Café, desapariciones y manta

«En Coffe Noir el café no es sólo una bebida caliente sino algo que se aborda con respeto y cuidado, algo casi espiritual»

Hablamos con el diseñador Kamil Popielski y la productora Anita Sarna sobre la mezcla de géneros y la creación de Coffe Noir.

En el artículo Por qué los juegos de detectives son la mejor forma de experimentar un misterio, el escritor Tauriq Moosa señala que, a diferencia de las películas, las novelas o las series de televisión, los videojuegos están obligados a darle al jugador todas las pistas y herramientas necesarias para llegar a la verdad, creando mediante un diseño inteligente las condiciones para que pueda hacerlo. El texto, que apunta a varios títulos detectivescos muy diferentes, se detiene a explicar cómo los juegos de Sherlock Holmes desarrollados por Frogwares nos dejan explorar el palacio mental del famoso investigador para relacionar las pistas, permitiéndonos incluso llegar a conclusiones equivocadas. Esta libertad para seguir nuestra propia lógica y flujo de pensamientos contrasta con fuerza con la manera en la que la serie de la BBC Sherlock puede sacar en todo momento conclusiones novedosas y sorprendentes por obra y gracia de un giro de guión.

Pero además de experimentar (y resolver) un misterio, los juegos de detectives nos permiten tener un acercamiento totalmente novedoso al mundo que los rodea y a todos los personajes implicados. La mayor duración de los juegos, y la necesidad de crear diferentes tipos puzles y elementos interactivos, empujan a los escritores a desarrollar una amplia variedad de sospechosos y a reforzar un worldbuilding que, para potenciar la exploración, debe capturar también el interés del jugador. Actualmente, parece que hay dos corrientes muy diferentes de juegos detectivescos, además de los que se basan directamente en célebres investigadores de la literatura. Por un lado, tenemos los juegos de ambientación noir que homenajean el género negro a través de música jazz y personajes atormentados y, por otro, aquellos títulos que enmarcan su misterio en una distopía futurista de aspecto ciberpunk. Evidentemente, ambas ambientaciones se tocan. Ambos escenarios son productos de sociedades corruptas en donde la esperanza no tiene sentido y las buenas intenciones de los protagonistas no son suficientes para triunfar. Este solapamiento ha propiciado el nacimiento de post noir, un género definido por los toques retro embebidos en una propuesta básicamente futurista.

Mi primera sorpresa al acercarme a Coffee Noir es que el retrofuturismo ideado por DOJI tiene cierta filosofía que explica su naturaleza. A diferencia de otros títulos similares que simplemente se dibujan como una distopía donde caben diferentes elementos, aquí el surgimiento de lo que denominan Neo-London tiene raíces en la «coffeemania», un movimiento iniciado a principios de 1920 por el cuál el café se transformó en uno de los productos más preciados para la sociedad: «Creímos que este estilo retro podría ayudarnos a construir el mundo elegante y pausado que necesitábamos para mostrar la verdadera naturaleza del café en nuestro juego», nos comenta el diseñador Kamil Popielski. Más que una bebida, el café que se cultiva, prepara y vende en Coffee Noir es tanto un elemento de estatus social y económico como una herramienta cultural y espiritual. Y a partir de este cambio, Coffe Noir construye una sociedad en la que los años 20 siguen presente más allá de los evidentes cambios tecnológicos.

Coffee Noir nos pone en la piel de Arthur Oliver, un detective privado con un doloroso pasado que recibe el encargo de investigar la desaparición de Richard Kersey, un exitoso empresario cafetero del que su familia no ha sabido nada durante meses. Como dictan las normas del noir, Oliver tendrá sus propios motivos personales para implicarse en la investigación. Aquí, la supuesta víctima es el viudo de un antiguo amor del detective y su clienta no es otra que la hija de la pareja: «Que Arthur fuera reconocible como el arquetipo de detective de cine negro era algo importante para nosotros de cara a poner inmediatamente a los jugadores en la piel del protagonista, haciendo que entiendan su papel», apunta Popielski, «temíamos que la lectura del personaje y la comprensión del funcionamiento del negocio fueran en conjunto demasiado para los jugadores». Aquí, cuando el diseñador hace referencia al «negocio» se refiere a la compañía de distribución de café que el detective Arthur Oliver tendrá que manejar como tapadera de su investigación. Porque Coffee Noir no es solo un juego detectivesco. La puesta de DOJI nació como un título de gestión y es aquí donde encontramos algunos de sus desafíos más interesantes.

