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Análisis de Dishonored: La muerte del Forastero

Análisis de Dishonored: La muerte del Forastero

El forastero (outsider en inglés) es una figura recurrente en la literatura. Este tipo de personaje, generalmente protagonista, se caracteriza por su soledad y aislamiento del mundo que le rodea. Es fácil encontrar ejemplos en novelas como El guardián entre el centeno o 1984; en el primero, Holden Caulfield no termina de entender lo que hacen los adultos, mientras que en el segundo, Winston Smith posee más conocimientos sobre el sistema que el resto de ciudadanos; a pesar de que ambas posiciones son opuestas, tienen la misma consecuencia: la separación de la sociedad. En el género de terror, este tópico se lleva al extremo: el forastero suele ser o bien directamente un monstruo (como Frankenstein y Drácula) o bien sufrir la violencia del entorno de forma mucho más explícita. En esto se basa gran parte de la obra de Lovecraft. «No por esto olvido que soy un extranjero, un extraño a este siglo y a todos los que aún son hombres», dice en su relato El extraño.

Los videojuegos toman inspiración de la literatura y por eso replican estos tópicos, ya sea sutilmente, como en The Witcher o Hyper Light Drifter, o literalmente, como es el caso de Bloodborne, en el que nuestro personaje aparece en una ciudad donde tanto las bestias como los habitantes son hostiles con nosotros. Y aunque en Dishonored podemos encontrar elementos de El fantasma de la ópera, Moby Dick e incluso Mundodisco, quien sin duda más ha influenciado a la saga es el ya citado Lovecraft. La idea del Vacío, un elemento extraño, casi alienígena, que moldea a su manera a los seres afectados por él e impregna el ambiente, recuerda enormemente a las historias del creador de Providence. La magia no es solo un adorno o una mecánica en Dishonored, es un elemento que permea en su sociedad. Las sectas, las brujas o los altares son recurrentes y ayudan a configurar una mitología interna que da profundidad a su universo.


Aunque no sea el protagonista, el Forastero en un personaje imprescindible en la saga. Por supuesto, es una obvia representación de la figura literaria ya nombrada, pero también tiene una base en la tradición cristiana. El chivo de Azazel es un ritual nombrado en la Biblia en el que se eligen dos cabras como ofrenda y una de ellas, sacrificada en un altar, se ofrece a Dios, mientras que la otra, dedicada a Azazel, se abandona en el desierto y se le hace cargar, simbólicamente, con la culpa de las personas. De este mismo modo, el Forastero se crea como chivo expiatorio para exculpar a los humanos; unos humanos inherentemente violentos que traen consigo la destrucción: la plaga de las ratas o la de las moscas de sangre. El resultado es un dios aparentemente amoral que dota de poder a aquellas personas que él considera especiales de alguna forma. Debido a que nació de la violencia, castiga al jugador si asesina demasiado y se muestra sorprendido cuando se tiene piedad. Es, al fin y al cabo, una representación del propio juego: nos da la libertad de matar pero nos juzga si hacemos lo que él considera que está mal.

Análisis de Dishonored: La muerte del Forastero

Como una especie de Ian Curtis decimonónico, el Forastero siempre aparece dramáticamente, haciendo muchos aspavientos mientras nos relata elementos de la historia y flota por el Vacío. Sarcástico y un poco cínico, a mí me gusta pensar que practica antes de visitarnos para resultar lo más espectacular posible y actualmente es mi personaje favorito. Por eso, al empezar esta nueva entrega, y tras ver el título, tragué saliva frente a la pantalla temiendo la posibilidad de enfrentarme a un final como el de Metal Gear Solid 3.

Dishonored: La muerte del Forastero transcurre unos meses después de la segunda parte, y tiene como nueva protagonista a Billie Lurk, a la que conocíamos como Meagan Foster, capitana del Dreadful Wale. Tras rescatar a un Daud cansado, enfermo y atormentado por su pasado, éste nos plantea una última misión: cometer deicidio matando al Forastero (otra vez el uso del chivo expiatorio: asesinar a quien se considera culpable del desorden). A pesar de que en Dishonored las tramas giran en torno a la venganza, ya desde el principio vemos una cierta reticencia en Lurk ante la propuesta de su mentor.

Mecánicamente es el siguiente paso lógico en la saga. Toma todo lo que se refinó en la segunda entrega y lo lleva un poco más allá, haciendo la jugabilidad más exagerada y fluida. Como Billie no tiene la marca del Forastero, no hay sistema de caos y, aunque seguimos teniendo un indicador de letalidad y sigilo al final de cada misión, no se nos castiga por la cantidad de asesinatos que llevamos a cabo. Tampoco hay pociones de maná; el marcador de magia se recarga solo con el tiempo. Esta decisión tiene sentido porque el juego está pensado para que saquemos el máximo provecho al nuevo set de poderes, haciendo el diseño de niveles mucho más complejo y forzándonos a ser creativos. El árbol de habilidades se deja atrás, contando solo con tres: desplazar, que es como el guiño de Corvo, pero añadiendo un componente táctico ya que no es inmediato; semblanza con el que nos podremos «poner» la cara de un NPC para pasar desapercibidos; y presagio, que para el tiempo y nos permite movernos libremente por el escenario, aunque no se nos permite realizar acciones. Al no haber runas, las habilidades ahora se mejoran a partir de los talismanes de hueso, que resultan mucho más importantes que en anteriores entregas. También tendemos la posibilidad de hablar con las ratas, que nos dan pistas, al estilo del corazón.

