The Cinema Rosa es un first person walker romántico sobre explorar una sala de cine clásica

Me tiene bastante intrigado lo que dice Josh Krook, el desarrollador australiano (y en solitario) de The Cinema Rosa, cuando habla en RPS de cierto desencanto con los first person walkers en general y particularmente del potencial narrativo desaprovechado: «Jugué a Dear Esther y me pareció decepcionante», lamenta. «Pero no por las mismas razones por las que a otra gente le decepcionó, probablemente, sino que para mí fue que al ir avanzando en la historia no sucedía nada el mundo del juego que reflejase lo que estabas asimilando. Lo que yo quiero intentar con The Cinema Rosa es que la narrativa se refleje en el entorno a medida que avanzas».

Lo que se puede ver en la demo del juego (Josh prefiere que la solicitemos directamente en su canal de Discord), que hace poco arrancó su campaña de Kickstarter solicitando 8.270 euros, al parecer no muestra nada que otros juegos no hayan hecho antes: exploración, narración, cierta densidad ambiental y puzles con más o menos ingenio. Pero la suma de todo, y en particular el lugar elegido para hacer transcurrir la historia, es lo que dota de carácter al proyecto: The Cinema Rosa nos coloca en la calle justo frente a una sala de cine clásica a la que podemos acceder y en la que explorar la historia del dueño del local, el protagonista al que controlamos, y su experiencia personal con otro personaje tras lo que parece ser algún tipo de pérdida o ruptura sentimental.

El gran reclamo del juego parece evidente: el fetichismo nostálgico y cinéfilo en la acepción más antigua de la palabra, una carta de amor visual a las salas de cine de estilo art deco que desaparecieron del circuito comercial en los noventa y de las que solo quedan algunos ejemplos, mayormente en Norteamérica, dedicado al cine clásico y al de arte y ensayo bajo una clara voluntad de conservación, con espíritu de anticuario. Dice Krook que también hay algo de recuerdos de su infancia en Sidney en el juego: «Cuando era pequeño, al final de mi calle estaba el Hayden Orpheum, una sala de cine art deco levantada en los años treinta, y esa fue mi inspiración».

Sobre el propio The Cinema Rosa parece que la sala servirá como eje que nos permitirá explorar el propio recinto para hacer avanzar la narración, pero también habrá algo así como viajes interdimensionales a zonas abstractas y de un aspecto onírico. Se trata, de hecho, de sueños a los que accederemos al conocer los traumas y miedos del protagonista, y de los que podremos extraer elementos que al salir del sueño (o la pesadilla) nos llevaremos con nosotros al mundo real y nos servirán para seguir reconstruyendo el relato. Es una mecánica que al parecer trata de imitar algo que nos ha pasado a todos y que en el cine se ha convertido de un tropo: las revelaciones mientras uno duerme o está ajeno a su realidad que le ayudan a terminar de solucionar una circunstancia real de su vida o su entorno.

The Cinema Rosa tiene un aire entre noir y de misterio, evidentemente oscuro e inquietante, pero Krook asegura que no es un juego de terror ni contiene sustos de ningún tipo. Parece que la idea es siempre la misma: representar el estado de ánimo y el «color» de los recuerdos amargos y oscuros en fantasías metafóricas que hablan de la realidad, y pone el ejemplo de una discusión de pareja sobre la costumbre de dar portazos que acaba generando una pesadilla en la que estamos rodeados de puertas que se cierran con portazos. Su obsesión es relacionar historia y entorno de maneras muy literales. El cine abandonado es, de hecho, una metáfora de su relación estropeada y su progresiva reconstrucción es la alegoría de un proceso de cicatrizado sentimental; dos historias paralelas, la de la sala de cine y la de su relación.

Krook lleva cuatro años desarrollando el juego (para PC y Mac, compatible con Oculus) bajo la premisa de un proyecto que es en realidad un triángulo de elementos: videojuegos, cine y relaciones interpersonales. Habrá que ver si su crowdfunding en Kickstarter surte efecto o no se queda en el mismo estado ruinoso del cine que plasma el juego, pero en cualquier caso el proyecto rebosa amor e intenciones nobles.