Pixeles y palabras

Hilos rotos

Deborah López reflexiona sobre cómo las malas experiencias en los títulos multijugador pueden llevarnos a alejarnos de este modo de juego. También sobre la importancia de reivindicarnos.

Casi nunca juego en compañía. El sudor frío que me recorre el cuerpo y la ansiedad que me acongoja al pensarlo me disuade de hacerlo. Huyo de ello como huiría de jugar cualquier título en primera persona, pero la diferencia entre ambos temores es que, mientras el segundo tiene su razón de ser en la cinetosis que padezco desde hace casi una década, los multijugadores no tienen una afección que me impida físicamente acercarme y divertirme con ellos. Más bien son una multitud de factores los que me han hecho aceptar que ese tipo de modalidades no son para mí y jamás lo serán. 

Juntos, estos factores se han transformado en una especie de voz intrusiva que, cada vez que un videojuego multijugador llama mi atención, como Among Us, me susurra las razones por las que debería pensar que no me gusta compartir mi afición con otras personas afines. En vez de buscar el centro de ese rechazo tan fuerte, algo dentro de mí decidió camuflarlo con la apariencia de una elección que había tomado y que era característico de mí. El problema es que esa supuesta decisión me hace sentir mal, ya que por un lado quiero jugarlo y por el otro tengo miedo de hacerlo. 

No siempre he rehuido de los videojuegos multijugador. En mi juventud temprana, miraba con ojitos tiernos títulos en línea como League of Legends y World of Warcraft, aunque ya por aquel entonces tenía ciertas reticencias a entrar. Pensaba en la manera que, en mi infancia, la torpeza propia de la temprana edad me había granjeado comentarios terribles acerca de lo mala jugadora que era. Tan mala, que poco a poco vi como algo normal que nadie quisiese compartir un rato conmigo a los mandos. 

Así que empecé a jugar sola y a veces a escondidas, para que nadie tuviera que ver lo inútil que era. Eso despertó en mí las ganas de superarme, de no depender de otras personas para divertirme. Pero también me llevó a apropiarme de una culpa y una vergüenza que se sumaba al rechazo que sentía por ser una niña o una chica en los videojuegos. Cada vez más sola y expulsada, fui callando hasta que mi voz solo sonaba en la clandestinidad de mi mente y mis manos solo pulsaban botones en la oscuridad del cuarto.

Por esa razón, al ver el capítulo 7 de Nerfeadas conecté inmediatamente con el testimonio de la diseñadora narrativa África Curiel. Además de hablar sobre la competitividad que surge en entornos con jugadores masculinos y la aprehensión al fallar que tuvo como respuesta a ver los videojuegos solo como un campo para la rivalidad, Curiel expresa que ser el «hazmerreír» le creó una barrera mental con frases demoledoras como «tú no puedes», «no sabes y no vas a saber nunca» o « tú eres muy torpe». 

Esto le marcó, ya que ella misma admite que, para evitar la típica frase de «claro, es que es una chica y por eso no sabe jugar», en vez de practicar en privado como otras jugadoras hasta conseguir la perfección y ganar a los jugadores, evitando así las mofas, decidió que nadie más la volvería ver jugando al título. Escucharla desencadenó en mí recuerdos y dudas, porque después de tanto tiempo pensando que no me gustaba jugar con otras personas, el malestar que padezco al pensar en los títulos multijugador podría ser la manera en que me protejo frente a lo que no quería experimentar una vez más. Lo que dice Curiel en el capítulo es, punto por punto, lo que yo misma había soportado y a lo que me había resignado.

Y es que a pesar de mi desconfianza, en diferentes edades he intentando entrar en títulos multijugador masivo en línea sin demasiado éxito. Lo que he encontrado han sido reacciones distintas según si el personaje era masculino o femenino, faltas de respeto porque sí, mal perder y agresividad desmedida, acoso y amenazas, etc. Sobre todo si algunos usuarios saben que detrás de la pantalla hay un perfil que no se corresponde con el de hombre, blanco y heterosexual. Habrá quien crea que «esto es lo que hay en Internet» y que «te acostumbres, porque no va a cambiar», pero pensar así solo da carta blanca a ese tipo de usuarios, construyendo una burbuja alrededor de las comunidades tóxicas. 

