
Secret 6 Madrid, la filial española del estudio de outsourcing, cerrará sus puertas a finales de este mes, dejando sin trabajo a 42 personas. Es un equipo al que es posible encontrar en los créditos de Diablo IV, Song of Nunu, Silent Hill: Ascension o en el remake de MediEvil, el primer gran proyecto al que se enfrentó esta filial madrileña, poco después de su fundación en 2018. Con este segundo equipo —el primero, y todavía principal, está en Manila, Filipinas, a pesar de que la compañía se fundó en Estados Unidos—, Secret 6 reforzó su posición como estudio de apoyo y equipo de outsourcing de arte, que en ese momento ya tenía una década de experiencia trabajando con clientes como Sony o Konami.
Para razonar el cierre, Testronic, la empresa que compró Secret 6 en 2022, alega «pérdidas económicas irreversibles»; desde el estudio, sin embargo, hablan de una «estrategia empresarial encubierta» para «vaciar de actividad laboral la sede de Madrid», con el objetivo último de «deslocalizar la producción», se puede leer en la nota de prensa con la que el estudio ha hecho pública su denuncia, «y mantener solo la filial de Manila, donde las condiciones de trabajo son mucho más precarias y los salarios mucho más bajos, factores que permiten ejercer explotación laboral de forma más impune». Bloqueando, impidiendo y boicoteando los intentos de Secret 6 Madrid por salir adelante, Testronic ha dejado morir un estudio que consideraba un lastre, iniciando un ERE en el estudio mientras en Manila se contratan, según denuncian desde el estudio, los mismos perfiles que se están eliminando en Madrid.
«Ante esta situación de flagrante injusticia y agravio comparativo entre las dos sedes», termina la nota de prensa, «los trabajadores de Secret 6 Madrid, organizados junto a la Coordinadora Sindical del Videojuego (CSVI), parte a su vez del sindicato CGT, están firmemente determinados a luchar por que se retome la actividad productiva y por sus derechos laborales, que han sido ampliamente vulnerados por Testronic».

Del centro de formación al centro de la fiesta
Secret 6 Madrid fue fundado a finales de 2018, un año después de que la matriz de la empresa colaborase con el centro de formación madrileño Voxel School para acercar la producción profesional de arte a la gente que estaba estudiando allí: la colaboración acercó las «metodologías de producción actuales» a estudiantes que hasta el momento no habían podido tener esa experiencia en primera persona, y se convirtió en la primera cantera de profesionales para la nueva filial de Secret 6, que en ese momento tenía un equipo de unas 150 personas trabajando principalmente desde Filipinas, en las oficinas de Manila. La asociación entre Voxel y el programa PlayStation Talents hizo el resto: Secret 6 tenía ya buena relación con Sony, porque fue precisamente Uncharted 2 uno de los primeros grandes proyectos que hicieron despegar al estudio, y fue otro juego de Sony, esta vez MediEvil, el que sirvió para que el nuevo equipo madrileño se presentara en sociedad.
Durante los próximos años, Secret 6 Madrid trabajó dando apoyo a desarrollos grandes y pequeños, desde Diablo IV, Lords of the Fallen o la remasterización de The Last of Us Parte II hasta Song of Nunu, PGA Tour o Dustborn. Es uno de esos estudios que, sin el renombre de otros de cara al gran público, se ganó el prestigio que tenía de puertas para adentro, entre quienes recurrían a su trabajo para hacer posibles sus proyectos; entre los mensajes que se han publicado para lamentar y condenar el cierre del estudio de Madrid hay uno de Christoffer Grav, el director de arte de Dustborn, que trabajó mano a mano con Secret 6 Madrid en el juego. «Su capacidad artística, dedicación y amabilidad dejaron una huella indeleble», dice Grav.
Es una muestra de la buena fama que se labró Secret 6 Madrid durante los últimos ocho años, y que ha hecho que el estudio se mantuviera «solvente, en cuanto a capacidad productiva y de ganancias, cuando los contratos que estaban vigentes ocupaban a la mayoría de su plantilla», a pesar de ese «boicot» por parte de Testronic que denuncia la plantilla. Testronic (una empresa de QA propiedad a su vez de Catalis Group, un conglomerado empresarial controlado por una compañía británica) compró Secret 6 en 2022; fue en ese momento cuando comenzó el proceso de vaciado. A pesar de eso, en los últimos años los clientes con los que mantenían relacción «manifestaban su voluntad de continuar con la relación laboral y se mostraban muy satisfechos con la calidad del arte ofrecido por la sede de Madrid», según explican desde Secret 6 en nota de prensa; sin departamento comercial interno (ese trabajo era responsabilidad de Testronic), Secret 6 Madrid pasó a depender por completo de Testronic, que poco a poco fue cerrando puertas y bloqueando los intentos del management local para ganar nuevos clientes y fuentes de ingresos.

La muestra más reciente del desdén de Testronic hacia su equipo tiene relación con uno de los proyectos que seguían activos en el estudio de Madrid, a pesar de los esfuerzos de la matriz para forzar las «pérdidas económicas irreversibles» que acabaran justificando el ERE (por ejemplo, subiendo los precios hasta obligar a los clientes a rechazar presupuestos). Uno de los estudios con los que estaba trabajando Secret 6 realizó una formación para el estudio madrileño, para que el equipo estuviera familiarizado con «los requisitos y particularidades técnicas necesarios del proyecto», explican desde Secret 6.
«Esta formación ya se había llevado a cabo y se esperaba que se retomase el trabajo en agosto de 2025, hecho que Testronic obvió por completo al comunicarle el proceso de despido a la plantilla, justo un día antes de la fecha en la que se preveía retomar la colaboración con dicho cliente», explican en la nota de prensa.
Aunque por motivos de confidencialidad la identidad de este estudio no se puede desvelar, fuentes cercanas a la situación explican que se trata de «un estudio de desarrollo de videojuegos AAA con mucho peso en la industria» para el que este imprevisto resulta «asumible», aunque eso «no quiere decir que hayan aceptado de buen grado la decisión». Por la manera en que trabajan, la relación entre Secret 6 y este cliente se articula alrededor de extensiones de contrato que van ampliándose según es necesario; Testronic «ha esperado a que se terminase la extensión para prohibirnos renovar, cubriéndose las espaldas ante cualquier acción legal» que pudiera haber iniciado el cliente.
Fin de ciclo
Así, con la situación ya llevada al límite, el equipo legal de Testronic descarta la posibilidad de negociar con el estudio, y las condiciones que ofrecen de cara al ERE son «muy desfavorables hasta el punto de resultar ofensivas», según una persona cercana al proceso; el 31 de julio será el último día de Secret 6.
Ahora, y en colaboración con CSVI, el plan es «luchar por que se retome la actividad productiva y por sus derechos laborales». El despido colectivo que ha iniciado Testronic necesita estar justificado según los parámetros que establece el Estatuto de los Trabajadores; en este caso, las causas económicas que la empresa presenta como motivo del ERE vienen acompañados por una historia de «gestión deficiente y decisiones cuestionables desde arriba», como decía uno de los empleados afectados, que nos habla sobre la débil posición que ocupa tanta gente en la industria del videojuego.
En su situación actual, Secret 6 no descarta llevar a juicio a Testronic. «Tenemos muchos argumentos y pruebas suficientes como para ir a juicio, por lo que es una opción que no descartamos», nos dicen desde el estudio, que sigue haciendo todo lo posible para dar visibilidad —un estudio como este, oculto a la vista de todo el mundo: trabajando industriosamente en juegos «de otros»— a su situación.
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