El sindicato francés Solidaires Informatique ha interpuesto una denuncia contra Ubisoft

El sindicato francés Solidaires Informatique interpuso el pasado viernes una nueva denuncia contra Ubisoft por «acoso sexual institucional». Según detalla el comunicado que han puesto a disposición pública, con esta acción pretenden demostrar frente a los tribunales que la compañía ha tolerado el abuso sexual en el lugar de trabajo, contando con las estructuras necesarias para que los culpables mantengan su puesto de trabajo: «Ubisoft ha colocado, mantenido y fortalecido un sistema en donde el acoso sexual está tolerado porque es más rentable para la compañía mantener a los acosadores que proteger al resto de empleados», se puede leer en el texto. Entre los culpables señalados directamente en la denuncia, que cuenta con el respaldo de varios ex empleados, se encuentran Serge Hascoët, Cécile Cornet y Tommy François, que abandonaron la compañía después de que el periódico Libération publicara su reportaje destapando cientos de casos de abusos. Yves Guillemot ha sido también nombrado como último responsable en la cadena de decisiones.

Solidaires Informatique ya anunció su intención de interponer esta denuncia el pasado julio cuando una extensa pieza de investigación del periódico francés Libération detalló la cultura tóxica y sexista que durante años se había desarrollado en las oficinas de Ubisoft Montreal. El reportaje destacaba especialmente el «comportamiento libidinoso» de Serge Hascoët, así como la homofobia, la misoginia y los abusos de poder que practicaba con regularidad entre sus empleados. Ese mismo artículo denunciaba que el departamento de Recursos Humanos del estudio había actuado como «el brazo silenciador» que protegía sistemáticamente estas prácticas para evitar el escándalo: «las personas responsables de los empleados y de velar por sus carreras no tienen ningún tipo de formación para gestionar el abuso. No saben cómo escuchar a las víctimas. Peor que eso, nunca les han dicho que deben poner el bienestar de los empleados por delante del negocio», comentaba en su momento el antiguo lead en el departamento de Recursos Humanos, «básicamente, cuando algo se desvía del tono establecido tenemos que fingir que la persona que lo señala es anormal. Cuando una empleada denuncia algo en el equipo se la denomina como “esa puta loca a la que hay que ignorar”».

Varios días después de la publicación del reportaje, y coincidiendo con la emisión de un Ubisoft Forward, Yves Guillemot apareció en un vídeo compartido en redes sociales para pedir disculpas públicas: «este verano hemos descubierto que algunos empleados de Ubisoft no han estado a la altura de los valores de la compañía y que nuestros sistemas fallaron a la hora de proteger a las víctimas de este comportamiento. Quiero pedirle disculpas a todos aquellos que han sido afectados», señalaba en su momento. El CEO prometía cambios estructurales, no solo para aumentar la diversidad sino también para conseguir que los empleados tengan un comportamiento «que refleje los valores de la compañía».  

Un año después, los representantes de Ubisoft aseguran haber conseguido «un progreso considerable», no obstante, varios empleados consultados por Le Télégramme no sienten que se haya tomado ninguna medida efectiva contra el acoso, asegurando que las dinámicas laborales que lo propician siguen hoy en día presentes. En un documento interno recientemente filtrado, la compañía asegura estar en peligro de perder talento debido a la tóxica cultura interna y a la penosa imagen imagen pública de Ubisoft.