Bladesque: Lanzamiento de cuchillos y videncia

El arte de la adivinación es uno tan antiguo como el tiempo, quizá tan antiguo como el lanzamiento de cuchillos. Ambas prácticas son peligrosas cuando se usan mal, y quizá también cuando se usan bien: puede que sea por eso que cuando se juntan, como ocurre en Bladesque, encajen a la perfección.

La mecánica del juego es sencilla: en cada ronda se nos dan una serie de cuchillos que tenemos que lanzar a una diana en la que está atado un pobre barbudo. Si la diana es azul, tenemos que evitar pinchar al tipo, pero cuanto más cerca clavemos los cuchillos, más puntos recibiremos; si es roja, el objetivo es acertar en su cuerpo, con explícitos resultads; si es verde, tenemos que pinchar los globos que aparecen a su alrededor. Hay variaciones, pero esta es la base.

Y luego están las cartas, un tarot pixelado y delirante que nos da pistas sobre nuestro futuro. Un ejemplo: en una ocasión me salió una carta que decía que un piano que caía de un edificio me iba a matar. Familia y amigos irían a poner flores en la esquina del accidente, solo para morir ellos también aplastados por otros pianos. Así va el asunto.

Es curioso porque, a pesar de que claramente es una mofa de la videncia «de verdad» (no he usado tantas comillas como me habría gustado, pero imaginad que hay cientos de ellas) sus mecanismos son muy parecidos: la adivinación está en la cabeza del receptor, como en el tarot, y en la manera en que interpretemos los mensajes que nos lanza Bladesque. A mí siempre me han fascinado estos asuntos; puede que por eso me haya hecho más gracia. Si sois de los que le echáis un vistazo rápido y reconocidamente irónico a las páginas del horóscopo cuando leéis el periódico, echadle un vistazo. 

La versión actual fue desarrollada en tres días, pero sus creadores aseguran estar trabajando en una nueva, ampliada y mejorada. El Bladesque que existe hoy se puede jugar aquí, desde el mismo navegador, con Unity Web Player.