Asuntos de familia

Peaky Blinders: Mastermind

Desarrollado por FuturLab con la colaboración del creador de la serie original, el juego apuesta por meternos en la cabeza de su protagonista antes que por contar una historia. Y lo mejor, es que la idea funciona.

De entre todas las formas en la que Peaky Blinders podría haberse adaptado al videojuego, Mastermind es, sin duda, la más arriesgada. La serie original en la que se basa la IP está centrada en una familia gánsters de poca monta que controla el negocio de las apuestas de caballos en la ciudad de Birmingham. A lo largo de 5 temporadas podemos ver como la inteligencia y ambición del protagonista, Tommy Shelby, conseguirá tanto expandir sus negocios como salvar a su familia de las represalias de la policía y los diferentes grupos dentro del crimen organizado. Sin embargo, Peaky Blinders también tiene un enorme componente de sangre, sexo y violencia y, precisamente por eso, me llama la atención que su salto al videojuego entre por el género del rompecabezas cuando, tonalmente, existen mecánicas más representativas y narrativas más ajustadas.

Peaky Blinders podría haber sido fácilmente una visual novel o un título centrado en la gestión con especial hincapié en la toma de decisiones. La primera opción es, desde luego, la más segura y la que mejor habría funcionado con aquel sector de los jugadores que viene directamente de la serie de televisión. Por otro lado, decantarse por la gestión con un título de mecánicas sencillas, como lo es por ejemplo Reigns, habría conseguido el mismo efecto ahondando en un aspecto que no se muestra demasiado en la serie: la manera en la que Tommy y sus hermanos combinan el «negocio» con el resto de sus actividades legales. La adaptación al videojuego de Peaky Blinders podría haber sido un brawler; también podría tener sentido como juego de rol. Sin embargo, y sorprendentemente, Mastermind es un juego de puzles. Uno en el que la jugabilidad encaja a la perfección.

A diferencia de la serie de televisión, Peaky Blinders: Mastermind no brilla especialmente por su historia —que, además de ser una precuela, se compone de pequeñas anécdotas carentes de épica—, sino que destaca por su profunda comprensión de los mecanismos repetitivos que la hacen funcionar y sorprender a su audiencia. Aunque es evidente que Steven Knight, showrunner y creador principal, no ha estado colaborando en la escritura de diálogos o la composición de los diferentes personajes, entendemos su participación cuando descubrimos que cada uno de los 10 capítulos del juego tiene un arco de acción similar a cada una de las temporadas de la serie. Cada puzle empieza con un problema: puede que Tommy necesite robar alcohol a sus principales competidores o que esté decidido a sacar de la cárcel a uno de sus colaboradores más importantes. Sea como sea, la familia Shelby se pone en movimiento gracias a nuestro instinto y deseo de solucionar las cosas. Lo sorprendente en Peaky Blinders: Mastermind es que cuando llegamos al final, cuando conseguimos nuestro propósito en el limitado marco de tiempo que tenemos para ello, realmente sentimos que hemos estado ejecutando un plan. Tommy ha vuelto a conseguirlo. Hemos movido las piezas en el tablero tal y como él lo había programado.

Esta aproximación al lore y la estructura del material original consigue que a pesar de no tener una historia potente, Peaky Blinders: Mastermind funcione de una forma similar a como lo hace la serie, en la que es habitual que los personajes realicen una serie de acciones cuyo resultado y objetivo no entendemos hasta el climax final. Tal y como se propusieron los creadores —el subtítulo Mastermind ya nos da una buena pista— la forma de pensar de Tommy y la personalidad del personaje interpretado por Cillian Murphy están estrechamente relacionadas con las mecánicas del juego, haciendo que la adaptación tenga sentido como un título con entidad propia más que como una forma de aprovechar una licencia interesante para intentar hacer dinero.

Incluso la aproximación a los rompecabezas en el título resulta refrescante y original. Tanto para referenciar a la serie como para representar el hecho de que nuestras acciones forman parte de un plan complejo con varias capas, el centro del juego es una línea temporal bastante similar a la que encontramos en la interfaz de un programa de edición de video. Cada uno de los personajes marcará sus acciones en una de las «capas» de esta línea temporal que, al ejecutarla, nos permitirá ver a todos los personajes en movimiento, colaborando de forma «independiente» para conseguir avanzar. Cada uno de los miembros de la familia Shelby —incluyendo al pequeño Finn y a Ada, personajes menores en la serie— tiene una función y una habilidad concreta que necesitaremos en momentos específicos de cada plan. Tommy, con su capacidad de persuasión, nos permitirá conseguir aliados que realicen acciones por nosotros durante un tiempo limitado, Arthur, el músculo del equipo, podrá tanto matar a enemigos concretos como derribar a patadas las puertas que nos impiden el paso. John puede iniciar fuegos. Ada distraer a la policía. El resto de personajes, Polly y Finn, son capaces tanto de forzar cerraduras como de colarse por estrechas rendijas y ventanas. 

Para resolver cada uno de los capítulos en Peaky Blinders: Mastermind tendremos que seleccionar un personaje y ejecutar las acciones necesarias en el momento adecuado, de manera que casen con lo que hacen los demás. Por ejemplo, si queremos conseguir que Tommy entre sin problemas en un edificio altamente vigilado, necesitamos que Ada distraiga a la policía justo cuando él pasa por la calle, Finn se cuele por una ventana para abrirle la puerta, mientras que John y Arthur se encargan de deshacerse de los guardias. Aunque los puzles no son en sí demasiado complejos —en el modo normal tenemos exceso de pistas e indicadores en pantalla y en el dificil siempre podemos contar con la descripción del plan en la parte izquierda— ver cómo se desarrollan en conjunto todas las acciones, como si se tratara de una coreografía, es bastante satisfactorio. Además, el juego introduce un componente contrarreloj que nos anima a ajustar todos los movimientos al segundo para clasificar como «oro» en el ranking de tiempo.

Peaky Blinders: Mastermind es un juego muy sencillo que quizás habría ganado peso con una historia más interesante, algo más de complejidad en sus puzles y un sentido de la épica centrado en propio personaje de Tommy (creo que una escena por capítulo en la que explicara el plan en lugar de la descripción en la pantalla habría funcionado especialmente bien). Sin embargo, todo lo que hace lo hace correctamente y cuenta con un gamplay lo suficientemente interesante como para llevarnos de capítulo en capítulo durante sus escasas 5 horas de duración. Aunque los fans de la serie no encontrarán nada nuevo, sí podrán disfrutar del personaje de Tommy y del placer de sentirse, si no como uno de los Shelby, sí como el guionista de sus propias aventuras. Puestos a reutilizar y readaptar IPs, siempre es agradable encontrarnos con sorpresas. Ir más allá de lo que estamos acostumbrados. En este sentido, FuturLab ha sido un verdadero Mastermind.

[ 7 ] 

Redactora
  1. Juaniyocash

    Weee coincido mil con todo! Jeje para mi ha sido una muy grata sorpresa.

    1. Marta Trivi

      @juaniyocash
      😀 menos mal que me lo recomendaste!

      1. Juaniyocash

        @martatrivi
        😁😁😁

  2. Imon_Spartan

    Oye, pues ni tan mal ¿no? Me alegro de que haya salido un juego apañado.

  3. nikopolidis

    Anda mira, pues no le tenía ninguna fe a este juego. Ahora, en cambio, me planteo jugarlo porque soy un absoluto admirador de la serie, me fascina, y con que las mecánicas funcionen con cohesión y un cierto gusto, creo que lo voy a disfrutar. Gran análisis.