Una crónica del Summer Game Fest 2023

La atención prestada

El evento veraniego de Geoff Keighley cada vez tiene más dificultades para mantener el pacto que hace con su público y estar a la altura de los juegos que se muestran en él.

Se forma un pacto entre evento y audiencia en emisiones como la del Summer Game Fest de anoche, el evento de Geoff Keighley que, a falta de E3, viene a ser algo así como el reemplazo de la feria de Los Ángeles, el ente que busca ocupar el hueco que deja el veterano trade show. Estaba ya viejo y no creo que pase nada por perderlo. Sus defectos eran bien conocidos y sus virtudes apelan a sensibilidades de otro tiempo; por lo que se fue filtrando de los planes que tenía la ESA, la asociación que organizaba la antigua feria, para las ediciones que tocaban cuando la pandemia lo cambió todo, tampoco parece que mantener el E3 en respiración asistida por pura cabezonería nos hubiera llevado a un lugar necesariamente mejor. Pero se forma un pacto entre una retransmisión como la del Summer Game Fest —un evento híbrido de nacimiento, que mezcla el peso de lo presencial con la ambición de llegar a un público masivo y global— y tú que lo ves desde tu casa. Tú le prestas tu atención durante un par de horas; el Summer Game Fest, o Geoff Keighley (al fin y al cabo, es un proyecto muy personal; él mismo presume, y con motivos, de los vídeos promocionales que edita), te ofrecen a cambio información.

El tipo de información que se ofrece, su naturaleza, es lo de menos. Un logo de un juego, un anuncio de una colaboración o crossover entre tal IP y esta otra, un gameplay con o sin contexto, comentado o sin comentar por uno de sus responsables, o por quien sea; no te cambia la vida, pero tampoco creo que esté del todo mal. A falta de otra cosa, ya digo, es una oportunidad para echar un vistazo a cómo van las cosas en el videojuego comercial, el de gran presupuesto y el que no maneja tanto, y para juntarse con colegas para comentar entre risas lo bien que pinta este y lo mal que pinta el otro. No hace falta darle más relevancia a un evento de este tipo. No es el E3 (el E3, al fin y al cabo, no eran las conferencias: eran cuatro días de stands, de demos, de entrevistas, pero también de cruces por los pasillos, de charletas improvisadas, de impresiones cruzadas entre gente de todas las procedencias; era jugar por fin a la demo de la que salió lo que se había visto un par de días antes en una conferencia, pero también comentar esa demo y el vídeo de gameplay con alguien que te había gorroneado un cigarrillo en la zona de restaurantes, o en una mesa compartida a toda prisa en la sala de prensa); no es el E3, decía, pero, de ser necesario un sucedáneo que nos ayude a cubrir el hueco ahora que la ESA parece estar a otras cosas, tampoco está mal que exista un evento como este.

Pero no hay que olvidar entonces el pacto que se forma, porque que ese pacto esté protegido y bien cuidado es fundamental para que el Summer Game Fest, y con él la reputación y el ego de Geoff Keighley, salga bien parado. Ese pacto se traiciona cuando se piensa en esta presentación con una mentalidad de tiburón que imagino que es contagiosa cuando te mueves en entornos como Twitch; la que te tienta a usar como cebo según qué juegos para que muerdas el anzuelo cuando tienes toda la atención puesta en pantalla (Final Fantasy VII: Ever Crisis); la que te lleva a que se forme un desagradable sistema de castas, implícito pero difícil de ignorar, y que acaba llamando más la atención sobre las diferencias entre los de arriba (Final Fantasy VII Rebirth), los del medio (Toxic Commando), los que abajo (Lysfanga; «very cool independent game, alright») y los que has invitado a la fiesta porque te han obligado (¡Throne and Liberty!) que sobre los méritos o el interés de cada juego; la que naturaliza esta situación, porque al fin y al cabo, ¿para qué si no sirven este tipo de eventos?

