El Taller de Overwatch es un potente editor de modos de juego y un ejemplo a seguir

Blizzard ha publicado en el Public Test Realm de Overwatch una nueva herramienta, el Taller (Workshop, en inglés), que permite crear y personalizar modos de juego a través de un editor de scripts que permite añadir reglas y condiciones específicas para moldear al detalle cada partida. Estas reglas, explica la compañía, «pueden hacer muchas cosas, como modificar cómo funcionan el movimiento y los poderes de un héroe, cómo los jugadores reciben daño o son curados o incluso mostrar texto en circunstancias específicas».

Uno de los modos que se presentan como ejemplo es Molten Floor. Aunque parece una forma de jugar que vaya a ser popular a corto plazo, sí sirve para ver qué pinta tiene uno de estos scripts; en el caso de Molten Floor, la cosa va de que el jugador recibe daño cuando está pisando el suelo, y la cosa quedaría así:

Es una herramienta con muchas posibilidades y que estará disponible en PC pero también en consolas. Al editor de scripts le acompaña una suerte de debugger que permite poner a prueba tus creaciones y ver cómo se comportan tus reglas en un entorno controlado; este Workshop Inspector «no solo te dirá qué ha pasado», explican, «sino también qué no ha pasado, y por qué». Para crear comunidad alrededor de estos modos personalizados se habilitarán unos foros especiales en los que se podrán hacer consultas o compartir conocimiento.

Además de explorar los modos creados por otras personas, es posible compartir scripts creados por uno mismo con otras personas que jueguen a Overwatch en cualquier plataforma. De momento solo está disponible en el PTR, como decía, pero las creaciones que salgan de ahí se podrán utilizar en los servidores normales.

Información más detallada sobre este Taller se puede encontrar en la web del juego. Aquí abajo tenéis un vídeo en el que el director de Overwatch, Jeff Kaplan, explica de qué va el asunto.

Este editor de scripts recuerda a las potentes herramientas que solían acompañar a los juegos de Blizzard en cierta época, y que seguramente tuvieran buena parte del mérito de crear las sólidas comunidades sobre las que se apoya la compañía en la actualidad. Es, en fin, un recurso interesante y que no me desagradaría ver en más juegos, que seguramente se pudieran beneficiar de una mayor flexibilidad a la hora de permitir distintas formas de explorar (y explotar) sus mecánicas, generando nuevas dinámicas y permitiendo nuevos usos del juego. Un abrazo a Perfect Dark y sus (en comparación) tristes opciones de personalización de las partidas multijugador.