Análisis de Terra Nil

SECRETOS DEL PÁRAMO

En el título de Free Lives debemos recuperar los diferentes ecosistemas terrestres a través de una tecnología, en apariencia, todopoderosa.

La naturaleza es una locura.
Es caótica y propensa a desastres salvajes, impredecibles y sin sentido,
y estamos expuestos a sus despiadados caprichos:
no existe eso que se llama Madre Tierra.
-Slavoj Zizek

Ciencias ambientales es, en España, una carrera multidisciplinar que nos anima a mirar a la naturaleza desde el punto de vista biológico, ecológico, químico, legal, tecnológico y económico que, pese a lo que podría parecer, deja una serie de huecos a la hora de tratar nuestra propia relación con el objeto de estudio. Cuando recibe su titulación, un ambientólogo es capaz de diseñar una red eficiente de cortafuegos que tenga en cuenta la legislación existente, la durabilidad de los materiales y las necesidades de las diferentes especies de la zona, pero es incapaz de justificar desde el punto de vista ético por qué tenemos que construirlos; por qué, si muchas especies necesitan las cenizas para completar su ciclo de vida, nos sentimos interpelados a detener el fuego o a forzar que sólo se extienda de una determinada manera. «Hay incendios provocados por pirómanos que no son naturales», podrían decirnos algunos de estos estudiantes. «Una gran parte de los fuegos derivan en enormes tragedias ecológicas», podrían señalar otros. Y todos tendrían razón. Pero ninguna de esas respuestas explica por qué es nuestra obligación proteger a la naturaleza o conservar los diferentes biomas exactamente como están. Por qué nos separamos del resto de los animales y nos alzamos como un otro que, en la destrucción o la reparación, siempre necesita tener el control.

«Irónicamente», escribe Terry Eagleton en su colección de ensayos titulada Cultura, «las mismas fuerzas que promueven la prosperidad también contribuyen a refinar nuestra sensibilidad y, por tanto, a hacernos más vigilantes respecto a las injusticias que tal prosperidad conlleva». El crítico cultural quiere apuntar aquí a que, mientras que el progreso deriva —entre otros muchos factores— en la degradación y la transformación del paisaje, también nos hace más capaces de valorarlo ya sea como algo puramente visual o como hábitat de una serie de seres vivos con los que debemos compartirlo. La otra cara de la moneda la perciben los asediados por terremotos e inundaciones, por hambrunas y sequías, o por erupciones volcánicas catastróficas capaces de enterrar en ceniza algunas de las ciudades más sofisticadas de su tiempo. Doblegar la naturaleza es un requisito indispensable para verla con ojos amables. Para poder, en definitiva, llegar a llamarla Madre. 

Terra Nil se acerca a la naturaleza desde un punto de vista que mezcla el paternalismo con los dogmas más naif del capitalismo tardío. Por un lado, el título de Free Lives se apoya en la creencia de que la tecnología y la ciencia son totalmente capaces de revertir los efectos negativos causados por los seres humanos en los ecosistemas mientras que mantiene, por otro, la peligrosa convicción de que el ser humano «es un cáncer para la Tierra». Como juego de estrategia, Terra Nil tiene como objetivo recuperar varios tipos de páramos contaminados, es decir, gestionar el uso de una serie de máquinas capaces de obtener energía, purificar la tierra, generar vegetación, modificar el clima o bombear agua, entre otras muchas opciones. La rehabilitación de los ecosistemas en el título se produce en tres fases: descontaminación, implementación de ecosistemas y abandono, una etapa final que pasa por un obligatorio reciclaje de materiales que permiten eliminar cualquier tipo de pista sobre nuestra intervención en el aspecto final del planeta. Es la última fase la que mejor muestra las creencias filosóficas, éticas y políticas, en ocasiones contradictorias, que sustentan el juego. Porque mientras que presenta una tierra que no es capaz de recuperarse por sí misma también mantiene que las máquinas que han hecho posible esa recuperación no tienen ningún espacio en el paisaje y no pueden formar parte de él. Además, y por omisión, sostiene que el ser humano tampoco tiene un lugar en una Tierra recuperada, a diferencia de las aves, los peces, los reptiles, lo sinsectos o el resto de mamíferos que sí encontramos integrados en el juego. No podemos «encontrar» a los humanos en Terra Nil. Los paisajes que podemos contemplar (literalmente, hay una opción para hacerlo) están mejor o son más naturales si no estamos nosotros. El castigo por arruinar la Tierra, dicen los creadores, es perder totalmente el derecho a poderla disfrutar.