«Al inicio, Coffee Noir iba a ser un juego de gestión puro, sin una historia detectivesca. Un producto diseñado para ayudar a los estudiantes de economía a simular operaciones y negociaciones comerciales», señala su diseñador. «Cuando la idea del juego cambió, ya teníamos planeado el motor económico de una empresa de venta de café y habíamos investigado sobre el tema, así que procedimos a construir un mundo en torno a eso. Esa es probablemente la razón por la que el café está en el centro de todo lo que ocurre en este mundo. Nos fijamos en otros fenómenos culturales que ocurrían en nuestra realidad y tratamos de imaginar el impacto de la coffeemanía en todos los aspectos de la sociedad retrofuturista». Los inicios de Coffee Noir como juego de gestión empresarial se hacen evidentes cuando descubrimos la profundidad de sus mecánicas comerciales. Por un lado, y a tiempo parado, debemos gestionar la producción de cada tipo de mezcla, los costes de su almacenaje y los problemas derivados de su envío. Para eso tendremos que contratar personal al que tendremos que mantener satisfecho, formado y con una carga de trabajo razonable. Por último, y con la esperanza tanto de investigar como de hacer crecer nuestro negocio, podremos cerrar diferentes reuniones con la esperanza de conseguir nuevos contratos.

Para una persona ajena al mundo empresarial, los interrogatorios/reuniones con los potenciales clientes son la parte más estimulante de la propuesta. El título nos explica diferentes tipos de estrategias de venta y comerciales y nos invita a probarlas (o no) según la personalidad de nuestros interlocutores. Para preparar estas reuniones podremos pedir a nuestros empleados que investiguen de forma superficial o más a fondo a los clientes, lo que nos ayudará, por ejemplo, a saber si es beneficioso sobrepreciar el café para poder regatear a posteriori o es mejor ir directos al grano y proponer un trato cerrado.

Pero pese a ser un juego esencialmente de gestión, Coffee Noir cuenta con varios «atajos» para aquellos que quieran centrarse en la historia: «Creo que intentar alcanzar ese compromiso y flexibilidad en nuestro juego fue la parte más difícil de la producción. Por ejemplo, hemos añadido niveles de dificultad en forma de préstamos para aquellos que no quieran dedicar demasiado tiempo a la creación de sus operaciones comerciales. Para los que quieran disfrutar de la historia, pero sin estar pendientes de cada pequeño detalle de la investigación, hemos añadido una opción limitada para conectar automáticamente las pistas. Las personas que quieran obtener una alta puntuación con los ingresos de su empresa pueden tomarse semanas extra en cada capítulo para afinar su producción, gestión, recursos humanos, marketing y venta». 

La investigación en Coffee Noir también tiene dos fases muy diferenciadas, una a reloj parado, que nos permite leer los diferentes dossieres e interconectar las pistas, y otra de interrogatorio, por la cual hablamos con los sospechosos para intentar recabar más información. Para hacer avanzar la historia, el juego utiliza viñetas y una estructura similar a la de una página de cómic, que resulta bastante práctica para resumir grandes cantidades de información sin invertir demasiado en animaciones y actores de doblaje. Pero mientras que la parte de interrogatorios, por su relación con las negociaciones empresariales, es bastante satisfactoria y divertida, muchas veces las pistas y la creación de los diferentes diagramas de pensamientos puede llegar a resultar bastante obtusos, en especial cuando no tenemos activada la opción de resaltar las palabras clave: «Para serte sincera esta es la parte del juego que más nos ha costado, hemos pasado mucho tiempo trabajando en ella», nos cuenta la productora y diseñadora Anita Sarna, «hemos implementado una mejora en la mecánica de la conexión para que algunas de las pistas similares o que se solapan tengan trozos de texto resaltados; queríamos crear la sensación de que en una investigación las pistas pueden no ser directas y obvias a primera vista y que puede ser difícil sacar conclusiones adecuadas. Sin embargo, hemos recibido múltiples comentarios de que la parte de la conexión sigue siendo bastante problemática, tal y como has mencionado, por lo que estamos planeando mejorar esta mecánica en los próximos parches».     

Coffee Noir es un juego sorprendente. Una pieza de patchwork formado por influencias muy diferentes que, para nuestra sorpresa, acaban por encajar. En la propuesta de DOJI los negocios y la investigación van de la mano. Seguir el rastro del dinero nunca ha sido tan literal.

Redactora
  1. mrcosan

    ¿En el juego se toca el tema de de donde viene el café?