Regreso al futuro

La retrocompatibilidad de Xbox Series X

Microsoft explota la historia de Xbox para engrosar catálogo, pero también para transmitir de manera clara y explícita su mensaje: el «ecosistema Xbox» está por encima de todo, incluidas las generaciones.

La retrocompatibilidad es una de las grandes protagonistas de Series X, en parte por necesidad (se ha hablado mucho sobre su atípico catálogo de lanzamiento, y se va a hablar sobre eso durante un buen tiempo) y en parte porque una vez más la idea de unir en la misma máquina a toda la «familia Xbox» ha sido central en la comunicación previa al lanzamiento. Se ha hecho incluso un énfasis especial en la facilidad para llevar a la nube tus partidas guardadas de Xbox 360, un llamamiento más o menos explícito a toda la gente que dio el salto a PlayStation la anterior generación pero que guarda buenos recuerdos (muy merecidos: fueron unos años increíbles) de la predecesora de One. Ya sabéis cómo va la cosa: si no llegas de nuevas, la idea es que puedas jugar a tu colección de One y a los juegos de 360 y la Xbox original que sean retrocompatibles; si es tu primera Xbox, en Game Pass hay juegos de toda la historia de Xbox, desde joyitas como Brütal Legend o Banjo-Kazooie: Baches y Cachivaches hasta clásicos como Mass Effect, además de todos los juegos de Xbox One, compatibles también (y algunos de ellos optimizados, como Ori 2 o Gears 5) con Series X.

Las situaciones extraordinarias exigen medidas extraordinarias, y una parte no despreciable del tiempo que he pasado jugando en Series X lo he dedicado a volver a algunos de mis juegos fetiche para comprobar qué tal se juegan en esta nueva consola. La idea es que, al menos en algunos casos, estos juegos antiguos se beneficien por defecto de la mayor potencia de Series X; en la comunicación oficial se habla de «tiempos de carga más rápidos, mayor resolución, velocidades de fotogramas más estables y mejor latencia de entrada en miles de juegos para Xbox One, Xbox 360 y Xbox Original».

Vayamos por partes. En el caso de los juegos de Xbox 360 y la primera Xbox, en general la retrocompatibilidad es muy similar a la de Xbox One X, mejoras incluidas. Hay que sumar el Quick Resume en algunos casos (en Crackdown hay, en Spelunky no, por poner un ejemplo), pero en general las listas que circulan por internet, como la de Wikipedia, en las que se listan los juegos que tienen mejoras en One X son una buena guía para saber dónde mirar si vas en busca de mejoras claras. Precisamente Crackdown es un buen ejemplo: la resolución llega hasta 4K desde los 720p originales, y el salto visual es realmente alucinante. Es de los juegos que tienen dos modos de visualización, uno que se centra en mejorar los gráficos y otro en desbloquear el framerate, aunque el precio a pagar (reducir la resolución a 720p) sea más alto del que gustaría. Skate 3 es otro caso reseñable, porque no solo se ve mucho mejor sino que su rendimiento es perfecto; sin ir muy lejos, el primer Skate no tiene las mejoras del tercero y tanto su aspecto como su rendimiento son muy inferiores.

Otra cosa que me interesaba eran los tiempos de carga. En los juegos que he probado, lo cierto es que más allá de lo que pueda ofrecer Quick Resume (agradecidísimo cuando funciona, como en Crackdown) ningún tiempo de carga es significativamente menor a los que tenían en Xbox 360; es más: la diferencia entre tenerlos instalados en el SSD interno o en un disco duro externo (uno barato, para más inri, de hace ya cinco años) es inexistente.