Debajo de su ritmo relajante, su excelente game-feel y su brillante y expresivo apartado visual, Terra Nil protege una serie de ideas extremadamente conservadoras que opacan incluso sus mejores intenciones. El tecno optimismo que presenta el juego de Free Lives se alinea perfectamente con la ideología de los súper ricos y las mayores empresas del mundo en relación al cambio climático. La creencia de que la ciencia y la tecnología (amparadas, por supuesto, por todo el dinero del mundo y las estructuras capitalistas) podrá encontrar una solución a los graves problemas medioambientales que ya estamos sufriendo se usa como excusa para que los millonarios no cambien su estilo de vida o para que las compañías no limiten sus operaciones. Pero como señala el analista cultural Jonathan Crary en Tierra quemada, resulta iluso pensar que precisamente las ramas que han ayudado a crear los contaminantes que acidifican los ríos o la maquinaria necesaria para calentar la atmósfera (siempre alentadas por el dinero y los intereses privados) vayan a ser ahora, precisamente ahora, nuestras salvadoras. Por otra parte, la decisión del juego de separar a los humanos de la naturaleza —como si la Tierra no fuera nuestra casa también—  y la de mostrar solo su faceta más destructiva, recuerda a las bases de la vertiente ecofascista de finales de los años 70 que se hizo popular gracias a La bomba P, el libro firmado por el entomólogo Paul Ehrlich que proponía limitar la natalidad para evitar la degradación del medio ambiente, especialmente en países empobrecidos.

Es importante tener muy presente las ideas que vehiculan Terra Nil porque, si bien los juegos de estrategia y gestión de colonias parecen cada vez más decididos a separarse de los escenarios bélicos e históricos, aún no han conseguido distanciarse en su totalidad de ciertas estructuras opresivas. «¿Cómo puede ser que productos culturales tan interesantes, tan bien hechos, tan fieles a la realidad social, sean al mismo tiempo tan infames en su mensaje y aplicación?», escribe sobre el género en Marx Juega nuestro compañero Antonio Flores Ledesma. Analizar las ideas tras Terra Nil nos sirve para criticarlas pero, también, para ver cómo el título funciona como un serio avance dentro del género. Porque el simulador de Free Lives no premia la acumulación ni tampoco la explotación de recursos humanos ni animales. Jugamos como una especie de Dios-alienígena siendo nosotros los únicos que realizamos el trabajo y haciéndolo por el simple placer de trabajar. Es imposible no pensar aquí en Marx y en su idea de que el trabajo es una forma de relación con la naturaleza que origina un orden social. Por suerte, en el título de Free Lives lo hace sin necesidad de recurrir al conflicto, a la opresión o a la violencia.

Terra Nil, como juego, es una experiencia sobresaliente. Free Lives clava la curva de dificultad, de manera que el título es relajante y satisfactorio a partes iguales, permitiéndonos, gracias a su diseño en fases, entrar en un «bucle de resolución de problemas» que nos transmite una agradable sensación de control frente a los cambios entre zona y zona. Si bien es cierto que la forma en la que se desbloquean las herramientas sin que tengamos de primeras toda la información para enfrentarnos a los escenarios puede resultar ligeramente frustrante, la gran cantidad de ideas ingeniosas que pone sobre la mesa, y la forma tan bella en la que lo hace, compensa cualquier tipo de malestar a la hora de repetir niveles, fases o escenarios. Terra Nil es un buen juego; está increíblemente afinado. Justo en su profundidad, acertado en su duración y excelente en su rejugabilidad es uno de los indispensables de este año. Uno de esos juegos para todos que se no pueden dejar pasar. 

[ 9 ]

Redactora
  1. cvo5254

    Desde que leí Marx Juega llevo dándole vueltas a este género y a las ideas que hay en la base, por lo que me ha gustado muchísimo el enfoque de este análisis. Una pregunta un poco menos interesante, dices que tiene una duración muy acertada, ¿cuanto se tarda en acabar? Una primera partida al menos

  2. Naxid

    Vaya ganotas. Por dónde me meteré este juego mañana y con qué fuerza es algo que dejo a la imaginación del lector

  3. BlogdeBori

    ¡Muy buen texto, Marta! Gracias. Llevabas tiempo esperando el juego y ahora que lo has jugado y te ha gustado, el regusto es bueno. A ver cuándo le puedo hincar el diente en la suscripción de Nutflux.

    Me resulta curioso cómo he relacionado todo el texto con la idea principal del Horizon Zero Dawn. O, más bien, el trasfondo de lo que ocurrió al mundo antes de que manejáramos a Aloy. La verdad, no hubiera estado mal que hicieran este juego en ese universo para ampliarlo (y demostrar que las grandes IPs pueden hacer cosas chiquitas, pero matonas).

  4. Shalashaska

    Espero el comentario del podcast, porque no entiendo el texto respecto a la nota xD

    1. Gordobellavista

      @shalashaska
      Yo lo veo muy acorde, ¿no? La última parte del texto habla más de lo que es el juego en si y lo pone por las nubes, lo pone de nueve.

