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Vampire: The Masquerade – Shadows of New York

Esta visual novel basada en el universo de La Mascarada toma elementos del noir para construir una historia que brilla por su worldbuilding y referencias a la actualidad.

Cuando conocemos a Julia aún está viva y sorbe café de madrugada en un restaurante de comida rápida. Vampire: The Masquerade – Shadows of New York utiliza múltiples referentes de la cultura pop para ambientar sus escenas, y con este inicio tan sensorial; tan climático, parece estar referenciando el comienzo de After Dark, la novela de Haruki Murakami en la que Mari Asai pasa la madrugada leyendo en un reservado por miedo a volver a casa. Pero Julia no lee; escribe, da los últimos retoques a la historia en la que ha estado trabajando a lo largo del último año: una descripción pormenorizada de los abusos sexuales y laborales cometidos en una empresa de tecnología ante la vista gorda de la CEO. Este es el primer dardo lanzado por el juego pero no será el último. Sin embargo, la periodista de investigación nunca llegará a publicar su historia. Tras ser despedida de la revista donde trabaja, ver su texto censurado y perder la posibilidad de pagar su apartamento, sufrirá una extraña agresión en un estrecho callejón de la ciudad. Ahora no está viva pero tampoco muerta del todo. Y tras descubrir —y aceptar— que todas sus penurias no han sido más que una prueba de carácter, se convertirá en la representante del clan Lasombra en Nueva York, una posición casi simbólica y carente de poder, pero clave precisamente por su poca relevancia política.  

A pesar de estar protagonizado por vampiros y ambientado en el universo del juego de rol Vampiro: La Mascarada, Shadows of New York es una visual novel de tintes noir y hard boiled que cambia al típico detective atormentado por una vampira neonata que tendrá que utilizar todos los recursos a su alcance para resolver un peligroso asesinato y evitar un enfrentamiento entre las dos sectas más poderosas de la ciudad. En cierto momento de la trama, Dakota, la novia humana de Julia, menciona que esta parece estar atrapada «en una situación a lo Chinatown» y la comparación es ajustada pero nada casual. La protagonista no solo debe resolver un asesinato, también deberá navegar la política y las estrictas jerarquías vampíricas desde una posición determinante pero prescindible. Además de en la obra de Polanski, Shadows of New York se inspira en clásicos del género, como L.A Confidential, a la hora de transmitir el sentimiento de que el peligro y la intriga no solo parten del asesino, sino de todos aquellos poderosos que lo protegen. A la hora de establecer que el mal —en el sentido más literal de la palabra— no actúa siempre a espaldas de la ley sino con el beneplácito de esta, Julia no es tanto Jake Gittes, el personaje de Jack Nicholson, como Bud White, el interpretado por Russell Crowe: un hombre de buen fondo y métodos corruptos, atrapado por los deseos de unos superiores a los que no puede ignorar. Y, como Julia, a cargo de un asesinato que es mejor no mirar.

Para los que no estamos familiarizados con el juego de rol original, lo más llamativo en Shadows of New York es que su acercamiento a la figura del vampiro dista mucho de aquella dominada por la vida hedonista y la decadencia de la vieja Europa para transformarse en la de un esclavo dominado por un sistema de clanes, castas y sectas que apisonan y determinan su existencia. En el universo de la Mascarada, un vampiro recién convertido o que no ocupa un puesto de poder es un peón sometido por las reglas de su familia, por las asociaciones de su clan y por la política de un secta con decisiones arbitrarias. El mundo para los no-muertos como Julia está basado en la obediencia ciega y en la capacidad para destacar sin ofender a nadie poderoso ni despertar las envidias de los que podrían suponer un peligro. Como el juego no se cansa en señalar, la sociedad vampírica no bebe solo de las tradiciones milenarias sino de las estructuras más crueles e hipercapitalistas que permiten que los poderosos se mantengan en la cima bajo amenaza de consecuencias horribles y caóticas pero, en realidad, inconcretas e indescifrables. La crítica a la estructura vampírica se refleja tanto en la jerarquía de la Iglesia como en el funcionamiento de las macroempresas que tienen el poder para influenciar la democracia. Porque si pensábamos que la investigación de Julia no era más que un extenso prólogo para presentar al personaje, es que no estábamos mirando con atención.

Tal y como pasa en Los hombres que no amaban a las mujeres, Shadows of New York utiliza un trabajo fallido del personaje principal para mostrar los rasgos más importantes de su carácter, en este caso su determinación, código moral y ética laboral. Como es evidente, Julia tendrá que lidiar con algunos demonios de su época mortal, volviendo en un punto a la empresa que se prometió destruir. Con nuevas habilidades —la de fundirse con la oscuridad, específica del clan Lasombra, y la de la autoridad que le ha concedido la secta Camarilla— tendrá que reevaluar sus creencias desde su recién adquirida perspectiva vampírica. Esta vuelta al prólogo, a algo que podríamos haber considerado un macguffin, para encontrarnos con una de las escenas más interesantes del juego, funciona como ejemplo perfecto tanto del buen funcionamiento del guión de Shadows of New York, como de la intención del título de no narrar un murder mystery, sino de fundir el noir con el thriller político.  

Sin embargo, el componente hipnótico de Shadows of New York no se debe a sus giros, a sus diálogos, ni a sus retorcidos personajes, sino que es obra de su cuidada ambientación que pone el estilo del texto, el diseño visual, la música y el sonido al servicio de la imagen entre grunge y gótica de la protagonista principal. Los escalofriantes fondos dinámicos, el sonido minimalista, así como la ambientación nocturna, con sus neones y bombillas fluorescentes, transmiten la sensación de estar en un mundo entre la realidad y las pesadillas. Entre la vida y la muerte de verdad. 