Las misiones son bastante largas y, como es habitual, ofrecen un gran número de opciones  y maneras de resolverlas. A las subtramas se les unen ahora los contratos, objetivos secundarios opcionales pero que añaden dificultad y profundidad. No encontramos niveles tan brillantes como el de La mansión mecánica o Una grieta en la losa, pero su diseño sigue siendo excepcionalmente bueno. Como La muerte del Forastero es más corto (mi partida duró unas nueve horas), la trama es mucho más compacta y centrada. Cada capítulo es una excusa para contarnos una historia del lugar en el que estamos, y aunque se puede ir al grano, el juego recompensa mucho la exploración y la investigación, por lo que es decisión nuestra elegir hasta qué punto nos queremos involucrar en las intrigas políticas de la ciudad. Si lo hacemos, podremos ver las consecuencias de nuestras acciones más adelante.

A nivel artístico, la ciudad aparece soleada y limpia, ya no hay plaga de las moscas de sangre y los escenarios son amplios y bien iluminados. En contraste con los grises de la primera entrega o el sórdido puerto de la segunda, esta se ve mucho más optimista y bonita. Los edificios altos y de colores claros casi se confunden con el cielo limpio y azul, mientras que los interiores de las casas están llenos de detalles y se ha puesto mucho cuidado en los acabados de los materiales y el mobiliario. El diseño de interiores es realista y tiene sentido, lo cual ayuda a no romper la inmersión y a que el jugador sepa de forma intuitiva dónde está cada habitación.

Análisis de Dishonored: La muerte del Forastero

Más o menos a la mitad, el Forastero nos cuenta su historia. Teniendo en cuenta que en ese momento ya sabe nuestro objetivo, lo interpreté como su manera de pedirnos auxilio. La saga Dishonored tiene como temática central la venganza y es la motivación principal de los personajes. Sin embargo, se nos castiga si nos tomamos demasiado la justicia por nuestra mano; «ojo por ojo y el mundo terminará ciego», nos dicen. En La muerte del Forastero se intuye que tras el deseo de venganza hay un deseo aún mayor de redención propia. Esta entrega supone una reconciliación de varios de los personajes consigo mismos, pero también de la saga en sí. Se nota que Arkane está cómoda en este Dishonored: la jugabilidad es entretenida, combinar los poderes correctamente premia mucho al jugador y se pueden dar situaciones realmente satisfactorias. El juego incluso se permite reírse de sí mismo incluyendo fanfiction de Corvo como guiño a los fans.

En una de las misiones conseguí no matar absolutamente a nadie. Muy satisfecha, decidí no asesinar a nadie más a partir de ese punto. Sin embargo, en el siguiente capítulo, tras un descubrimiento bastante desagradable, apreté los dientes y masacré con bastante saña a todos los guardias de la zona. Fue incluso catártico. Dishonored premia el perdón y la piedad, pero hay que reconocer, aunque me juzgue el Forastero, que la venganza también es muy gratificante. [8]

Usuario
  1. Onishima

    @donald_trump
    yo también estaba flipando XD

  2. Víctor Martínez

    Fua, menudo susto me he dado hasta yo, que lo he maquetado.

  3. Diegodc

    A mi me esta encantando. Decir que es un DLC digno no hace justicia al trabajo de Arkane con este juego.
    Niveles (de nuevo) geniales con posibilidades aun mas numerosas y de un gusto exquisito.
    A mi no me queda mas que quitarme el sombrero porque ademas pocos juegos consiguen que la frustracion sea tan bella.

    Me ha gustado el analisis. Tu ultimo parrafo dice mucho de como Dishonored te agita como jugador, algo que pocos consiguen.

  4. joselectroma

    Yo en los anteriores traté de conseguir un buen karma, superando varios niveles sin bajas. Pero en éste llegado a un determinado punto te encuentras con los sectarios, corrompidos por el vacío, que me parecieron deleznables y sin rastro de humanidad. Y en ese momento, aunque no sean más complicados de esquivar que un guardia normal, decidí acabar con todos y cada uno de ellos.
    No sé, pero igual de satisfactorio me parecía no matar a nadie y superar la misión de manera sigilosa, que masacrar a todo el que me encontrara por delante.

  5. Corskrew

    Broche a una saga imprescindible.

  6. mio_tony

    Batuadell de forasteros, cristo en pel, barco de requilla i a prendre pes cul.

  7. sodom

    Una de mis sagas favoritas, este caerá sin duda. Interesantísima la introducción al análisis y texto muy definitorio de lo que es Dishonored. Ojalá hubieran más juegos donde la libertad fuera tan real como aquí

  8. KarpUDLP

    Platiné el 1 en PS3, en breve comenzaré con el 2 en PS4 y luego iré a por este. Me encanta esta saga. 🙂