Viaje al final del arcade

The King of Kong: La balada de Billy Mitchell y Steve Wiebe

The King of Kong: La balada de Billy Mitchell y Steve Wiebe

Hace seis años desde que se estrenó The King of Kong: A Fistful of Quarters, un documental dirigido por Seth Gordon que narra la rivalidad surgida entre Billy Mitchell y Steve Wiebe por obtener la máxima puntuación en el clásico arcade de Nintendo.

Más allá de lo que podría ser un mero documental sobre gente madurita jugando a los videojuegos de su niñez, esto sirve como leivmotiv para embarcarnos viaje a las miserias de la competición y de la rivalidad cuando esta sale de lo sano y se pasa de madre.

Las historia comienza en 1981 cuando Walter Day, un antiguo hippie metido a buscavidas de 32 años, regresa a su Iowa natal —tras fracasar en sus negocios como vendedor en Texas— para comprar un salón recreativo llamado Twin Galaxies. Tras leer un artículo sobre videojuegos en la revista Time del número de enero de 1982, decidió enfocar su negocio como base de datos para recoger los mejores marcadores de arcades del mundo. Sin embargo, él seria quien protagonizaría el número de noviembre de la revista Life junto a mejores jugadores de América. A la hora de ponerse frente a las máquinas, destacó por encima de todos un chaval canijo y con bigote incipiente llamado Billy Mitchell. En 1984 Day cerró los salones recreativos, pasando a ser Twin Galaxies un organismo oficial de Guiness para otorgar los récords en cuanto a puntuaciones de videojuegos.

A principios de la pasada década, Steve Wiebe, un ingeniero casado y con dos hijos, compró una maquina de Donkey Kong, primero como hobby y, tras dedicarle horas de entrenamiento, para batir el récord mundial ostentado por un tal Tim Sczerby desde el 2000 (cosa que elude el documental) y que Billy Mitchell recuperaría en el 2004 (tras su primer reinado entre 1982 y el 2000). En julio del 2004 envió una cinta (el documental no explica que envió previamente tres cintas donde batía el récord y que fueron invalidadas) a Twin Galaxies, y por presión del propio Billy Mitchell el organismo envió a dos colaboradores para verificar que la maquina no estaba trucada. Y aquí empieza una historia digna de telenovela. Tras un escudriño severo, deciden invalidar el récord porque encuentran una caja del repuesto del procesador enviada a remitente de Roy Schidlt, némesis de Mitchell.

A partir de ese momento se decide que si Wiebe quiere validar el récord, deberá hacerlo en alguna de las convenciones de Twin Galaxies en público. Es así como empieza la extraña guerra psicológica entre Mitchell y Wiebe. El primero, un hombre de negocios que ha logrado amasar una pequeña fortuna gracias a su restaurante en Hollywood, Florida, y su propia salsa barbacoa patentada, y recordman en el mundo de los videojuegos, poseedor de cinco récords mundiales que le hicieron valer en 1999 el título honorífico de Gamer of the Century. Wiebe es el típico perdedor americano, un tipo talentoso pero que nunca ha triunfado en nada. Por ejemplo, el mismo día que compró una casa para su familia perdió su trabajo.

The King of Kong: La balada de Billy Mitchell y Steve Wiebe

The King of Kong: La balada de Billy Mitchell y Steve WiebeEl propio documental no disimula a la hora de repartir roles de héroes y villanos. Pero los propios personajes dan bastante juego en eso: Wiebe es un tipo obsesivo compulsivo y que en más de una ocasión descuida a algunos de sus hijos o a su matrimonio para echarle horas al juego, pero, por otro lado, un tipo simpático, humilde y en contra de lo que pueda parecer en algunos momentos buen padre y esposo que intenta demostrar que es el mejor jugador de Donkey Kong de forma limpia, pese a las trabas que se le presentan en el camino; Mitchell, en cambio, se comporta de forma prepotente, mostrándose como ejemplo del autentico sueño americano, y no duda en usar toda su influencia en sus admiradores y en la gente de Twin Galaxies para fastidiar a Wiebe. Un personaje bastante patético que se vende a sí mismo como un hombre frío y calculador que siempre tiene un plan, pero no es capaz de enfrentarse cara a cara contra Wiebe, al que hace incluso duros desplantes las dos únicas veces que se enfrentan cara a cara. El documental tiene personajes secundarios impagables, desde el propio Walter Day hasta su colaborador Robert Mruczek, un tío que es capaz de tragarse 14 horas de vídeo de partidas al día para validar (o no) resultados. Y Brian Kuh, jugador talentoso y fiel admirador de Mitchell, al que envía para mantenerlo informado y dar un poco por culo a Weibe dando vueltas alrededor de él.