Tengo la sensación de que ayer el pacto se rompió varias veces, en gran medida por un Geoff Keighley que no parecía capaz o interesado en mantenerlo. No creo que haya sido siempre así. Creo que Keighley conoce este pacto y normalmente lo ha respetado, aunque en alguna ocasión haya tenido que romperlo para lograr que su marca, los Game Awards, se asentara y ganara relevancia mientras otras la perdían; supo ver el hueco y lo aprovechó. Pero anoche no me pareció ver al mismo Geoff Keighley que tuiteaba sobre el Summer Game Fest minutos después de cada descalabro del E3, el de la ESA o el de ReedPop. El de anoche tenía un tono tan blando que ni siquiera parecía paródico; su discurso parecía preparado para ser encajado entre cualquier pausa entre vídeos, nunca tan específico o concreto como para decir nada sobre ninguna cosa. No creo que sea necesario que un evento de este tipo tenga un tono dicharachero o especialmente brillante, pero la mediocridad con la que se enlazaron los tráilers anoche fue espeluznante. Ni siquiera la gente que subió al escenario (todo hombres) parecía tener mucho que decir, excepto quizá Ed Boon, que sí presentó Mortal Kombat 1 con mucha solvencia. Nicolas Cage no parecía saber exactamente qué tipo de juego estaba promocionando, a pesar de que «alguien muy importante de mi familia», dijo, es «entusiasta de Dead by Deadlight» (me gustaría pensar que habla de Francis Ford Coppola, pero quizá sea Jason Schwartzman).

¡Y eso con todos los juegos que se enseñaron! Ni fueron pocos, ni fueron malos. Con el mismo material, una presentación mejor definida y ajustada podría haber dado forma a una «conferencia», entre las comillas que se le quiera poner, mucho mejor. Alan Wake II, Spider-Man 2 (con su fecha; ese es otro tema), Final Fantasy VII Rebirth, el nuevo Like a Dragon, Mortal Kombat 1; series clásicas con nuevas entregas de la talla de Baldur’s Gate 3, Prince of Persia: The Lost Crown, Sonic Superstars, Crash Team Rumble; secuelas de juegos aclamados como Space Marine 2, Remnant II, Path of Exile 2; Witchfire, Sand Land, Lies of P, Banishers, Under The Waves: si acaso, hay quien podría decir que hubo demasiados juegos. Juegos no faltan; no faltan ahora mismo, en un año que está siendo reseñable precisamente por la cantidad asombrosa, casi paralizante, de novedades que están llegando a todas las plataformas, de todos los tamaños, formatos y sabores que uno pueda imaginar, y no faltarán en los próximos meses ni en los próximos años, si la tendencia se mantiene. No faltan y no voy a decir que sobren, pero si hubiera que elegir (¡que no hay que hacerlo!) seguramente sobren más de lo que faltan.

Lo que no sobra es la atención que les podemos prestar. Desde anoche no he parado de pensar en eso; como no nos sobra la atención que podemos prestarle a este tipo de eventos, resulta más molesto cuando el pacto del que hablaba antes se violenta. Quizá es cosa mía, pero me incomoda tener la sensación de que la imagen del videojuego que se transmite en este «festival de verano» (ese cómo van las cosas del que hablaba antes y que tanto nos ha gustado y nos gusta comentar) sea una que no coincide con la que me parece la real, infinitamente más emocionante y viva de la que sugirió el evento de anoche. En otro momento quizá hubiera sido más importante el contrapeso o la imagen alternativa que ofrecieron, justo después, el Day of the Devs y, en menor medida, el Devolver Direct (los otros dos eventos de la jornada de ayer), pero hoy hay que esforzarse para tener una idea tan mala o pobre del mundo del videojuego como la que se vio anoche. Por eso creo que la responsabilidad del mediocre Summer Game Fest de anoche no debe recaer sobre los juegos que se vieron, sino sobre una organización (personificada en Geoff Keighley, impulsor y cara visible de todo esto) que no demostró estar a la altura de las necesidades de unos títulos que deberían haber hecho piña para ser mejores, y que sin embargo se vieron arrastrados por un formato que cada año tiene más dificultades para conseguir que nada destaque; al revés, parece tener el efecto contrario: te gustaria prestarles atención, pero los intereses quizá son más altos de la cuenta.

