Mucho más que pixeles: Reventure se corona como una de las «joyas escondidas» de Steam

En 1996, justo cuando el cine de acción y catástrofes estaba en su máximo apogeo, una pequeña cinta de terror —sin grandes estrellas, ni una producción potente— conseguía colarse en la lista de películas más taquilleras del año. La clave estaba en su guión. Kevin Williamson no había escrito nada (al menos nada importante) antes de firmar el de Scream pero la falta de experiencia quedaba de sobras compensada con su conocimiento del género. Williamson amaba el terror. Había crecido con Halloween y sus secuelas y tenía memorizadas las claves que hacían que funcionara Pesadilla en Elm Street. Cuando Randy Meeks cita las reglas y los trucos para sobrevivir a un asesino de adolescente no hace sino enumerar algo que tanto Williamson como nosotros ya conocemos y que solo funciona dentro de esa parte concreta de la ficción. Ahí está la gracia. El secreto de las parodias y de muchos subgéneros. El camino a la originalidad. El metacine siempre convence.

El éxito de Scream no solo ha derivado en múltiples entregas de la saga (e incluso una serie para Netflix) sino que supuso tanto una vuelta al género slasher, con sagas como Sé lo que hicisteis el último verano o Destino Final, como un revival de las parodias autoconscientes de terror, subgénero dentro del cual destaca, por su influencia, Scary Movie. El metacine parece estar pensado para estimular a una audiencia cansada de ciertas fórmulas reconocibles y, de manera paradójica, para reivindicar el género en sí mismo. Otro ejemplo lo tenemos con los spaghetti westerns, una simplificación hacia lo infantil de un género tan rígido como «las pelis del oeste» originales.

Por su juventud, los videojuegos no han asentado todavía en la cultura popular un lenguaje específico dentro de los diversos géneros, más allá de las nociones tomadas del propio cine (con las que se construyen títulos como la saga Uncharted o, de manera más directa, Until Dawn). Sin embargo, esto no quiere decir que no existan juegos autoconscientes o que reviertan las reglas del género. El exponente más claro lo tenemos en Braid, el irónico título de Jonathan Blow en el que le da la vuelta a tropos tan asentados en el sector como la damisela en apuros o la mujer como trofeo. Reventure, de Pixelatto se recrea con mucho humor en los mismos estereotipos sobre los que se han construido juegos tan míticos como The Legend of Zelda. Y lo hace tan bien que se ha colado —a fuerza de excelentes reviews— en la lista de joyas ocultas de Steam.

El juego, que originariamente se llamó Lonk’s Adventure nació en una Ludum Dare. Usando el tema «The more you have, the worse it is» (cuanto más tienes peor es) su creador, Javi Cepa pretendía criticar desde el humor a esos títulos en los que el protagonista podía encajar, en un pequeño bolso, decenas y decenas de objetos de inventario. En su punto de mira, como no, la saga Zelda. El pequeño experimento funcionó mejor de lo esperado gracias, en parte, a una planificación realista que le permitió aprovechar al máximo las limitadísimas 48 horas de desarrollo. Según nos cuenta Cepa: «el elegir sprites megapixelados de 6×6 y tener la idea clara desde el principio, me permitió meter un montón de contenido: un nivel bastante grande, unos 7 items diferentes, 3 temas musicales y 6 finales distintos. Como resultado puntúe un tercer puesto en la categoría general que, a día de hoy, sigue siendo mi récord».

Las críticas tan positivas logradas por Lonk’s Adventure en el marco de la Ludum animaron a Cepa a continuar con el proyecto. Lo que en un principio era una afición a la que se dedicaba por las noches, acabó convirtiéndose en parte de su vida laboral con la incorporación de Alberto Martín, un programador que no dudó en sumarse a Pixelatto, el pequeño estudio que Cepa ha liderado durante cinco años. «Para octubre de 2018 ya teníamos 50 finales en su sitio y me pareció buen momento para lanzarlo a volar en early access», recuerda Cepa sobre la llegada de Lonk’s a Steam. Sin embargo, en ese momento, Lonk’s era un juego muy diferente al que es ahora: «El producto en aquel momento estaba “bien” sin más. Fue el feedback que recogimos de los jugadores durante todos los meses posteriores los que realmente le dieron a la experiencia la calidad que tiene ahora».