Vanquish

  • Arranque:
    • Desde HDD externo: 00:42,15
    • Desde SSD interno: 00:39,82
  • Cargar partida:
    • Desde HDD externo: 00:07,50
    • Desde SSD interno: 00:07,46
  • Cargar tras morir:
    • Desde HDD externo: 00:05,10
    • Desde SSD interno: 00:04,90
  • Moverlo del HDD externo a SSD interno (7,3 GB): 01:19,08

Spelunky

  • Arranque:
    • Desde HDD externo: 00:33,40
    • Desde SSD interno: 00:29,28
  • Empezar partida:
    • Desde HDD externo: 00:09,08
    • Desde SSD interno: 00:09,91
  • Reiniciar tras morir:
    • Desde HDD externo: instantáneo
    • Desde SSD interno: instantáneo
  • Moverlo del HDD externo a SSD interno (681,9 MB): 00:08,77

Skate 3

  • Arranque:
    • Desde HDD externo: 00:31,94
    • Desde SSD interno: 00:31,10
  • Empezar partida:
    • Desde HDD externo: 00:12,57
    • Desde SSD interno: 00:10,18

Skate

  • Arranque:
    • Desde HDD externo: 00:30,78
    • Desde SSD interno: 00:30,20
  • Empezar partida:
    • Desde HDD externo: 00:06,72
    • Desde SSD interno: 00:06,90
  • Viaje rápido:
    • Desde HDD externo: 00:06,76
    • Desde SSD interno: 00:06,31
  • Reiniciar prueba:
    • Desde HDD externo: 00:02,11
    • Desde SSD interno: 00:01,89
  • Moverlo del HDD externo a SSD interno (5,65GB): 00:59,89

Será el tiempo el que determine de qué manera evolucionan estas mejoras en la retrocompatibilidad, o a qué ritmo crece la lista de retrocompatibles, pero de momento los casos como el de Grand Theft Auto IV (que en Series X funciona a 60 frames por segundo estables, la primera vez que se ve así en consola) no son mayoría.

Es cuando se vuelve a juegos de Xbox One que las ventajas de Series X quedan claras. Doom Eternal no solo tiene un rendimiento perfecto sino que sus tiempos de carga se reducen a la mitad respecto a One X: unos cinco segundos frente a los diez originales. Menos pronunciado es en Destiny 2, por ejemplo, un juego al que no le sobran pantallas de carga: se tarda entre veinte y treinta segundos en cargar un nuevo planeta, unos diez menos que en otras versiones. En cuanto al rendimiento, Final Fantasy XV alcanza con soltura las 60 imágenes por defecto sin necesidad de aplicarle ningún parche de mejora; se espera que The Witcher 3 reciba una de estas actualizaciones, en este caso gratuita, que lo convierta en «Optimizado para Series X|S», pero por el momento no solo se mueve a 60 frames por segundo sino que se deshace de muchos tiempos de carga a lo bruto, teletransportando a Geralt casi automáticamente por el mapa cuando usas el viaje rápido.

Mi caso favorito, seguramente por afinidad, ha sido el de Sekiro: Shadows Die Twice. Aquí no se reducen los tiempos de carga (al menos no significativamente), pero el rendimiento mejora considerablemente. Se nota en la fluidez de la imagen, y en su definición, pero sobre todo en cómo responde el exigente sistema de combate, tan dependiente de tu velocidad de reacción a la hora de esquivar o desviar ataques enemigos. La gente del PC seguramente conozca esa sensación, pero en Series X se convierte en un motivo de peso para darle una nueva oportunidad a según qué juegos con la excusa de las mejoras visuales y de rendimiento: es exactamente el mismo Sekiro, pero nunca se ha jugado tan bien.

En otros casos, los resultados de la retrocompatibilidad son menos impresionantes. Los dos últimos juegos de Remedy son un buen ejemplo. Quantum Break fue uno de los grandes exclusivos de la primera mitad de Xbox One, y dejó a la vista los límites de la consola muy pronto; mejoró en One X, pero es de esos que sin duda podrían beneficiarse de una actualización que lo pusiera al día. Sin ella, es un juego más estable y quizá más nítido, pero no se aprecian mejoras de peso. El caso de Control es más polémico: su rendimiento en las consolas básicas de anterior generación era terrible, y en mi caso me dificultó considerablemente disfrutar de un juego por lo demás muy interesante; para colmo, la actualización que lo optimizará para nueva generación solo estará disponible para quienes tengan (o compren) la Ultimate Edition, en parte comprensible pero no en la línea de lo que quieren ofrecer otros publishers. La versión estándar de Control que se juega en Series X vía retrocompatibilidad es mucho más estable que la de One, por supuesto, pero mantiene tirones y renqueos difíciles de digerir sin mejorar demasiado el nivel de detalle o la carga gráfica; una vez más, la diferencia con One X es menor en este caso.

