
Análisis de Vanquish
La llegada del frío tiene muchas cosas buenas. La mejor, creo yo, es que permite sacar la americana del armario, otorgando el infinito poder del bolsillo interior. Ahí guarda su Moleskine la gente con inquietudes, la que no quiere que se escapen las ideas aunque le pillen en el metro. En el de Osaka me imagino al amigo Shinji Mikami o al bueno de Atsushi Inaba con la libretita, anotando conceptos, tachando, subrayando tres o cuatro veces, haciendo flechas. Lo dejan todo listo para seguir dando vueltas a cada elemento en el estudio, con el resto del grupo. Su última obra es, como queríamos, y a pesar de la ambientación futurista, una reivindicación de lo artesanal, del trabajar al máximo lo que empieza en un papel.