He encontrado este juego tan extraño en mi ordenador…

mk creature.zip y la filosofía «juguetito»

El último título de la programadora española Rocío Tomé es una experiencia que entiende el videojuego como un aparato capaz de estimular la curiosidad, la imaginación y el sentido de la maravilla.

Ideas

Pienso mucho en MU Cartographer; es fácilmente uno de los mejores juegos que he probado este año. Ir descubriendo poco a poco las capas de la propuesta de Titouan Millet para encontrar un juego que habla, precisamente, de la obsesión a la que puede llevarte el ansia de descubrimiento, me parece la fusión perfecta entre mecánica, temática y exposición. Una pieza centrada y pensada, no para ser un juego de puzles, sino para funcionar como un puzle en sí mismo, cuyo objetivo es precisamente el entendimiento y la resolución, siendo el resto de elementos —como la narrativa— una recompensa por habernos implicado en la propuesta. 

Pero como hacen todos los juegos ya sea explícita o implícitamente, MU Cartographer se adhiere a una filosofía y una serie de ideas que reflejan la forma en la que su creador entiende el arte y los videojuegos. Millet, que forma parte del colectivo francés Klondike, dice sentirse atraído por lo experimental, alternativo y abstracto, así como por los componentes más atmosféricos de los juegos. Un repaso por sus creaciones nos habla de un enorme interés por el propio concepto de «juego» y por la acción misma de jugar, entendida desde el punto de vista más básico posible: como algo entretenido, que hacemos por placer, y que puede llevarnos a descubrir, entender y descifrar el mundo que nos rodea. 

Esta filosofía, llamémosla filosofía «juguetito», que Millet aborda de una forma explícita, podemos encontrarla también en otras propuestas como Townscraper, el título de Oskar Stålberg en el que el objetivo y la mecánica principal no es otra que construir de la nada un precioso pueblito tocando en la pantalla el lugar donde queremos que aparezca una nueva casa. Townscraper es un enorme Lego virtual en donde todas las piezas son edificios, pero que aún así se las apaña para sorprendernos e interesarnos por descubrir hasta dónde podemos llegar. Por supuesto, parte del atractivo se apoya en la belleza. En la preciosa y, por eso, limitada, paleta de colores puesta a nuestra disposición, que consigue que el resultado sea siempre bonito y coherente pese a las muchas locuras que podamos intentar. Y junto con Townscraper y MU Cartographer, dentro de ese grupo de propuestas que abrazan el propio concepto de jugar encontramos mk creature.zip, el último proyecto de la programadora española Rocío Tomé.

Acciones

mk creature.zip comienza con un misterio. Uno absoluto, explícito y evidente: «Hola, amigo. Hace unos días encontré este juego tan extraño en mi ordenador. He intentado averiguar cómo funciona pero no lo consigo. Espero que tengas más suerte. Por favor, dime si lo has conseguido porque me está volviendo loca», escribe la propia Tomé en la página de itch.io del juego. Al descargar y abrir el archivo, la interfaz parece estar escrita en un idioma alienígena que tendremos que comprender a partir del ensayo y error. Como MU Cartographer, mk creature.zip es un enorme puzle que desciframos mientras jugamos; un título en el que los errores, lejos de castigarse, se premian con conocimiento y en el que avanzar está estrechamente relacionado con una comprensión más profunda del espacio virtual que estamos explorando. 

Al igual que sucedía en el título de Millet, al iniciar el juego de Tomé es fácil sentirse abrumado por la gran cantidad de indicaciones, «botones y barritas» que no entendemos ni sabemos accionar. Algo que parece quedar claro a simple vista es que estamos ante lo que parece ser un organismo vivo que podemos modificar a placer tanto en forma como en color. Los indicadores laterales —que por suerte tienen algún símbolo que sí puede resultarnos familiar— parecen reflejar una serie de requerimientos que tendremos que cumplir para que la criatura tenga el aspecto final deseado. Pero no podemos deducir nada más. El placer de la propuesta se encuentra en ir comprendiendo cada uno de los elementos y en entender las peticiones del extraño programa que tenemos delante. Sin embargo, Tomé va un paso más allá al abrazar la filosofía «juguetito» al añadir un componente transmedia que hace que mk creature.zip sea aún más divertido de descifrar.

Interior de la versión física de la guía de mk creature.zip

Para llegar al final de mk creature.zip necesitaremos la guía, un archivo que podemos descargar, y necesitaremos consultar, para llegar al final. Este manual de instrucciones es un juego en sí mismo que utiliza imágenes para servir como diccionario entre los símbolos y los elementos visuales que tenemos en la pantalla. Así, nuestra atención como jugadores se divide entre ambos elementos hasta que llega un punto en el que ambos se retroalimentan, y comprendemos el juego gracias a la guía y la guía a través de las interacciones del propio juego. 

Aunque desde el punto de vista del diseño parece más complicado el trabajo de Millet —que consigue llegar al punto donde el jugador es capaz de superar el reto solo a través de la experimentación—, la opción de Tomé de incluir una guía no parece partir de la desconfianza hacia sus propias capacidades o las del jugador, sino del propio espíritu del juego; que al obligarnos a recurrir a un manual se siente más como un artefacto «bruto» que como la estilizada máquina futurista de Millet. La presencia de la guía no solo influye en la inmersión sino que ahonda en el propio concepto de «juguetito» permitiéndonos compartir la experiencia con otra persona; sacando el puzle de los límites impuestos por la ventana de la aplicación para intentar replicar una experiencia algo más analógica que, como los juguetes de nuestra infancia, no está dirigida por una narrativa externa sino por nuestro puro deseo de jugar.

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El reciente éxito de juegos como Among Us o Fall Guys ha permitido que muchos analistas y críticos reflexionemos sobre la manera en la que la vertiente más poderosa de la industria del videojuegos nos ha hecho creer que la evolución del medio va irremediantemente ligada a mejoras tecnológicas, técnicas y visuales mientras que una notable parte de los jugadores busca una experiencia divertida que les ayude de cierta forma a sentirse conectados o con el universo del propio juego o con los demás. La propuesta de Tomé —como la de Millet y la de Stålberg— sirve para recordarnos todas las posibilidades, sensaciones y emociones que estamos dejando atrás en favor de experiencias más dirigidas y cinematográficas en donde la acción de jugar queda en ocasiones reducida en un intento de hacer los títulos sencillos, accesibles y digeribles.

Pienso mucho en MU Cartographer. Ahora también en mk creature.zip. Al hacerlo no recuerdo su historia o sus puzles pero sí la agradable sensación de dejarme guiar por la curiosidad. De volver a jugar sin restricciones, de la manera en la que juegan los niños.

Redactora
  1. jk_eye

    No puedo esperar a frotarle el Flib a esa cosa

    1. 1984

      @jk_eye
      Venía a hacer esa referencia.

      Editado por última vez 30 septiembre 2020 | 02:13
  2. Mominito

    Muchas gracias por traernos artículos de juegos tan curiosos. Me alegran los días. 🙂

  3. Caelant

    En Desayuno Continental cuando lo jugaron fue todo un viaje. Me ha encantado el artículo y el juegazo, solo cosas buenas aquí.

  4. MarcoFidelio

    Lo de la «guía» es una idea maravillosa. «¿Que no entiendes nada? Toma, una piedra rosetta alienígena. El resto es cosa tuya.» Por si alguien tenía duda, mk creature.zip nos muestra que descubrir cosas puede ser divertidisimo -y un buen reto-.

  5. Alehatorio

    Vaya interfaz más bonita la de este juego y la guía es 10/10.