Frigopiés para qué os quiero

La nueva expansión de Frostpunk, The Fall of Winterhome, estará disponible el 19 de septiembre

Frostpunk, el genial juego de 11 bit studios sobre gestionar y sacar adelante una gélida ciudad postapocalíptica, se ampliará el próximo 19 de septiembre con The Fall of Winterhome, una nueva campaña que se añadirá de forma gratuita al juego.

Esta campaña propone un nuevo mapa «con gráficos renovados» en la que, mientras mantienes en funcionamiento tu pequeña comunidad helada, se podrán encontrar nuevos detalles sobre el pasado del mundo en el que habitas. «¿Cuál es la sórdida historia de la ciudad caída de Winterhome, que los jugadores han estado descubriendo en la campaña principal?», se lee en la nota de prensa.

Esta expansión es la tercera de las actualizaciones de contenido que 11 bit studios anunció poco después de que se lanzase el juego. Las dos primeras añaden nuevos desafíos para quienes buscan emociones aún más fuertes y opciones de personalización; por delante, al menos en 2018, quedan otras dos que añaden el esperado modo infinito, Endurance, del que prometen que tendrá un toque único que lo distinguirá de otras propuestas similares, y una suerte de modo foto con «herramientas más precisas» para hacer capturas de las ciudades. En esta última actualización del año se espera también una sorpresa, aunque no se ha dicho nada sobre ella.

Como fuere, la idea es seguir actualizando el juego en 2019 para añadir más campañas y novedades.

Y yo que me alegro, porque Frostpunk es uno de los juegos que más me han gustado este año. La idea es la siguiente: eres el líder de un grupo de supervivientes de un apocalipsis que ha dejado el mundo en temperaturas varias decenas de grados bajo cero, y que, reunido alrededor de un generador que provee calor y energía, debe levantar una nueva ciudad en la que hacer vida mientras explora los alrededores en busca de otros supervivientes y recursos y aprovecha el entorno para conseguir materiales y alimentos. Hay muy poca gente y la cocha tá mu malamente, así que pronto se te presentan encrucijadas jodidas: quizá te venga bien poner a currar a los niños, aunque los pongas en peligro, o quizá sea conveniente ahorrar comida sirviendo la sopa boba en vez de viandas más nutritivas, y quizá este tipo de decisiones te ganen la antipatía del pueblo, y quizá puedas calmar los ánimos creando iglesias y burdeles, o poniendo en marcha un cuerpo de policía que les curta el lomo para enseñar quién manda aquí, y quizá conspiren contra ti en la sombra, por lo que quizá sea conveniente aumentar la opresión, y quizá…

Una experiencia intensa, en fin, y tremendamente estimulante, que en su momento me pareció que te llevaba de un sitio a otro con una soltura y una efectividad geniales y perturbadoras; escribía en mi reseña lo siguiente:

La clave del juego de 11 bit, y lo que hace que cada partida se convierta en tres horas de angustia, nudos en la garganta y clics con los ojos cerrados, está en cómo se pasa de la sensación, generalmente falsa, de que todo está bajo control a las acciones desesperadas y al control férreo y totalmente inhumano de quienes antes eran tus compatriotas, tus compañeros y quién sabe si tus amigos. Ahí la película te la montas tú, si quieres; el caso es que incluso en las partidas más bienintencionadas existe una facilidad pasmosa para pasar del voy a intentar que nadie trabaje más de ocho horas al día al perseguiré y castigaré con puño de hierro a cualquiera que ose decir algo en contra de mi gobierno.

Podéis leer el análisis completo aquí.

  1. orwellKILL

    joder, tanto que jugar y solo una vida

  2. Mimercio

    Y consola pa’ cuándo!?