Duelo de demandas entre Take-Two y Pinkerton por Red Dead Redemption 2

En uno de los ejercicios legales más ridículos de los últimos tiempos, el pasado mes de diciembre la agencia de detectives Pinkerton (que es propiedad de la empresa de seguridad sueca Securitas desde 1999) interpuso una demanda de «cease and desist» contra Rockstar y Take-Two por considerar que estaban utilizando el nombre de la compañía de manera ilegítima en Red Dead Redemption 2. La demanda exigía también el pago de royalties o una suma pactada a cambio de firmar un acuerdo para retirar la denuncia. Los Pinkerton tienen una amplia presencia en el juego, puesto que son una agencia privada subcontratada por el gobierno para perseguir a la banda de Dutch van der Linde, pero aunque el guion no incida mucho en la agencia, es posible que os suene de otros juegos, películas y libros donde son mencionados. El motivo es que no se trata de una empresa cualquiera, sino que su incidencia histórica es enorme: tuvieron un papel esencial como fuerza de represión durante los primeros movimientos sindicales en Estados Unidos y hasta intervinieron en momentos importantes de la Revolución mexicana, haciendo redadas en redacciones de periódicos con sede en territorio estadounidense que eran favorables al movimiento revolucionario maderista. Se puede decir que Pinkerton es una figura histórica y por tanto está sujeta a lo que suele llamarse uso justo, legítimo y razonable en obras de ficción y no ficción. Precisamente a este argumento se agarra Take-Two en la defensa de su derecho a utilizar el nombre de los Pinkerton en Red Dead Redemption 2, y así lo ha hecho saber primero públicamente y después en su propia contrademanda: se acogen de hecho a la Primer Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos y además señalan la aparición de los Pinkerton en numerosos productos de ficción como la serie de televisión Deadwood, el videojuego BioShock Infinite o el propio Red Dead Redemption original. El texto advierte que «la ficción histórica —televisión, cine, teatro, novelas y juegos— sufriría enormemente si reclamaciones de marcas como Pinkerton tuviesen éxito» y sentencia diciendo que «Pinkerton no puede usar las leyes de registro de marcas para apropiarse del pasado».