Al final, más rechazo solo me llevó, como a otras personas, a descartar los títulos multijugador. En casos especiales, a montar un grupo estable y respetuoso con el que poder jugar sin sufrir por ello. De ahí que las partidas que he jugado a Among Us sean con un grupo de amigos y amigas que conozco desde hace más de 8 años y tras considerarlo detenidamente durante semanas. De puertas para fuera exhibo la fachada de que no me gustan y prefiero sumirme en títulos de un solo jugador. En cambio, por dentro se me ocurren mil pensamientos intrusivos al recibir una invitación al título multijugador del momento.

Captura del informe desarrollado por el ISFE

El testimonio de África Curiel y el mío no parecen ser las únicas vivencias que señalan el proceso por el cual eliminamos videojuegos de nuestra lista de pendientes. A juzgar por las conversaciones con amigas y compañeras, las múltiples reivindicaciones y denuncias diarias que activistas y jugadoras comparten, los documentales como Nerfeadas y decenas de textos hablando sobre el tema, muchas mujeres evitamos los títulos multijugador. Otras veces parece nuestros testimonios no son suficientes y es necesario que un hombre experimente por sí mismo «ser mujer» en los juegos online para que se le dé mayor relevancia. Si nuestra palabra y la ajena no es suficiente, la tendencia que se refleja en los datos del informe de 2020 del ISFE (Europe’s Video Game Industry), señala cifras preocupantes. Si bien las jugadoras somos un 45% del cómputo total de jugadores, de ese porcentaje solo un 23% juega a títulos multijugador en línea y solo un 16% en videojuegos multijugador local. 

¿Pueden más cifras respaldar lo que muchas personas llevamos tiempo insistiendo? A tal efecto, la ADL (Anti-Defamation League) con ayuda de Newzoo publicó en julio de 2019 un estudio sobre las experiencias en los juegos en línea, entre ellas el acoso. Solo en Estados Unidos, el 74% de jugadores había recibido acoso, de los cuales el 53% reportaron que fue por su etnia, religión, capacidad, género u orientación sexual. En detalle, la investigación reveló que un 38% de jugadoras y un 35% de jugadores del colectivo LGTB+ habían recibido acoso por su género y orientación sexual. Por desgracia, siempre hay quien nos tilda de exagerades o destrozavideojuegos, en vez de analizar los mecanismos detrás de nuestro malestar y de números bajos. 

Crear líneas de apoyo y comunidades seguras son algunos de los apaños para que les jugadores que han tenido malas experiencias puedan acceder a los títulos multijugador. Por esa razón, al conocer los resultados del estudio la traductora y localizadora Tamara Morales creó Play Safe, un servidor de Discord para mujeres y personas de género no binario. La finalidad es construir lugares que sirvan de puente para jugar a salvo, sin haber de tolerar las frases, risas, insultos y otros malos modos que nos hacen abandonar los títulos multijugador. El proyecto tuvo una muy buena acogida, lo que hizo pensar a Morales que había una necesidad sin cubrir relacionada con la falta de mujeres en los videojuegos multijugador en línea. Solo creando un espacio en el que ellas y elles pueden sentirse segures, las partidas empezaron a fluir entre les miembres. Ya no es necesario quedarnos callades, fingir ser hombres o esperar que nuestro grupo de amistades cercano tuviese tiempo para echar unas partidas. No obstante, esta no es la solución definitiva al problema de base que nos afecta a les jugadores desde que entramos en el medio.

Al animarme a jugar a Among Us, a pesar del miedo y la ansiedad que me atenazaba, me di cuenta que los videojuegos multijugador en realidad me gustan. Hasta pude ser impostora muchísimas veces, asesinando vilmente a mis amigos y amigas, actuando y buscando excusas, sin reproches, sin pasarlo mal y sin comentarios despectivos relacionados con mi género. Hubo risas, hubo bromas y hubo buen ambiente. Así empecé a amar el título de InnerSloth. Con él entendí que los videojuegos multijugador también pueden acercarme a las personas que aprecio y divertirme con ellas, en vez de pasar un mal rato. 

Aunque mi aprensión disminuyó al experimentar por mí misma las virtudes de los videojuegos multijugador dentro de uno de mis círculos sociales, sigo intentando romper con los pensamientos, emociones y sensaciones que me invaden al pensar en volver a repetirlo. No es que no me apetezca, es que esa barrera mental a la que se refería Curiel sigue presente. Por esa razón, apenas puedo jugar delante de la mayoría de personas o compartir partidas al juntarnos todes en quedadas o eventos. He de estar preparada mentalmente para afrontarlo, para que la voz que me repite lo que un día me dijeron no venza a la ilusión y las ganas de hacerlo. Pero no me rendiré.