  1. molekiller

    Sinceramente, prefiero que me pongan trailer tras trailer. Me la pela bastante ver a Ed Boon, al de Insomniac hablando sobre un trailer ya visto o al señor Max Payne. Mención aparte para la chorrada de Cage.

    Sobre los trailers, pues meh. Casi que lo que más me llamó fue el Space Marine 2, por aquello de tener el mono de Gears, a ver si sale bien. Y el trailer final no podía ir menos conmigo, un hater del FFVII remake, no por los cambios sobre el original sino por parecerme un puto coñazo de juego.

    Editado por última vez 9 junio 2023 | 18:48
  2. danielz

    Como presentación, me quedo con la Devolver Digital, independientemente que te guste o no el humor que presentan, tienen trabajo, lo de Geoff no se que aporta, un tipo ahi de adelante presentando trailers…

    Y hablando de juegos en Devolver Digital, este año fue más flojo que otros. Me hizo gracia baby steps, ademas que me hizo acordar adeath stranding, no se que puede salir de ahí! lo mejor o lo peor!

  3. Sike

    pues yo aplaudo que hubiese un juego VR. Sobretodo después de la retaila de juegos genéricos que era dificil distinguir unos de otros.

    Luego destacaría a Carpenter, después de The Thing, consumiré todo lo que toca XD.

  4. MrHanekoma

    Este año ha sido flojo lo del Geoff, porque no había ningún ritmo en lo que estaba haciendo

    Y ademas porque hay cosas que se pusieron que sabian que no interesaban y estaban muy «de anuncio»
    Que todo son anuncios, pero hay unos mas visibles que otros y este año se notaba demasiado
    Y, que si me preguntas a mi, no hubo sorpresas grandes

  5. Gordobellavista

    Pero es que me da la sensación que los eventos de este hombre son siempre más o menos así, ¿no? O igual estaba algo más desganado, puede ser. No sabría decir porque yo es que estas conferencias las pongo de fondo mientras hago algo. Las del Doritos, digo. Las veo comentadas por alguien y levanto la mirada si escucho decir que algo está guapo.
    Desde esa actitud, la de anoche no me resultó tan mala, la verdad. Se vieron cositas.
    La respuesta de la comunidad me ha parecido demasiado vinagrosa, tanto con esta como con la de Play. No sé, ahora escucharé a Pep y seguramente me haga cambiar de opinión.

    Edit: Buen artículo, por cierto, que se me olvidaba. Me gustan mucho estás crónicas/reflexiones sobre la actualidad del vj.

    Editado por última vez 9 junio 2023 | 21:03
  6. Xandru

    Pues buena lectura de lo que significan ahora estos eventos.
    Das en el clavo con lo del contraste entre el Geoff motivao de tuiter que está a la que salta para promocionar su sarao y el presentador sosainas de ayer que parece que estaba solamente contando los billets que le caían por cada publicidad…

  7. pollomuerto

    Firmo debajo de la crónica como si fuese un manifiesto. 10/10.

    alright.

  8. Jamelín

    Entiendo que los periodistas tengáis que ver el evento íntegro. Lo del resto me lo vais a tener que explicar porque después del evento están todos los tráilers en youtube sin la mierda de tacobell.

  9. NahuelViedma

    A excepción de la prensa que es su trabajo, somos seres humanos y nos gusta criticar, sobretodo en redes sociales donde se busca la oportunidad constante para ofenderse, tirar mierda e indignarse.

    Ya a ésta altura nadie puede pensar que un evento del Geoff no será otra cosa que un bodrio permanente.

  10. DarkCoolEdge

    Muy buena crónica/análisis. Creo que lo clavas.

    Tiene delito que un evento con esa lista de juegos resulte anodino y genere tanta crítica y desprecio.

  11. Mellizosky

    Totalmente de acuerdo. En la economía de la atención, Geoff Kigleyheajfale cada vez paga peor. Yo estuve febril y no pude ver el evento, a pesar de haber arrastrado a varios colegas a una reunión virtual para verla. Gané dos horas, con fiebre, pero mías.

    La duda que me surge: ¿todas las burbujas con editoras que había en la web los días previos anunciaron algo? Porque me da que eran demasiadas y de algunas no recuerdo haber visto nada.