
Análisis de Dead Rising 2: Case Zero
No dudaría ni medio segundo en señalar el primer Dead Rising como uno de los imprescindibles de esta generación. Es algo tan absolutamente diferente a todo, tan impensable sin la tecnología actual y tan tremendamente efectivo —dar una nueva dimensión a la frustración como parte del diseño cuando todo el mundo reduce la dificultad tiene su aquel—, que a veces tengo la sensación de que no se le ha hecho justicia. A pesar de que todo el mundo quiere a Frank West. Y ahora, nuevo protagonista y nueva desarrolladora canadiense. Tenemos derecho a dudar. Y por eso es fácil pensar que este prólogo está más para disiparlas que para contar lo que sucedió tres años antes de Dead Rising 2.