      1. Shalashaska

        @gordobellavista
        Quizás sí, pero me parece tan desconectado del resto del texto que sigue sin cuadrarme. No te gusta lo que transmite, pero jugablemente es muy bueno = 9. No sé, me parece raro xD Igual mi comprensión lectora se ha ido a la mierda en esta época de leer twits, que también podría ser.

      2. Zoa_125

        @shalashaska
        coincido, esta desproporcionado, primero le dedica una critica bastante dura a los temas y como se tratan, pero al final todo eso a quien le importa, se juega bien, 9. ya esta. Esa es la sensacion que me dejó

  5. Gordobellavista

    Lo del greenwashing es impactante porque estando seguro de que no ha habido conspiración, ni plan, ni agenda, de que cada empresa y cada estado lo ha hecho por su estricto interés propio, lo cierto es que han creado una ideología global. Y no parece que ayude solo a los millonarios, parece que nos está ayudando a todos a mirar para otro lado y a poder seguir contaminando a todo trapo. Cuando hablo con la gente, me llevo la impresión de que todo el mundo está concienciado, todos nos consideramos ecologistas y, sin embargo, somos los mismos que tenemos las carreteras llenas de suvs.

    El juego no me gustó demasiado en la demo, pero por el análisis sin duda le daré otra oportunidad. Lo que sí era bonito, pero se ha puesto aún más bonito, ¿no?

  6. Bishamon

    Me parece un análisis bastante ofensivo y deleznable. Me parece perfecto mencionar temas de Ciencias Ambientales y el medio ambiente tratados en el juego, siempre que sean una pequeña parte introductoria.

    Pero es espantoso que un «análisis» de un videojuego de esta autora sea precisamente un discurso político (que no filosófico) claro que ocupa 3/4 partes del análisis. Además con una mezcla de «paternalismo» con un quasi adoctrinamiento de una persona que acusa a los desarrolladores de algo sin conocerlos. Lo que de toda la vida llamamos «pasarse de listo».

    Un jugador no va a estar pendiente de la ideología de la autora a la hora de leerse un análisis de un juego. En todo caso lo estará si entra a un medio que trata temas políticos, de opinión, filosóficos. En un análisis estará pendiente de elementos como: la jugabilidad, la historia, los gráficos, banda sonora, bugs. Vamos análisis serio dejando de lado impresiones que la autora fábrica sobre los supuestos temas «naif» del capitalismo, conservadurismo o paternalismo. Es decir el jugador viene a saber como es el juego y si merece la pena, no a entrar en las supuestas ideas que la autora infiere sobre los desarrolladores.

    Por si fuera poco después de redactar semejante conjunto de DOGMAS y prejuicios que realmente sobran hay un pequeño párrafo dedicado al juego donde únicamente sabemos que hay que reconstruir el medio ambiente con máquinas. Parece que la autora no sabe que hay que analizar el juego en sí, no un conjunto de falacias y hombres de paja. Como digo: deleznable análisis. Espero que los desarrolladores no dejen pasar esto.

  7. Raúl PA

    Me voy a tirar un triple que ni los de Lillard desde el logo: del último comentario al calvario que sufrió Sarkeesian hay poco camino. Miedo.

    1. Lemillos

      @raul_pa
      Creo que es bastante atrevido comparar lo de Sarkeesian con un comentario crítico, con mayor o menor acierto.

      1. Raúl PA

        @lemillos
        He avisado que me tiraba un triple a una mano y a tablero. Ahora bien, ese «espero que los desarrolladores no dejen pasar esto» suena muy amenazante. Hay mucho odio y mucha frustración detrás de esa frase.

      2. Bishamon

        @raul_pa
        Pues el triple ha fallado. Más que nada, porque a través de una crítica contructiva has llegado a la conclusión de «odio y frustración» por una frase cuyo sentido no has entendido. Tremendo. Esa frase va porque espero que se quejen de este análisis y que si hacen otro juego tengan cuidado a quién lo mandan. Puesto que se ha atacado realmente a los desarrolladores.

        Yo también he escrito análisis del juegos y he hablado un poco de ciertos temas. Pero no atacando a las supuestas ideas y principios de ciertas corrientes filosóficas, políticas y demás de los devs. Menos aún tirando de dogmas en un análisis de un juego.

        En este análisis hay irónicamente poco análisis del juego. Pero por si no fuera suficiente aparece una respuesta a este comentario que básicamente es «no tengo como atacar tu comentario, así que lanzo un prejuicio, una falacia de muñeco de paja rozando el ad absurdum» y te quedas tan pancho. Desde luego si realmente los análisis de esta autora son así me parece que será el último suyo que lea.

        Editado por última vez 5 abril 2023 | 12:23