«El centro no es la consola», pero qué consola

El hardware de Xbox Series X

Microsoft se prepara para la nueva generación con una máquina sobrada de potencia y a la que, tanto por componentes como por sus peculiaridades más propias, le falta mucho para rozar siquiera su techo.

El primer contacto con Xbox Series X, con la manifestación física de la ambiciosa apuesta de nueva generación de Microsoft, es asombroso. No es una máquina pequeña, pero desde luego es más pequeña de lo que esperaba sin perder presencia: su diseño, que permite la colocación horizontal pero favorece la verticalidad (si la misma composición de la consola, con esa rejilla superior diseñada para disipar calor por arriba, no nos convence, quedémonos con el botón de encendido, con un icono de Xbox que solo está en su posición original cuando la consola está colocada en «modo torre»), es sobrio pero imponente, monolítico pero sin problemas para fundirse con el resto de aparatos que rodean a una televisión.

No es una mala forma de convencer de eso de que «el centro no es la consola, sino el jugador» que decía Phil Spencer en una entrevista con La Vanguardia y que se ha convertido en mantra de Xbox estos últimos años, con más fuerza desde la llegada de ese Game Pass que sin duda será uno de los protagonistas (y no siempre por los mismos motivos) de esta generación. No lo es porque la consola, aun no siendo el centro, se nota mimada, por fuera y por dentro.

La promoción ha hecho énfasis en que Series X es «la consola más potente» que se ha lanzado hasta el momento, y lo cierto es que la tabla de características técnicas es prometedora. En los tres años que han pasado desde Xbox One X, que ya mejoraba considerablemente las especificaciones del modelo original, ha dado tiempo a duplicar los teraflops, una cifra polémica pero que no es un mal punto de partida. Tanto la GPU como la CPU (una versión custom de la Zen 2 de AMD, con 8 núcleos a 3,8 GHz o 3,6 GHz cuando se activa el hyper-threading) y la RAM (16 GB GDDR6, más eficiente que la GDDR5 de One X) deberían ser una buena base sobre la que empezar a levantar esta nueva generación; como ocurre siempre con las consolas, serán los mejores usos de la tecnología disponible (y sus particularidades, como el SMT o las posibilidades de compresión de datos) los que demuestren lo que de verdad puede dar de sí Series X, pero el punto de partida es muy bueno. Ya digo: lo de que «el centro no es la consola» se hace más digerible de esta forma, con una máquina con suficiente fuerza bruta como para que realmente te puedas olvidar de ella y que no sean sus estrecheces lo que la definan, como le ocurrió a la Xbox One original, en la que incluso algunos grandes exclusivos tenían dificultades para conseguir un buen rendimiento.

CPU8 núcleos @ 3.8 GHz (3.6 GHz w/ SMT) CPU Custom Zen 2
GPU12 TFLOPS, 52 CUs a 1.825 GHz RDNA 2
Procesador7nm mejorado
Memoria16 GB GDDR6 w/ 320b bus
Ancho de banda de memoria10GB @ 560 GB/s, 6GB @ 336 GB/s
Almacenamiento internoSSD NVME personalizada de 1 TB
Rendimiento I/O2.4 GB/s (Raw), 4.8 GB/s (Comprimido con bloque de descompresión de hardware personalizado)
Almacenamiento expandibleTarjeta de expansión de 1 TB (coincide perfectamente con el almacenamiento interno)
Almacenamiento externoSoporte USB 3.2 HDD externo
Unidad ópticaUnidad de Blu-Ray 4K UHD
Objetivo de rendimiento4K @ 60 FPS, hasta 120 FPS

Lo más problemático, aunque entre comillas, seguramente sea el almacenamiento interno, a pesar de que hay opciones para expandirlo. 1 TB no es poco espacio, especialmente si hablamos de SSD, pero no es una cantidad que elimine del todo las preocupaciones. De las 802 GB disponibles para almacenar juegos o capturas en el disco interno, en el momento de escribir esto me quedan 166; hay unos pocos pesos pesados que ocupan un porcentaje considerable de disco duro (como Gears 5, con 72,4 GB, Forza Horizon 4, con 96,7 GB, o Destiny 2, con sus impresionantes 108,7 GB), pero en general se mueven entre los 35 y los 50 GB por juego. Hacen falta unos cuantos de esos para llenar el almacenamiento interno, desde luego, y mis primeras semanas han sido más intensas gracias a los materiales de review que he tenido disponibles (además de la consola, Microsoft nos ha facilitado juegos optimizados con los que probarla), pero entre el apetecible regreso a los juegos de generaciones anteriores que ya tengas y el picoteo al que invita Game Pass no me imagino dejando atrás las fatigas de hacer hueco para según qué juegos cuando el espacio empiece a escasear.

Las comillas que decía antes vienen también por los métodos de expansión, que los hay. El «oficial» es la tarjeta de expansión que, por 250 euros, te ofrece 1 TB de SSD extra, idéntico en características al interno. No es una opción precisamente barata, pero también es posible enchufar por USB un disco duro externo estándar; dedicar un HDD a meter ciertos juegos, especialmente aquellos que no se benefician de las mejoras que puede ofrecer Series X (como los retrocompatibles de Xbox 360; más sobre eso en un momento) puede ser una buena manera de evitar estrecheces, aunque seguramente los 7 GB de un Vanquish piquen menos que los 65 de Dirt 5, por poner dos ejemplos. No poder utilizar el mismo HDD externo para almacenar juegos y capturas tampoco es lo más conveniente, sobre todo si no quieres ocupar dos de los tres puertos USB (uno frontal y dos traseros) de la consola con discos duros. Es una preocupación menor, sin duda, pero es la única que he tenido por el momento.

Pero el centro no es la consola sino el jugador, y ahí, en la manera en que el hardware se relaciona contigo, es donde Microsoft se desmarca más, donde más fuerte apuesta por afianzar e imponer su estrategia o la filosofía de su producto.

XBOX SERIES X:
LA REVIEW

1. El hardware
2. La experiencia de usuario
3. El mando
4. La retrocompatibilidad
5. El veredicto

  1. AlbertKolo

    Lo de que el 1TB es poco… Entiendo por donde va pero sinceramente creo que los que realmente necesitarás la expansión serán una minoría, muy minoritaria. La grandísima mayoría de usuarios no necesitan tener 10 juegos, de 100Gb cada uno, instalados a la vez. De hecho no sé siquiera si los 10 juegos más pesados de game pass alcanzarían el tope de capacidad. Entiendo que prensa especializada o creadores de contenido si que necesiten más capacidad, pero de ahí a generalizar que el almacenamiento puede ser escaso hay un trecho. Lo comento porque lo veo una corriente muy extendida, y lo mismo la solución pasaría por desinstalar algún juego de vez en cuando.

    Editado por última vez 5 noviembre 2020 | 15:48
  2. NahuelViedma

    Con respecto al espacio, se puede hacer la trampilla que decía Pep al redactar la noticia del precio de las tarjetas? Tener el HDD externo de backup y recurrir al copiar/pegar entre interno y externo?

    No me atrevo a llamarlo solución, porque no es muy prolija que digamos, pero antes de gastarse 250 euros es una idea que pica en punta.