Las
seis capas
del dado

Anteponiendo la emoción ante cualquier decisión de diseño, Astrea: Six Sided Oracles es una experiencia taquicárdica que aprovecha en su favor lo peor del azar.

I see you shiver with antici… pation
Sweet transvestite (The Rocky Horror Picture Show)

En mi última run en Astrea jugando con Sothis —de lejos el personaje más complejo de entre los seis que podemos controlar— llegué al quinto turno en el tercer y último jefe en una posición complicada. Mi contrincante había encadenado una serie de tiradas de «tormento» y ahora era capaz de multiplicar la corrupción de su dado por siete. Con solo un corazón disponible y sólo seis espacios para recibir corrupción estaba más que claro que esta era mi última oportunidad. Pero aún no había perdido la esperanza. Si algo he aprendido a lo largo de este viaje en Astrea: Six Sided Oracle es que nunca hay que dar nada por perdido y nunca, jamás, hay que dar un combate por ganado. Cada turno del título de Little Leo Games se construye con la mejor combinación de suerte, sinergias, estrategia y mucha, mucha emoción.

La mejor táctica para jugar con Sothis no solo pasa por alargar el turno sino, específicamente, por jugar tantos dados de purificación/corrupción como sea posible. El Príncipe de las arenas tiene una «llama interior» que se hace progresivamente más fuerte conforme más dados jugamos en un sistema que se retroalimenta haciendo que muchos de los dados, a la luz de este peligroso fuego, sean capaces de multiplicar su acción o, incluso, activar algún que otro efecto inesperado. Aunque para entonces había perdido los centinelas —compañeros de batalla que me permitían, en algunos casos, copiar y relanzar los dados de mi mano— tenía a mi favor el alto porcentaje de «relojes de arena», un sistema por el cual al lanzar un dado hay serias posibilidades de que «rebote» y vuelva a mi mano, preparado para una segunda tirada. También me beneficiaba el hecho de que, a lo largo de mi extenso viaje, había potenciado algunas caras especiales en mis dados de riesgo, de modo que hicieran un daño catastrófico de poderlas jugar. Y, para hacerlo, para matar al jefe final y completar una run con el personaje más complejo del juego, solo necesitaba hacer 60 puntos de purificación. 

La suerte es lo que hizo que entre todos los dados en mi bolsillo llegara a mi mano Purification ++ un dado safe épico de purificación mejorada que, en una de sus caras tiene un ataque de 30 puntos. La estrategia que había desarrollado a lo largo de la run hizo que contara con varias oportunidades de relanzar el dado hasta que, efectivamente, la cara de 30 estuviera disponible para ser utilizada. Por último fueron las sinergias entre la llama interior, que multiplica el efecto de la purificación, y los relojes de arena, que me permitieron lanzar dados menores hasta encenderla a su máximo, lo que hicieron que, sobre la bocina, con lo que era mi último aliento, terminara por salir victoriosa. Con los brazos dormidos por apretar con fuerza la Steam Deck, pero victoriosa. Y aunque con la tensión aún en el cuerpo me costara entender qué hace de Astrea: Six Sided Oracles uno de los mejores juegos de 2023, con la distancia es fácil ver una clara filosofía de desarrollo: la que pone siempre la emoción por encima ante cualquier decisión de diseño.

El argumento de Astrea es anecdótico, algo que podemos pasar rápidamente en busca de la acción. Hay una fuerza maligna que ha corrompido a todos los habitantes del planeta y seis oráculos muy diferentes, como las seis caras de un dado, deben hacerle frente con sus distintos poderes de purificación. Sin embargo, y a pesar de caer de lleno en todos los tópicos del roguelike por turnos —desde el grupo diverso de héroes hasta los ambiguos villanos sin un objetivo claro— esta premisa ya encierra una de las claves que hace al juego mucho más emocionante que otros títulos similares: la purificación, el hecho de que no combatimos para matar o derrotar a un enemigo sino para, al final, eliminar todos sus puntos de corrupción. Así, mientras que otros juegos usan puntos de vida, llevándonos de manera instintiva a estrategias conservadoras que pasan por reducir constantemente los del enemigo mientras intentamos mantener los nuestros a través de la defensa, Astrea cambia el tablero estableciendo desde el principio que la purificación y la corrupción son fuerzas antagónicas que podemos usar a nuestro favor si aprendemos a ganarlas y perderlas de forma cíclica. Es una decisión de diseño que busca que, como jugadores, apostemos siempre por estrategias arriesgadas que vayan más allá de lanzar el dado con mayor purificación al enemigo mientras nos protegemos con algún escudo. Todos los héroes en Astrea tienen una serie de poderes especiales que sólo pueden usar al recibir ciertos puntos concretos de corrupción. A más corrupción, más cantidad de ataques especiales podremos usar y más fuerza podremos aplicar con ellos. Sin embargo, si recibimos más de seis puntos de corrupción sin recuperarnos, perderemos entonces un corazón cuando son solo tres los que nos separan de la corrupción eterna, la absoluta condición de derrota. Ganar en Astrea pasa por entender cuántos puntos podemos poner en juego en cada turno y cuántos recursos en nuestra limitada mano podemos usar para mantener el bucle. De la misma manera, los enemigos no pueden recibir constante purificación sin desplegar ataques funestos, ni corromperse demasiado antes de liberar el maléfico poder de la sobrecorrupción. Aprender a jugar pasa por entender que debemos mantener constantemente un equilibrio. Y, para hacerlo, debemos aceptar que el satisfactorio bucle riesgo-recompensa se asienta en una balanza en la que tiene un dedo apoyado el mismísimo azar.

