It’s my party and I kill if I want to

Análisis de Party Hard

Análisis de Party Hard

Creo que en algún otro texto he mencionado aquellas escenas de la serie Ally McBeal en las que la escuálida abogada imaginaba locas escenas de violencia cuando se encontraba en situaciones de estrés o incomodidad. Todos hemos pasado por eso, supongo, pero yo en particular creo que he desarrollado más a menudo este tipo de ensoñaciones asesinas durante las fiestas a las que tuve que acudir por convención social o, más comúnmente, a las que no he sido invitado pero he tenido que sufrir como vecino. Jamás he llamado a un timbre para quejarme del volumen de la música ni he llamado a la policía para que detuviese la escandalera, pero sí he experimentado esa especie de rencor profundo y asocial, esa certeza oculta de que no me molesta tanto el ruido como la perspectiva de que gente más joven y más guapa esté disfrutando los placeres que le ofrece la vida al otro lado del tabique.

Ahora Party Hard me da la oportunidad de satisfacer el capricho de ese viejoven huraño y amargado que anida en el interior de cada uno de nosotros en algún momento de la convivencia en centros urbanos, de darle un cuchillo de dos palmos y apuñalar en la cara a toda esa gente tan asquerosamente feliz.

En realidad, aunque aquí hablo de ello como de un sentimiento íntimo, ese depósito de inquina y resentimiento fragua los cimientos mismos de todo un subgénero: el slasher nunca es del todo un slasher sin jóvenes deslumbrantemente bellos, sexualmente inquietos, químicamente aventurados y completamente imbéciles. En el cine de terror matar de la forma más cruel y sanguinaria al que se está divirtiendo, al que más partido (o menos, según la perspectiva ideológica) está sacando a la vida, es algo así como una profesión aceptada en lo social y hasta remunerada con varios ceros en las taquillas de los cines de todo el mundo. A lo ancho de sagas kilométricas que se convirtieron en trituradoras de modelos vestidas de cheerleaders y deportistas universitarios rubios, la audiencia aplaudía cada tajo y cada empalamiento como una victoria gloriosa de todos nosotros, perdedores, feos y raros que moramos por la vida fuera de las listas de invitados, fingiendo que todo eso nos da igual.

Y es que a pesar de que el asesinato en masa es un tema muy serio, sobre todo en momentos en los que el fanatismo religioso de algunos locos parece empeñado en estropear las fiestas de la manera más terrible, Party Hard nos propone convertirnos en un ángel de la muerte pero sabe alejarse lo suficiente de temas dolorosos y muy reales. El tono es de un histrionismo cartoonesco, con un pixel art pequeño y poco dado al detalle, y una estructura narrativa de thriller criminal de bajísimo presupuesto, contextualizando la historia desde la perspectiva de un detective de policía que explica a otros agentes su persecución de ese asesino en serie responsables de unas estadísticas criminales que rivalizarían con los números de genocidas históricos. Con un humor negro de baja intensidad, Party Hard es un juego que ningún momento se toma en serio a sí mismo, y ni siquiera alude a esa violencia estilizada de títulos como Hotline Miami o Superhot. Su ambición es pequeña, su propuesta es modesta y el divertimento que supone es solamente eso.

Sobre el papel, la mecánica parece algo imposible de llevar a cabo: cargarse a todos los fiesteros de una celebración. Decenas de personas distribuidas por un rancho, un casino o una mansión a los que debemos eliminar de formas variadas. Podemos manipular aparatos o vehículos para que incendien una habitación, intoxiquen a unos cuantos o atropellen a media docena de pobres diablos, pero el modus operandi se apoya sobre todo en una maniobra tan de slasher como es la puñalada.

Análisis de Party Hard

Sería muy fácil atravesar una multitud sacudiendo el cuchillo y seccionando carótidas a izquierda y derecha, así que hay algunas condiciones: si alguien nos ve matando a una víctima, correrá a llamar a la policía y la policía vendrá a perseguirnos y detenernos. Los agentes corren más que el protagonista, así que la única manera de no caer en manos de la justicia es apuñalar al testigo (sin que otro invitado a la fiesta, a su vez, lo presencie) o escapar de los maderos a través de trampillas, atajos y escondites distribuidos por los niveles.

El sistema de sigilo es tan básico que cuando sus creadores hablan de él usando el adjetivo “táctico”, casi parece una exageración, pero lo cierto es que aniquilar a fiesteros mientras se dan al sexo casual en la parte trasera del edificio para luego lanzar sus cuerpos a un contenedor o entrar en un baño, matar a un tipo que duerme borracho en el suelo y salir de allí para volver a mezclarse en la fiesta, son pequeños placeres de una gran truculencia que el juego rebaja hasta convertir casi en travesuras. No hay carga emocional de ningún tipo en él, ni intención alguna de que la haya: es un pequeño arcade.