Han pasado seis años desde que se estrenó el documental y la rivalidad entre ellos dos continuó y el récord cambió de manos varias veces. En 2010 entró en escena Hank Chien, un neurocirujano neoyorkino de origen taiwanés que logró el récord y lo mejoraría hasta tres veces más. Tras el éxito del documental dentro de la escena retrogamer norteamericana, nuevos jugadores (incluido el rapero Eminem) entrarían en escena relegando a Wiebe y Mitchell respectivamente al 5º y 6º lugar en el ranking de mejores puntuaciones.

Aquí podéis leer la entrada original.

Usuario
  1. Garou

    Leí esta entrada el otro día. Un poco excesivo que la destaquéis, pero bien por vuestro megáfono.

  2. bubblebreaker

    Creo que esta opinión llega tarde… ha pasado bastante tiempo y ese documental ya no es representativo de nada, salvo por la particular historia de Steve Wiebe.

  3. Dezz

    Ha sido una sorpresa muy grata ver mi post destacado. Lo subí y tras superar los 5000 caracteres tuve que recortar y editar el texto varias veces, quedando colgado el primer día con varias frases cortadas por la mitad. En fin, debería aprender a sintetizar mejor.

    Un abrazo al equipo de Anait por la sorpresa y a todos aquellos que han tenido la santa paciencia de leerse este ladrillo. Gracias.

  4. Dandindan

    La manera en la que Brian Kuh se rebaja como persona humana da cosita

  5. WH4RXOR3

    Lo ví hace un par de años y me la puso zimarrona.

  6. Iker Maidagan

    Larga vida a Billy Mitchell, ese titán del silicio y la salsa picante.

  7. Víctor Martínez

    @bubblebreaker
    Entiendo que el texto original tenía más intención de recordatorio que de descubrir América, y seguro que hay quien no ha visto todavía la película; con lo que gusta hurgar en juegos viejos, no veo por qué no darle el mismo trato a esto.

  8. PrincipianteSinLogros

    Yo no lo conocía, así que a mi me ha gustado poder leer esto (un poco por encima, eso si xD)

  9. bubblebreaker

    @chiconuclear
    Creo que no he visto el énfasis suficiente como recordatorio o «Homenaje».
    De hecho salvo por el primer y ultimo párrafo, básicamente es un «Descubrir América».

    Si quisiera hablar del documental no le haría la review, que de esas ya las hubo en su momento, aparte de todos los spoilers que suelta el artículo. Me hubiera centrado en la vida después del documental, del cambio de Twin Galaxies, de Chien, como le va Wiebe, o hasta de Eminem (que después lo desarrolla en forma de link en los comentarios), que además de aportar algo nuevo al documental, lo presenta a quién no lo conozca situándolo donde se merece que esté, 6 años antes de que se haya redactado este artículo.

    Ya lo leí el articulo original desde el blog del autor, pero me ha sorprendido verlo elegido por Anait.

  10. Dezz

    @bubblebreaker

    Me hubiera gustado desarrollar un poco mas como esta el percal en la actualidad en todo lo que gira alrededor de Twin Galaxies, los pseudomundiales de Donkey Kong que organizaron con las competiciones de Kong Off, la jubilación de Walter Day o lo que paso con los buenazos de Wiebe, Mitchell, Hank y cia. El caso es que me centré demasiado en la película y me falla mucho la capacidad de sintetizar a la hora de escribir. Creo que de nota con el tamaño del texto (o este post), tal vez me documenté mejor y escriba del tema mas adelante. O no.

    Muchas gracias por tu opinión, tenía en mente hablar del documental Hobby (Nintendo) de Ciro Altabas y que ya tiene un lustro. Esto me da ideas para hacer un texto mas interesante mas allá de la mera review.

    Un abrazo a todos.