El presidente del COI: los eSports «contradicen los valores olímpicos y no pueden ser aceptados»

Cuando parecía que la relación entre eSports y las asociaciones de federaciones olímpicas se estrechaba más que nunca, incluso llegando a organizar el Comité Olímpico Internacional un foro de debate sobre el asunto con representantes de organismos olímpicos y expertos en eSports, ahora parece que las posiciones vuelven a distanciarse de nuevo, quizá precisamente fruto de ese foro que se celebró el pasado mes de julio, o quizá porque en realidad nunca hubo una intención real. El caso es que hablando con Associated Press durante los Juegos Asiáticos que se están celebrando desde mediados de agosto en Jakarta, el presidente del Comité Olímpico Internacional, Thomas Bach ha hecho unas declaraciones que deja meridianamente clara su postura al respecto de los eSports y su potencial como disciplina olímpica, y lo cierto es que parece una opinión de hace veinte años: «No podemos tener el el programa olímpico un juego que promueva la violencia o la discriminación. Son, desde nuestro punto de vista, contrarios a los valores olímpicos y por tanto no pueden ser aceptados», explicó. Lo irónico del asunto es que el propio Thomas Bach fue atleta olímpico y ganó una medalla de oro en las Olimpiadas de 1976 en Montreal compitiendo nada menos que en esgrima, una deporte que simula combates con espadas. «Por supuesto que todos los deportes de combate tienen sus orígenes en luchas reales entre personas», se defendió. «Pero el deporte es la expresión civilizada de esto. Si tienes ejuegos (sic) sobre matar a alguien, esto no puede ser compatibles con nuestros valores olímpicos.» Hace un año el COI estableció claramente que no tomaría nunca en consideración los juegos violentos como categoría olímpica, pero observando cuáles son los juegos que dominan ahora mismo los eSports parece claro que la discusión está algo viciada al basarse en generalizaciones y en enfoques poco honestos. Si bien es cierto que algunos juegos hablan de matar al oponente (como Fortnite, Overwatch o Counter-Strike: Global Offensive), es evidente que no se trata de muertes reales y que al final es solo una cuestión de semántica, de llamar «muerte» o «matar» a la eliminación de un adversario en un juego civilizado y con reglas. E incluso los que ilustran muertes realistas, como CS:GO, podrían ser fácilmente modificados visualmente ad hoc para la competición olímpica quitando la sangre o hablando de «eliminaciones» en lugar de muertes. Hay muchos motivos para convertir los eSports categoría olímpica, y también hay muchos para no hacerlo, pero desde luego la violencia de los videojuegos no debería ser el centro del debate sino un punto concreto en el que es muy fácil ponerse de acuerdo. La legitimidad de los eSports, eso sí, parece difícil que quede afectada por este tipo de declaraciones, sobre todo si tenemos en cuenta que, además de ser un negocio en pleno florecimiento y expansión social, los Juegos Asiáticos de 2022 los van a incluir en su programa. Parece que ahí los valores olímpicos son más flexibles cuando hay patrocinadores con dinero en el bolsillo.