Análisis de Party Hard

Análisis de Party HardSon sus problemas de rendimiento, difíciles de entender en un juego tan rudimentario en lo gráfico, son quizá el mayor y más molesto defecto que además es de los que infecta a las áreas más virtuosas de Party Hard; lo que nos joder la fiesta, si me permitís el chascarrillo: cuando uno arranca el motor de un coche justo delante de la cola frente a una discoteca sabe que algo bello y terrible va a suceder. Pero es en los momentos de mayor caos, cuando el juego tiene la oportunidad de lucirse salpicando de sangre varios palmos de pantalla, el momento en el que la imagen rasca, los frames por segundo se ralentizan y la escena sigue avanzando en segundo plano sin que podamos verla, atorados en un frame hasta que el juego se recupera del sofoco y nos ofrece el aftermath, las cenizas del incendio, los vestigios del espectáculo.

No puedo evitar cierta simpatía por Party Hard a pesar de su parca propuesta —que aun así cuenta con asesinos desbloqueables, un buen número de fiestas distintas con su estructura particular y el ya clásico puñado de referencias pop— y sus problemas técnicos, sobre todo porque su nacimientos como idea es de lo más ilustrativa: una desarrolladora como Pinokl Games se encarga de hacer juegos casuales y «para toda la familia», hasta que en una crisis creativa deciden volverse chalados y pensar en un concepto tan distinto a lo que venían haciendo como controlar a un asesino en masa que acuchilla a docenas de desconocidos en mitad de una fiesta. La fantasía más habitual de los jueves a las tres de la madrugada. [6]

Redactor
  1. s0da

    Edito porque me he vuelto mongolo. Sí, como el de la foto.

  2. Osuka

    Estoy un poco despistado, creo que yo jugué a una demo de este juego hará cosa de un año, puede ser?

    Por lo demás, bien por la reflexión y muy en sintonía con los viejovenes (como mi mujer siempre me recuerda muy amablemente cantándome la canción esa de cabeza de viejo, cuerpo de joven…). Buen texto sobre un juego que, por lo demás, me deja bastante frío, la verdad.

  3. pinjed

    @mordroc

    Hace un año salió en Steam, sí, pero yo lo he jugado ahora que acaba de salir en PS4 y XBO.

  4. Majin

    @pinjed

    Supongo que al ser de Calella todo ese sentimiento anti fiestero debe estar multiplicado por no pocos órdenes de magnitud. Queremos un party hard Lloret o Salou

  5. rlb

    Estoy revisando todo el catálogo de juegos. de PS4 publicados en PSN y Hard Party me ha parecido en primera instancia, muy interesante.

    @Pinjed
    ¿Qué cuesta en Steam?. ¿También rasca?.

    Fenomenal texto, solo con la reflexiòn ha merecido la pena 😛

    Pd: Recuerda mirar a todos lados cuando se celebre una Anaitfiesta 😎

  6. Kazuo Ohno

    A mi nunca me ha tocado una fiesta de vecinos pero siempre he pensado en plantarme en la puerta y ofrecerles dos alternativas, o me dejan entrar con ellos o llamar a la policia. Me imagino a mi con pijama alli sentado viendo como la juventud se intenta desmelenar junto a un puto viejo carcamal con un colacao en la taza mirando con cara lasciva a sus amigas.

  7. IRA

    @kazuo_ohno dijo:
    A mi nunca me ha tocado una fiesta de vecinos pero siempre he pensado en plantarme en la puerta y ofrecerles dos alternativas, o me dejan entrar con ellos o llamar a la policia. Me imagino a mi con pijama alli sentado viendo como la juventud se intenta desmelenar junto a un puto viejo carcamal con un colacao en la taza mirando con cara lasciva a sus amigas.

    Creo que es lo mejor que he leído en mucho tiempo. xD

  8. s0da

    @majinantonio
    Party Hard Golden, como homenaje!

  9. sensationalfix

    La verdad que le dí bastante hace tiempo en steam y me gustó mucho, perdía fuelle según avanzabas pero con el tema del editor de niveles daba para entretenerse en el curro XD. Ya en consolas creo que pasaré de él.

  10. el papa espacial

    Concluyo entonces que como jueguico para descargar adrenalina durante un ratín parece que funciona.

  11. laFunk

    En PC creo recordar que iba fluido. Me mola mucho el concepto pero le falta chicha en mi opinión, una pena!

  12. Mis cojones

    Deberíais de quitarle la etiqueta PC al análisis, porque criticar tanto que peta… A mí no me ha pasado nunca…