Hay tres tipos de dados en Astrea, los seguros, los equilibrados y los arriesgados. A lo largo de nuestra run deberemos incorporar a nuestro bolsillo dados de los tres tipos en una proporción que favorezca nuestro estilo deseado de juego. Los dados seguros tienen todas las caras dedicadas a la purificación pero reparten muy pocos puntos como para tener una función definitiva. Los dados arriesgados son muy, muy poderosos pero solo cuentan con dos o tres caras que actuarán en nuestro favor. Lo normal es que los distintos enemigos en Astrea multipliquen su poder corruptor de turno a turno a través de diferentes poderes pasivos, por lo que siempre nos conviene no alargar demasiado el combate. Para poder ganar en el mínimo número de turnos, los dados equilibrados y arriesgados son imprescindibles, a pesar de que el azar puede ponerlos en cualquier momento en nuestra contra. Es entonces cuando entra en juego la regla más importante en Astrea, la norma capaz hacer de cualquier combate un evento taquicárdico: la obligatoriedad de usar en cada turno todos los dados negativos que tengamos en nuestra mano. En el juego de Little Leo Games lo que resulta verdaderamente complicado no es montar un ataque efectivo sino averiguar la manera más beneficiosa de repartir los castigos. Los sacrificios se convierten en una parte integral del juego, con lo que consigue suavizar la sensación de «injusticia» que muchas veces producen los títulos con cierto componente de azar. Cada turno en Astrea está influido por tantos factores que cualquier resultado, incluso los negativos, pueden ser merecidos y satisfactorios. Especialmente cuando nos ayudan a desentrañar algún que otro secreto en su profunda jugabilidad.

 Con Astrea: Six Sided Oracle escapamos por primera vez de la alargada sombra de Slay the Spire. La luz inunda de nuevo las posibilidades de este tipo de roguelikes. Porque el genio y el éxito del título de Meta Crit Games, imprescindibles en la reciente popularización del género, han puesto en marcha también una tendencia por la cual los títulos posteriores copian directamente su filosofía de diseño. Juegos tan dispares como Monster Train, Roguebook o Griftlands comparten de base el deseo de suavizar la barrera de entrada gracias a una jugabilidad rápida y directa que, con cada nueva run, nos permite profundizar más y más en la estrategia. Las palabras clave parecen ser accesibilidad, cercanía y aprendizaje. Empezar dando al jugador una forma directa de jugar a través del ataque y la defensa mientras se empieza a introducir, carta a carta, las muy necesarias sinergias. Pero Astrea no quiere ser rápido, no busca que quememos runs hasta conseguir dominar el juego. En Little Leo Games quieren que pensemos cada movimiento. Que cada dado, tirada y efecto nos haga sudar, conocedores de que, por suerte o por desgracia, todo está literalmente en nuestra mano.

Lo que resulta verdaderamente complicado no es montar un ataque efectivo sino averiguar la manera más beneficiosa de repartir los castigos

En su crítica para PC Gamer, Dominic Tarason definía Astrea como un juego aprietaculos, y a mí no se me ocurre una manera más justa de denominarlo. El título coge el elemento más peligroso y delirante del azar —la forma en la que nos impulsa a tomar grandes riesgos—  y lo utiliza para construir una emoción que, personalmente, hacía mucho que no encontraba de forma tan pura asociada a la jugabilidad. El equilibrio real no es entonces entre purificación y corrupción sino entre control y aleatoriedad; la necesidad del jugador de estar pendiente de los poderes propios del héroe, las particularidades de los dados y la naturaleza de los enemigos, y la forma en la que la suerte, que nos da las armas para enfrentar cada turno, puede decantar el combate siempre a partir de un error puntual.

En mi run más reciente en Astrea: Six Sided Oracle, jugando con el último Oráculo, su capacidad para alterar el efecto de los dados a través de un disco giratorio con diferentes orbes no jugó a mi favor. Lo aposté todo por una estrategia superdestructiva, una que pasaba por girar una y otra vez el disco, disparando a los diferentes enemigos una oleada tras otra de variados y terroríficos ataques. Pero no tuve en cuenta que cada giro alimentaba más y más el lado corruptor en mi sistema de karma, disparando una reacción corruptora en cadena cuya fuerza me pilló totalmente por sorpresa. Me había consumido a causa de mi propia ambición. La caída venía de la mano de una serie de riesgos que no había dudado en tomar. Pero la pérdida, en este caso, también fue sin lugar a dudas satisfactoria. Casi tan emocionante como una victoria final.

Redactora
  1. JonMartinez

    Gracias por aparecer por aquí para volver a enseñarme una joyita que iba a pasarme desapercibida. Qué gusto leerte.

  2. Woodpeck3r

    Tremendo artículo, cuando he empezado a leerlo ya tenía buena pinta y después de leer «Steam Deck» me tiro de cabeza.

  3. Cristian Sarmiento

    se ve interesante la mecánica de los dados! gracias por el articulo.

  4. Jose Ramon Mateo

    Bueno, pues ya está comprado. Marta, de verdad, gracias por volver. Eres muy grande.