He venido para quedarme.

Colaboradora

Apasionada de los videojuegos independientes y de la comunicación, no duda en hablar sobre videojuegos allá donde es bienvenida. La curiosidad me lleva a buscar respuestas en los lugares menos sospechados, así que siempre tengo preparadas algunas preguntas.

  1. Dureo

    Este maravilloso titulo me ha hecho reflexionar sobre los motivos por los que yo casi nunca juego multijugador. Y mi conclusión puede sonar un tanto antitética, pero es para no sentirme solo. No soy una persona antisocial y sin amigo, para nada, pero mi grupo de amistades no juegan a videojuegos habitualmente y me cuesta entablar relaciones con gente on-line. De ese modo cuando juego un multijugador acabo haciéndolo en solitario con desconocidos y no me siento nada integrado lo que hace que la experiencia no sea muy agradable.
    Yo también he disfrazado durante años ese rechazo como una decisión consciente y diciendo que «no me gustan tanto los juegos multijugador» pero es una mentira que uno se cuenta a si mismo para sentirse mejor.

    Mi caso es diferente al de Deborah o al de África Curiel ya que, «»»»por suerte»»»», soy un hombre, blanco y heterosexual por lo que pocas veces he recibido acoso (algún insulto por no saber jugar en mi primera partida a algo si que me he llevado). Pero es curioso como leer las reflexiones de otra persona a una situación similar ayuda a escucharse uno mismo y entenderse un poquito mejor.

    Muchas gracias Deborah por tu articulo.

    *Si has llegado hasta aquí… Perdón por el textaco XD

    1. jk_eye

      @dureo
      Me suscribo a estas palabras.

  2. prullansky

    De ahí que las partidas que he jugado a Among Us sean con un grupo de amigos y amigas que conozco desde hace más de 8 años y tras considerarlo detenidamente durante semanas.

    Uf, me ha impactado sobremanera esto.

    ¿No te animas a jugar Among Us con desconocidos? Por las dos partidas que mal jugué no parece que sea un juego en el que otros jugadores te penalicen por «jugar mal». No sé cómo se pone la cosa en las últimas rondas y si la gente se engorila pero al no estar basado en la habilidad a los mandos pues quizá te cuadre y te valga de terapia.

    Yo he vuelto al Rocket League ahora que está gratis en Switch y a la gente le gusta mucho meterse con quien comete un fallo de una manera un tanto retorcida e indirecta, usando lso mensajes predefinidos como burla: los típicos cinco mensajes seguidos de NICE SHOT! cuando metes gol en tu propia portería sin querer y mierdas así a mansalva. Y me jode porque yo soy el típico que suelta un NICE SHOT a cualquiera del equipo contrario que haga una buena jugada, pero me da que voy a acabar desactivando los mensajes…

    1. El Jugador Medio

      @prullansky

      El que más rabia me da es el «ff please» cuando vas 0-2 y quedan 3 minutos por jugar. Me parece la mayor falta de respeto, porque ya no es algo dirigido hacia uno, es falta de respeto hacia el propio juego. También es cierto que un par de veces que he contestado «nunca, esto es un juego» o algo así, algunos me han contestado «pues también es verdad» o «ese es el espíritu».

      Por otro lado, remontar esos partidos son los que más gustico dan ^^

    2. codenar

      @prullansky
      A mí en rocket league en PS4 me han dicho muchas lindezas, desde que debería desinstalar el juego hasta desearme que pille cáncer. Además de las más socorridas, que son las que comentas, y que pasan en más o menos la mitad de los partidos. O sea, en una de cada dos partidas tienes que lidiar con mierdas de esas.

      A mí tampoco me gusta jugar online, y tengo claro la razón, y es que la cantidad de maleducados (por llamarlos de algún modo) que te encuentras es mucho más numerosa que lo que estoy dispuesto a aceptar. Muchos juegos online sí que me gustaría probarlos, pero francamente, en la mayoría de los casos lo desestimo porque creo que no compensa.

