Es mejor no enfadar a los ninjas

Análisis de N++

Análisis de N++

El primer N era un juego humilde pero muy bien planteado: un plataformas sencillo en el que todo se basaba en el diseño de niveles y en el control preciso de las inercias y los impulsos; una precisión, como sugiere la letra titular, que aspira a representar la condición sobrehumana de la habilidad de los ninjas de dibujos animados. En cierta medida (como pasa con todas las continuaciones, quizá), N+ parece más un juego sobre el primer N que una secuela al uso; N++ remata esta impresión ofreciendo no solo un nuevo tramo de niveles que giran alrededor de las mecánicas que ya conocemos desde hace diez años, sino también una imagen del camino que ha recorrido N y sus creadores en todos estos años, un ejercicio de agotamiento de todas las ideas que plantea y las herramientas para que N++ sea, ahora que ha cambiado de manos, infinito.

El objetivo en N++ es, nivel tras nivel, abrir la puerta de salida pulsando un botón que hay en el escenario y llegar a ella. Como se puede imaginar, la dificultad de esta tarea depende de los distintos obstáculos que se interponen entre nosotros y la puerta; como objetivo secundario está la recolección de una serie de monedas que suelen estar colocadas en zonas más peligrosas, para añadir un punto extra de desafío a los que lo quieran. El control de nuestro personaje es lo más interesante de N++. Tiene una aceleración y una inercia muy interesantes; las distancias que podemos recorrer utilizando bien el entorno para impulsanos son otro punto clave, y el diseño de niveles, sobre todo con la colocación de las monedas, así lo refleja.

Análisis de N++

El diseño de niveles de N++ es exhaustivo, casi agotador. Hay miles de niveles; literalmente. Las pantallas se citan unas a otras constantemente, referenciando y expandiendo ideas hasta que se considera, da la sensación, que se han explorado todas las caras de tal o cual ocurrencia. En ese sentido, N++ casi parece un ejercicio de reflexión extrema sobre sus propios mecanismos; no hay una narración más allá de la que rodea a nuestra propia partida, investigadores externos al mundo del juego que estudian las mil y una formas que puede tener una forma muy concreta de disponer una trampa de este o aquel tipo en una pista de obstáculos. Es un juego bastante frío, y le va bien serlo: ayuda a que toda la atención se ponga en la mente colmena que juega y expande N++ a través del editor de niveles.

Uno puede ser reacio (como lo soy yo, en parte) a las herramientas de creación de contenido que tanto agradece buena parte de la comunidad, bien sea por falta de creatividad o por dificultad para aprender a usarlas. En N++, el editor es una parte más de ese hilo conductor externo (nuestra exploración profunda de diferentes ideas y mecanismos) que mueve la partida, y ya me he sorprendido al ver muy buenos niveles que siguen descubriendo nuevas maneras de utilizar las sencillas partes que componen los miles de pantallas «oficiales». Es una herramienta funcional y clara, que comparte con el juego un minimalismo muy consciente y desarrollado, nada perezoso, muy intelectual. Un paseo por las listas de pantallas creadas por otros jugadores puede hacer que N++ tarde mucho en dejar de sorprender, y que es coherente con el aspecto impersonal, que crea la ilusión de que no existe una firma de autor (como si fuera una herramienta informática, una aplicación de Windows), que anima a tomárselo como una oportunidad para reflexionar sobre el propio juego a través de la creación de nuevos niveles o del estudio de los que otros han creado.

A pesar del recorte de las opciones de juego online (quizá por desconfianza en las conexiones a internet: N++ exige una precisión que el lag y otras bestias modernas pueden poner en peligro), la posibilidad de jugar compartiendo tele con amigos a otra colección de pantallas pensadas para la cooperación y la competición le pone una guinda festiva que ayuda a poner un poco de color en el gris festival de plataformeo ninja con el que se cierra la trilogía N. Es un cierre de los que se aplauden: ambicioso, excesivo, redondo; consciente de su condición, en lugar de despedirse pasa el testigo, algo que resulta más un gesto de confianza que una cesión de responsabilidad. N++ ya tiene un espacio en la memoria; nadie mejor que nosotros, los que llevamos tantos años jugando y esperando, para crearle un espacio en nuestro tiempo. [9]

  1. Happy Cat

    Las peores pesadillas que me ocurren en sueños es cuando de repente estoy metido en uno de los últimos niveles del N+.
    Tengo ganas de comprar este para cambiar de pesadilla 🙂

  2. Gerir

    El mejor ninja, y todavía no lo sabéis, es este:

  3. necKros

    Locura absoluta. Una pena que solo esté en PS4, me encantan estos retos a la salud mental.

  4. WH4RXOR3

    Al primero estuve viciadísimo mucho tiempo, menudo juegazo.

  5. Sephirot's blade

    Madre mía, qué musicote y qué pedazo de trailer. Aunque yo sea un poco torpe para este tipo de juegos, he de reconocer que N++ parece llevar dentro la semilla de lo que siempre fueron los videojuegos. Tiene muy buena pinta, la verdad, y no dudo de ese nueve.

  6. Sephirot's blade

    Continuamos con el bug del doble post. Sorry.

  7. Hank_Chinasky

    A esto jugaría en mi Vita

  8. Koldo Gutiérrez

    Joder, necesito esto muy fuerte. Por algún extraño motivo, apenas caté los anteriores N, y eso que son muy de mi rollo, pero esa BSO ha terminado de cautivarme.