Algo había en el aire en 1985. Sega lanzó ese año Hang-On y Space Harrier, clásicos de Yu Suzuki cuya onda expansiva llega, todavía con Suzuki al mando, hasta nuestros días. Capcom publicó Ghosts ‘n Goblins, solo unos meses después de haber lanzado Commando. Famicom llegó a Estados Unidos como NES, y con ella llegó Super Mario Bros. En la Unión Soviética, Alexei Pajitnov inventó el Tetris. Hace ya cuarenta años de todo eso, y sobre todo eso se podrían escribir otros tantos monográficos; pero el que había que escribir era el de Gradius.
En 1985, de Konami salieron también unos cuantos juegos importantes (Green Beret, Twinbee, Yie Ar Kung-Fu), pero ninguno como Gradius. Su pulso cinematográfico y su sentido de la espectacularidad eran inigualables; todo en él es icónico: desde la inimitable nave Vic Viper hasta el Konami Code, introducido en la versión de NES para sortear, durante el desarrollo del port, la endiablada dificultad que se ha convertido en marca de la casa. A velocidad hipersónica, quizá desintegrándose a la vez que los salones recreativos que la vieron nacer, Gradius se expandió más allá de las fronteras de su propio título, en Salamander, Parodius, Life Force, Solar Assault; la vieja escuela y la nueva se juntaron en el que por el momento es el desenlace de la serie, Gradius V, firmado por una Treasure en estado de gracia, que venía de revolucionar el género de los matamarcianos con Radiant Silvergun e Ikaruga.
Este monográfico quiere ser una celebración, personalísima y tan amplia y caótica como Gradius y sus impredecibles apéndices, de la serie con la que Konami conquistó el mundo en 1985. Locomalito, desarrollador de uno de los herederos de Gradius más destacables (el genial Hydorah), explora en su artículo la idea de juego denso que recorre el genial Gradius Gaiden. Albert García se sumerge a fondo en Parodius para hacer una completa retrospectiva de este spin-off, en el que el cachondeo se mezcla con un diseño preciso y riguroso. Yo mismo, Víctor Martínez, escribo sobre el primer Gradius y sobre el último.
Además, incluimos en el monográfico la reseña de Gradius Origins, el recopilatorio con el que la propia Konami celebra un aniversario tan señalado, y que además incluye un nuevo juego, Salamander III, el primer añadido serio al gradiusverso desde hace veinte años; y una versión remasterizada de la retrospectiva de Gradius que publicamos en 2015, para celebrar, en ese momento, el trigésimo aniversario de la serie.