La retrocompatibilidad es uno de los caballos de batalla de Xbox para esta generación, y aunque creo que se debe más a motivos económicos que a realmente querer darle una importancia especial a los catálogos de generaciones anteriores puedo vivir con ello: tirar de disco o de Store para volver a juegos antiguos o ponerse al día con según qué cosas me encanta, y de hecho creo que es uno de los motivos por los que me siento tan cómodo jugando en PC. También creo que la falta de precisión a la hora de señalar qué juegos se benefician realmente del extra de potencia de Series X (marcándolos de alguna forma en la biblioteca, como pasa con los «Optimizados para Series X|S», o con una etiqueta o colección en la Store) puede llevar a confusiones innecesarias, por ejemplo a la hora de saber qué juegos aceptan Quick Resume y en qué medida: de nuevo menciono el dichoso bug de última hora, pero por ejemplo Lonely Mountains: Downhill se inicia con un cartelito de Quick Resume pero carga de cero, y no queda claro de quién es el fallo en ese caso.

Más allá de estas fricciones (seguramente transitorias), me encanta poder pasar en la misma consola de Gears Tactics a Metal Slug 3, y de ahí a Trials HD, y de ahí a Sekiro o a Doom Eternal o a Dirt 5. Es seguramente esta convivencia y la posibilidad de pasar a la nueva consola (con tu gamertag, al menos, al que se asocian las compras) una colección de juegos que quizá te haya acompañado, como es mi caso, durante trece o catorce años una de las muestras más poderosas de lo que tiene de bueno esa fijación por el ecosistema, por quitarle peso a las generaciones, por simplificar las cosas y procurar que si tienes un juego que dice Xbox en la portada puedas jugarlo en la consola que tiene el logo de Xbox en el frontal, un mensaje menos exacto cuanto más atrás echas la vista (de la primera Xbox apenas hay cincuenta juegos retrocompatibles, con omisiones bastante graves) pero que mantiene su fuerza. Estoy de acuerdo con que una consola nueva no se suele comprar para jugar a juegos viejos (mucho menos, qué sé yo, Frogger o, por poner un caso menos retro, Perfect Dark Zero; sí deberíais, aprovecho, jugar a Kameo), pero el dulce de la retrocompatibilidad no amarga a nadie: si acaso, debería ser mucho más común, más sencilla y estar más extendida. Nadie se compra una consola nueva para jugar a juegos viejos, pero, ¡¿dónde están los juegos nuevos?!

XBOX SERIES X:
LA REVIEW

1. El hardware
2. La experiencia de usuario
3. El mando
4. La retrocompatibilidad
5. El veredicto

  1. Madcore

    Necesito info sobre títulos retrocompatibles.

    De los casos más sangrantes que tengo en mente que no pude jugar ni en 360 en su momento, ni en ONE después, tengo los Otogi de Sega/From Software de la Xbox original, y Tenchu Z y Anarchy Reigns en 360. ¿Se sabe si estos acabaran siendo compatibles en Xbox Series X?

    Tal como habían vendido desde un principio la retrocompatibilidad, pensaba que si. Pero ahora viendo que han cambiado un poco el discurso, no me queda del todo claro.

  2. Alex_Luengo

    Yo tengo ganas del Nier Automata y no sé qué tal irá en la Series X… ¡Qué ganas!

  3. molekiller

    Una de las primeras cosas que pienso hacer es descargar el Trials Evolution, imagino que se podrá. El mejor Trials.

    1. Ein

      @molekiller
      Amén. El mejor de largo además. Aun recuerdo el circuito ultralargo que había. Pf, que me lo bajo otra vez!