      Y siendo una mujer debe ser mucho peor. Recuerdo hace mucho que me instalé el Dofus porque me apetecía probar un MMO gratuito, y me hice un avatar femenino. A las pocas horas ya tenía varios mensajes de jugadores que se dividían entre dos categorías: los que me preguntaban si quería ser su novia y los que me llamaban puta.

      Es necesaria mucha más moderación de la que hay. Ánimo, Deborah, ojalá puedes sentirte a gusto de una vez por todas, que en eso deberían consistir los jueguitos.

      Editado por última vez 8 octubre 2020 | 18:16
  3. eldudenino

    Muchas gracias por el valiente artículo Deborah y ánimo con tu batalla interna. Algunos estamos contigo en las mismas trincheras.

  4. Jean_Esam

    Aquí otro varón blanco cis hetero con el mismo problema. El simple hecho de pensar en los multijugador online me provoca una extraña y sutil incomodidad en un rincón de mi cabeza. Se me acelera el pulso ligeramente y, si algunos amigos están hablando del tema, tiendo inconscientemente a intentar cambiar de tema cuanto antes. Ya digo, es una cosa muy leve, nada parecido a un trauma, pero es innegable que el simple concepto de “multijugador online” me produce rechazo. Veo vídeos de YouTube de estos juegos con envidia, pero al final nunca me atrevo, porque cuando lo intenté (en mi caso fue con Guild Wars) algunos me hicieron sentir como si les estuviera haciendo perder el tiempo y jodiéndoles la diversión, he recibido faltas de respeto (leves, pero faltas de respeto aún así) y en general, me he sentido en territorio hostil. Al final uno piensa que no merece la pena. Y nunca mas vuelve.

    Editado por última vez 8 octubre 2020 | 11:08
  5. Gordobellavista

    Hoy quiero confesar que yo he dejado el online pero desde el lado contrario. He sido ese que insulta y llama noob a los demás.

    Fué con World of Warships. Y fué bestia porque el juego me gustaba bastante, pero lo desinstalé como quien se quiere quitar de la droga porque me di cuenta de que me estaba agriando el carácter. Bueno, eso es mentira, a la media de cerrar sesión me había olvidado del juego, pero esa media hora hasta que se me pasaba, el cabreo era de úlcera gástrica y eso sí que es verdad.
    Mi problema es que no podía aceptar que hubiese gente en la partida que jugase sin tomárselo minimamente en serio. Al ser un juego por equipos, mi progresión dependía de los compañeros que me tocasen, y ahí está la perdición.
    Creo que se da un conflicto real aquí. Una vez recuerdo que un amigo me enseñaba en su casa el último battlefield. Hacía cosas para que viese todas las características del juego sin atender a la partida. Yo estaba agobiadísimo y no hacía más que decirle que ok, que me había hecho a la idea y que se saliese ya. No podía parar de pensar en cómo le estabamos jodiendo el juego a todos los de su equipo. No es una cuestión de competitividad, es una cuestión de respeto al otro y de no hacerle perder su tiempo.

    Que se entienda como explicación, no como justificación. Los factores importantes en este problema son el machismo y el racismo, por supuesto, la frustración que solemos soltar frente al mando como también hacemos frente al volante, y lo fácil que es hacer daño cuando a la persona no la tienes delante. Es como en la noria de El tercer hombre, no ves personas, solo nicks.

    Y, en mi opinión, esto tiene una solución sencilla: los baneitos. Por experiencia personal, (en mis carnes y en la de compañeros de juego), esa disuasión es la que de verdad funciona. Lo que pasa que claro, las compañías son tiendas. Y mucho negocio no vas a hacer si estás todo el día echando a clientes.

    1. Jean_Esam

      Interesante. A mí me pasaba exactamente al contrario. Era extremadamente consciente de que detrás de cada nick había una persona. Y ciertamente, me preocupaba estar jodiéndole la diversión, no por falta de interés sino por falta de habilidad.
      Pero, por si yo olvidaba en algún momento que era un noob y un manco, ya eran ellos lo suficientemente amables para recordármelo una y otra vez.
      Así que uno se pregunta “necesito esto? Necesito que un niño de 15 años (o un parado con tiempo libre) esté juzgándome a mi, un padre de familia de 41 años?” Y la respuesta es no, claro. Así que decides dejarle eso de los online a la gente que, por la razón que sea, se divierte insultando o siendo insultada.

