yo llegué a vender un conjunto de flores al mercader de Meridian que te las pide que me proporcionaron cajas del tesoros con modificadores que me vinieron bien. Quizás es que tú hiciste todo eso cuando ya no te hacía tanta falta o lo que sea, no lo sé. Yo te hablo desde mi experiencia y te aseguro que me vinieron bien las flores que recogí.

    Y lo que comentas de que los coleccionables los colocan en zonas de peligro o difícil acceso, no sé… Lo veo más normal que colocarlos por el camino. En el juego además está justificado porque son objetos preciados por comerciantes y buscadores, por lo que no deberían ser fáciles de ver.

    Pienso como @majinantonio : en los ejemplos de juegos con coleccionables tontos hay ejemplos mucho peores, y creo que Horizon ni siquiera es un ejemplo de ello.

  21. NeoIbero

    Yo también esperaba con muchísimas ganas este juego (luego de que lo cancelaran para Wii U, menos, también es verdad), pero sí es cierto que por los vídeos la sensación que transmite es de ser muy repetitivo.

    Si en la mano tiene pocas cartas más aparte de la de la nostalgia, mejor ir directamente a la fuente original de la misma.

  22. Majin

    @chiconuclear dijo:

    @nin dijo:
    Yo me lo voy a jugar igualmente, y hay que decir mas a menudo que Baches y Cachivaches era, y es, un gran juego, y visto esto mas injusto me parece como se valoró aquel lanzamiento, lo voy rejugando a ratos en One y me parece uno de los mas maltratados de la época.

    Es difícil de ver pero para mí es de los que mejoran con el tiempo, la verdad sea dicha, un juego raro y genial. Menos Perfect Dark Zero, que es una puta mierda (y lo que me dolió en su día), en esos años Rare hizo juegos muy buenos. Hasta Kameo me parece mejor de lo que se suele recordar.

    Jugaste un tal «no se qué de ghoulies»?

  23. Víctor Martínez

    @majinantonio
    Bastante normalito ese, si Platinum tiene altibajos imagina Rare.

  24. Majin

    @chiconuclear
    No sé ni de qué iba. Pero fue la primera colaboración con MS, creo…

    Siempre he pensado que ni la Rare de N64 era taaaan buena ni la de MS taaaan mala

  25. Maki

    Grabbed by the Ghoulies, recuerdo jugar a la demo en Xbox, no me gustó mucho…

  26. landman

    El Ghoulies es un despolle pero la jugabilidad… quisieron ir de originales, solo por adelantarse al control de too human y hacer too human más mediocre aun ya merece existir.

  27. Ronso

    Ayer le metí un par de horas, que me dieron para conseguir 10 páginas del primer mundo. Anque supongo que, como avisan en todas partes, la cosa se estropeará a medida que vaya avanzando, en este primer contacto me ha parecido un juego bastante por encima de lo que está diciendo la crítica.

    Es la fórmula 100% Rare, sólo actualizada a nivel visual, porque en cuanto a mecánicas, control, objetivos, personajes, música, sonido y guión, es la secuela de Banjo Kazooie que Baches y Cachivaches debería haber sido. Incluso me recuerda bastante a Conker.

    El problema es que, aunque nos repitan hasta la saciedad la idea de que los plataformas 3D se extinguieron a finales de los 90, la realidad es que han ido evolucionando con juegazos de la talla del primer Jak & Daxter, llegando a la perfección con Super Mario Galaxy y secuela, sin que todas esas mejoras en mecánicas, control y ritmo se hayan reflejado en este Yooka Laylee.

    En otras palabras: quien quiera un juego que reproduzca exactamente -para lo bueno y lo malo- lo que hizo Rare para la N64, es lo que se va a encontrar en este, muy bien ejecutado por (casi) la misma gente, y sin salirse ni un ápice de la fórmula que ellos mismos crearon.

  28. landman

    Le he pegado 4 horas, hasta llegar al segundo mundo, me parece que no expandiré los mundos hasta que no llegue al final del juego, pq el primer mundo expandido me ha parecido demasiado largo, demasiado rato metido ahí (casi las 4 horas), y volvemos con lo de no poderlos completar sin poderes de más adelante. Joder con lo perfecto que era b&k que en 10 horas te habías hecho los 10 mundos completándolos todos al 100% a la primera!

    A parte de esto, joder, todo bien! en la intro me daba la sensación de estar en una secuela real, en otro lugar y con otros personajes, pero dentro del mundo de Banjo xD el control una delicia, y sí que nada más rápido de la cuenta, pero no molesta la verdad.

  29. Sev

    Un juego basado en otro juego mediocre acaba siendo mediocre también. ¿Sorpresa?

  30. Manji_Rocks

    Es solo un análisis más, que algunos os tomáis ese 6 como si esto fuera la santa biblia y lo mismo os perdéis un juego notable. Las notas son muy dispares y creo que dependerá mucho de las ganas plataformeras y de revivir un género que tenga cada uno.

  31. landman

    @sev
    Depende de a qué juego mediocre te refieras, el primer Banjo Kazooie tiene cero fallos para mi, y lo he rejugado en su versión de 360 en medio del suplicio que ha sido Yooka Laylee. Para mi Y-L tiene cero problemas en el control, los problemas son de progresión, de estructura de juego, les quedó un juego corto y lo alargaron con mierdas repetitivas, es lo que me parece a mi. Si te gustan este tipo de juegos, ignorando algunas cosas, puedes disfrutar, pero esas cosas están ahí, aunque sean gordísimas, como una última habilidad que destroza el juego entero si decidiste tirar palante en lugar de ir y venir decenas de veces con cada nueva habilidad, que es como han diseñado el juego para alargarlo hasta el infinito.

    Un 6 sobre 10 merecidísimo, tras haberlo jugado entero.