Molyneux: Fable I y II eran DOS; Fable III es Windows

No, no es que Peter Molyneux al fin haya aprendido a contar, sino que, según él, las primeras entregas de Fable eran como MS-DOS, ya sabéis, ese arcaico sistema operativo en el que aún no disfrutábamos de las bondades de Internet ni del formato jpg. En cambio, el próximo capítulo de la saga sería como Windows, en lo que respecta a su interfaz, afirma Mr. Hype.

En Fable I y II nuestra interfaz era una lista de cosas. Lista tras lista tras lista de ropa, armas, subir de nivel y habilidades. Nos hemos dado cuenta de que, mientras a los jugadores habituales no les parecen mal las listas, hay mucha gente que realmente no soporta pasar a través de 352 objetos para escoger la ropa que quieren llevar ((Hola, Mass Effect 1.))… La gente no lo usaba porque les resulta muy molesto. Así que dijimos: ‘Vale. Fable III. Nada de listas.’ Imaginad que Fable I y II eran como DOS, con todas esas cosas cruzando la pantalla; Fable III es como Windows. Todo lo que teníamos antes en una lista en 2D está ahora en el mundo.

El jefe de Lionhead explica, con sus amanerados gestos habituales, que todos esos objetos estarán ahora en nuestra Batcueva cámara ((Concretamente, Moly las llama «guild chambers».)) en donde se encuentra nuestro mayordomo Alfred John Cleese, que nos aconsejará qué ropa y armas usar. Poco a poco iremos consiguiendo más objetos, por lo que las estanterías se irán llenando. También habrá una armería en la que podremos guardar las armas que fabriquemos nosotros mismos, una Sala de Logros en la que ver los logros que consigamos ((¿Alguien dijo Home?)) y, atención, una Sala del Tesoro en la que podremos emplear nuestro oro para envolver nuestro cuerpo desnudo. Para que luego digamos que Moly no innova. El creador de Dungeon Keeper también reconoce que el mapa de Fable II «era basura, una cosa redonda pequeña y horrible». En cambio, en la nueva entrega «es un mapa dinámico y viviente en el que puedes ver el mundo en acción». Molyneux lo explica con un ilustrativo ejemplo quizá inspirado en su vida personal: «Puedes ver a tu mujer salir de su casa, ir a casa de tu mejor amigo, pasar veinte minutos allí y salir de nuevo».