A nivel jugable, y siendo una visual novel, la mayoría de las escenas no necesitan de nuestra interacción para avanzar más allá de la selección de una frase concreta de diálogo. No obstante, en varias ocasiones podemos escoger el estilo de interrogatorio (poli bueno o poli malo) o la forma en la que abordamos problemas concretos —ya sea alimentándonos del mortal en cuestión o ayudándolos a llegar a su destino sanos y salvos. Estas elecciones servirán para definir nuestro árbol de personalidad, imprescindible para aumentar y disminuir nuestro abanico de opciones de cara a las escenas del final. Al mismo tiempo, y en nuestras noches libres, también podremos escoger cómo empleamos nuestro tiempo, siendo este componente el que más juega a favor dentro de la rejugabilidad de Shadows of New York. Dado que las pocas elecciones que permite el juego son tan satisfactorias y roleras, es una pena no encontrar una narrativa más ramificada (o aparentemente ramificada) conforme avanzamos hacia el final. Aunque la historia es apasionante y compleja, en ocasiones es fácil echar de menos poder manejar a Julia tal y como nosotros la hemos imaginado.

Vampire: The Masquerade – Shadows of New York funciona perfectamente como introducción al universo de Vampiro pero también puede ser disfrutado como historia autoconclusiva, con un original acercamiento a la mitología de los chupasangres. Aunque el estilo literario puede ser algo complicado para los que tenemos el inglés como segundo idioma (actualmente no tiene traducción al castellano), la propuesta es relativamente fácil de seguir si estamos atentos al diccionario y a las diferentes presentaciones de sus múltiples secundarios. Shadows of New York refuerza ambos componentes dentro de la visual novel con una escritura sobresaliente y un apartado visual que rebosa personalidad. Un ejemplo excelente tanto de las posibilidades como de las limitaciones del género. 

[ 8 ]

Redactora
  1. El Jugador Medio

    No lo tenía en el radar, y me parece muy interesante!

  2. Howard Moon

    Lástima que sea una Visual Novel!

    1. Storm Isegone

      @telvanni
      Pues le pega bastante. Otra cosa es que no te gusten las visual novels, o que en realidad estés esperando al bueno, pero bueno de verdad (esperemos), al Bloodlines 2.
      No he jugado a éste, pero su hermano gemelo, el «Coteries of New York» es una visual novel bastante molona y que ha servido para volver a meterme en el «World of Darkness» de Vampiro la Mascarada, que hace tela que no lo «visitaba».

      1. Howard Moon

        @titozeio
        Es eso: no me gustan las visual novels y la historia de este juego parece interesante.

  3. Storm Isegone

    No he visto en el análisis ninguna mención al «Vampire the Masquerade: Coteries of New York». A juzgar por lo visto, me parece bastante claro que es de los mismos desarrolladores.
    ¿Es una secuela? ¿Precuela? ¿No tiene nada que ver? (lo dudo muchísimo, teniendo lugar ambos juegos en New York).
    Aun no me he acabado el primero, que me estaba gustando bastante, pero si es una precuela igual paro y me pongo con éste.
    Y otra cosa: ¿Alguna idea de por qué la diferencia de precio entre uno y otro? ¡Es casi la mitad!
    Y esto me lleva a otra pregunta ¿hay análisis del coteries?
    En fin, me acabo de dar cuenta de que probablemente en el tiempo que he escrito esto, el señor google ya habría contestado todas las preguntas. Pero ya que lo he escrito, ahí queda, Marta.

    1. Koldo Gutiérrez

      @titozeio
      Vengo a preguntar exactamente lo mismo. ¿Debería empezar antes por Coteries? Este me atrae más por la premisa y creo que además con uno tendré suficiente, pero me interesa la temática por mis viejas partidas de rol, el estilo visual y la historia.

      1. Arrapo

        @sabin
        @titozeio

        Según la lo que pone en Steam, son dos juegos independientes que se pueden jugar en cualquier orden.

        Do I need to play Coteries of New York to understand and enjoy the story of Shadows of New York?
        Not at all. Shadows of New York is a stand-alone expansion to Coteries of New York, which means it shares the New York City setting and a large part of the supporting cast with our previous title, but is designed to offer a different experience. Coteries served as an introduction to the basics of Vampire: The Masquerade 5th Edition – it was focused on showcasing different vampire Clans and core concepts of the setting through the point of view of a newly-fledged vampire, a character who did have a defined backstory, but by and large meant to serve as a player avatar.

        Shadows of New York is a more personal story, told from the perspective of a well-defined character who’s already integrated into the Kindred society and has a developed inner monologue of her own (which means you influence her personality instead of shaping it). Those who are familiar with Coteries will already know a large part of the cast and catch some references that would otherwise go unnoticed, but those who decide to start with Shadows and get back to Coteries later should be able to enjoy both experiences just as much as they would if they played them in their release order. The two stories are essentially separate, different both tonally and thematically.

        Editado por última vez 15 septiembre 2020 | 12:36
      2. Storm Isegone

        @arrapo
        mm, sí, lo googleé y lo ví. Pero aunque dice que se pueden jugar en cualquier orden, parece que Coteries es más una introducción al mundo y que presenta personajes que luego verás en el otro. Vamos, que lo suyo es jugar el Coteries primero y luego éste, pero que si lo haces al revés no pasa nada.
        Gracias!

      3. Koldo Gutiérrez

        @arrapo
        Yap, yo también lo he buscado después, pero era por si acaso Marta había probado ambos. ¡Gracias!

      4. Storm Isegone

        @sabin dijo:
        @arrapo
        Yap, yo también lo he buscado después, pero era por si acaso Marta había probado ambos. ¡Gracias!

        ¡Maaaartaaaa! ¿Has probado los dos o solo este último?