Raw Fury ha anunciado que Dandara, el sorprendente metroidvania del estudio brasileño Long Hat House, se expandirá «pronto» con Trials of Fear, una actualización gratuita que añadirá nuevo contenido y expandirá el mundo de Salt en el que se ambienta el juego con nuevos diálogos, descripciones y cinemáticas.
A golpe de actualización, el juego pasará a llamarse Dandara: Trials of Fear Edition en todas las plataformas en las que está publicado: Switch, Xbox One, PS4, Windows, Mac, Linux, iOS y Android.
Trials of Fear añade tres nuevas áreas, un jefe, nuevos poderes y habilidades, música y un final secreto; no solo eso sino que «el nuevo énfasis en la historia», dice la nota de prensa, añadirá mayor detalle al trasfondo de Salt, el mundo en el que se desarrolla Dandara, con «nuevas descripciones, diálogos y cinemáticas tanto para los personajes y entornos ya conocidos como para los nuevos». Se conoce que el rollo Dark Souls (del que Dandara bebe también en la estructura, con sus hogueras y su equivalente a las almas que pierdes si mueres entre checkpoint y checkpoint) no funciona igual de bien siempre.
Además de este contenido adicional, la actualización también se encargará de hacer retoques aquí y allá que, con suerte, acercarán la particular propuesta de Dandara a nuevos jugadores.
Me alegra mucho ver que Long Hat House sigue apostando por su juego, porque yo mismo no conseguí entrar en él a la primera pero acabé disfrutándolo enormemente cuando, después de un tiempo, volví a él casi por casualidad. Aunque su estructura es la de un metroidvania más o menos estándar, la manera única en que se enfrenta al movimiento de la protagonista, que en vez de correr y saltar se proyecta entre superficies, abalanzándose de un sitio a otro, lo convierte en terreno fértil para un diseño de niveles muy especial e incluso para algunos combates contra jefes finales que aprovechan de formas muy inteligentes esta particularidad. Intentaba explicarlo de esta manera cuando escribí sobre Dandara a finales de 2018:
Jugar a Dandara es especial porque siempre tienes la sensación de estar aprendiendo a jugar por primera vez, en vez de ante una variación de otra cosa que ya conocías y que destaca o no sumando o sustrayendo sus peculiaridades del modelo en el que se basa. Rematan la jugada un apartado artístico magnífico, con ese pixel art bien dibujado pero mucho mejor animado y una banda sonora que aguanta fácilmente una escucha independiente; sin duda, uno de los grandes olvidados de 2018, y uno de esos juegos a los que el tiempo tiene que hacerles justicia.
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Guay. Compré este juego en Switch cuando salió pensando que sería la repanocha y como tú, Victor, me costó entrar. Cuando salga la actualización lo empezaré de nuevo. Su estética y sobre todo sus mecánicas tan chulas dan para mucho.
Juegazo lo disfrute muchísimo.