      1. fedenadur

        @jean_esam
        Cuando salio Valorant lo jugue pero como ya tenia experiencia con juegos muy toxicos como LoL entonces lo primero que hice fue mutear a todos hasta a mi compañeros de equipo, vale aclarar que estaba jugando con gente random. Por otro lado, cada tanto juego Warzone con amigos y es muy divertido hablar por mic, la idea no es ganar sino pasarla bien y el cambio es día y noche.

  6. Aldof

    No comprendo, no jugar con desconocidos no es lo «normal»?

  7. El Jugador Medio

    Soy de la opinión que toda actividad, si es con gente conocida mejor. Estos meetups y grupos para «conocer gente» pueden estar divertidos (para el que le guste) pero si es por mí, con amigos mejor. Y si añadimos los comportamientos que muchos tienen al encontrarse en ese semi anonimato del online, pues ya ni te digo.

    Si sin sentirme discriminado ni atacado especialmente, ya me siento incómodo en una partida online random, no quiero ni imaginar la ansiedad si encima fuera la víctima habitual de esos ambientes.

      1. El Jugador Medio

        @orlando_furioso

        Cuando abres el Rocket y te sale el mensaje de que atendiendo a tus reports y a los de otros, se ha baneado a algún jugador de ese estilo que comentas, también da cierto gustico.

      2. El Jugador Medio

        @orlando_furioso

        El problema viene cuando no se aceptan bien las reacciones a lo que uno dice. Yo suelo pensar que lo que la gente olvida es que todo puede tener consecuencias. «Pero yo puedo decir lo que quiera!», solo faltaba, pero luego atente a las reacciones, sin llorar a poder ser.

  8. Loberto

    Me parece fundamental lo que apunta Deborah: es fantástico que alguien decida crear espacios seguros para que cualquiera pueda disfrutar de esos juegos multijugador sin temor a las actitudes hostiles o hirientes, pero eso dista mucho de que podamos solucionar el problema de base.

    Porque en el fondo, si bien crear esas burbujas puede ayudar a ciertas personas a que se sientan a salvo, ¿no resulta también una victoria para los acosadores que sean sus víctimas quienes acaben teniendo que irse a otra parte?

  9. c0rpe

    Que hay acoso hacia las mujeres en los videojuegos, por desgracia, es una realidad. Algún retrasado oye tu voz por el micro mientras estáis jugando a algún multijugador y ya la tienes liada. Lo que no me queda tan claro del texto es de la parte donde se habla del acoso a las personas LGTBI+, cómo se supone que un desconocido identifica tu orientación sexual mediante la voz en una partida o escribiendo en un chat o un foro?

  10. henri7890

    Buenas, yo no sé si soy un caso a parte o que, llevo 12 años jugando, soy un manco sin remedio….

    En juegos Multijugador no paro de recibir insultos, quejas, gritos de ratikates por el micro… Una barbaridad, al final hay alguno que ha hecho millón y medio de KM para bufarse a algún familiar mío, no se….

    Soy hombre, hetero y blancuzco, y aún así me vienen dando tras tras, de hecho reventé un monitor de la furia, desde entonces, los chats desactivados, los micros mutados y de perla, exceptuando algún que otro pavo haciendo spawn peek, campeando, etc….

    Nota de las comunidades gaming -10

  11. Chuelchi

    Yo siempre he sido bastante negado en los videojuegos, pero especialmente en algunos géneros, como los FPS. De hecho, antes de PS3, creo que había jugado un par de partidas a algún Doom en PC (no sé cuál) y poco más. Pero con PS3 sí que me atreví con ese género, jugando a algunos FPS, y me «atreví» a jugar online. Recuerdo una de mis primeras partidas online a Killzone 2, con alguna gente que «conocía» de otro foro en el que uno va y suelta que de dónde salgo, que soy muy malo. Creo que no volví a jugar online a ese juego.

    Con otros sí que me lo he pasado muy bien, especialmente Burnout Paradise, o alguna partida esporádica a Uncharted 2. Pero desde ese día notaba un peso encima jugando online a según qué géneros y modo (no es lo mismo cooperativo que competitivo). Como no soy suscriptor del Plus desde hace mucho tiempo (creo que en total lo fui un año más o menos) tampoco puedo jugar online a día de hoy, pero no lo hecho de menos por eso.