A menos de dos semanas de abandonar la fase de early access el renombrado Reventure está absolutamente pulido. Este trabajo de meses ha podido llevarse a cabo, paradójicamente, porque el juego ha sabido mantener el interés de una comunidad reducida a la vez que captaba poco a poco nuevos jugadores: «Durante el early access no ha habido picos grandes de descargas, se ha ido cocinando a fuego lento con un ritmo muy constante de en torno a las 5-10 descargas diarias. Este ritmo nos ha permitido reaccionar a los bugs y otros problemas mucho antes de que la mayoría de usuarios se dieran cuenta siquiera». Para llamar la atención, Cepa puso en práctica lo que denomina un «marketing de guerrilla» en el que él, personalmente, fue contactando con streamers que pudieran estar interesados en mostrar el proyecto. «El trato fue siempre personalizado», comenta Cepa, «aunque ahora que se acerca el lanzamiento tendremos que sacar más artillería».

Dentro de las de Cepa se encuentra una actitud gamberra que proviene del propio tono del juego. La descripción de Steam más que presentar Reventure tienta al jugador con varias preguntas «¿Por qué tiene tan buenas reviews un juego con esos gráficos tan pixelados? ¿Será por lo de los 100 finales? Voy a pillarlo sólo por curiosidad y si no me gusta pido un refund…». Esta informalidad buscada, según Cepa, para adecuarse al tono gráfico del juego, transmite de forma indirecta el que es su mayor punto fuerte: un enorme conocimiento sobre los videojuegos y su propia comunidad. Reventure sabe como va a actuar el jugador porque está diseñado, precisamente, por alguien que se ha pasado muchas horas jugando. El hecho de que el título reaccione a nuestras acciones más locas crea un sentimiento de camaradería que aumenta la diversión.

En Reventure controlamos a Tim (o a cualquier de los otros 49 personajes que podremos desbloquear según alcancemos varios de los finales) a lo largo de todo un día. Aunque sus aventuras tienen una meta muy clara —rescatar a la hija del rey de manos de un malvado mago— la cantidad de acciones que podemos realizar, la inmensidad del mapa que podemos explorar, así como lo corto de cada una de sus partidas, hacen del título un estímulo constante para el jugador.

De la saga Zelda, el juego saca mucho más que el diseño de Tim o la premisa principal. La sensación de sorpresa al enfrentarse a Reventure es constante así como la invitación, por parte de los creadores, a explorar. A golpear cada una de las piedras o a empujar cada trozo de pared. Es evidente que el título tiene un claro componente narrativo basado en que cada jugador pueda decidir, no sólo el camino (literal) del héroe, sino en qué términos se desarrolla cada misión. Estimular la interés por el descubrimiento era tan importante para Cepa como la cantidad de finales o la sensación de satisfacción al encontrar una nueva gruta: «El humor es quizá la más llamativa para el que juega, pero para mi la más importante y la que hace que la gente juegue durante horas es la curiosidad. Siempre que acabas una partida te quedas con la duda de qué sería esa cosa azul de allí o qué pasará si voy por aquí con la pala y eso te empuja a la siguiente partida una y otra vez».

En Pixelatto son conscientes de que los gráficos son el mayor componente que tienen en su contra y no lo esconden. Cepa admite que han considerado cambiarlos en muchas ocasiones por miedo a que los jugadores «juzguen el libro por la portada» pero, a la vez, cree que en este momento forman parte del «alma del juego», aquello mismo que hizo que cambiaran el nombre para pasar de ser una sombra a tener entidad: «una vez que estás metido dentro de la historia, los gráficos pasan a un segundo plano en la atención del jugador. Por otra parte, hacer los gráficos a una resolución así de baja te permite hacer muchísimo más contenido y más variado».

Reventure es un joya y el 100% de críticas positivas que tiene en Steam así lo atestiguan. Un pequeño juego creado a partir de la comprensión del género de aventuras que no se corta en introducir chistes y guiños para los jugadores veteranos. Cepa lo define como «una carta de amor a un montón de obras de arte» una frase que se comprende mejor al ver cómo Reventure trata las referencias.

Empezaba hablando de Scream. Evidentemente no era una casualidad. Jugando a Reventure entiendo la sorpresa que debieron llevarse los amantes del terror al ver que un joven guionista, supuestamente salido de la nada, descifraba todos sus códigos y los aireaba sin un ápice de vergüenza. Reventure funciona exactamente igual. Con un humor punki e inesperado nos invita a sorprendernos, a explorar y, por supuesto, a divertirnos mucho.