Klonoa: Phantasy Reverie Series

8 de julio de 2022
PC, Switch, PlayStation, Xbox
Bandai Namco

Klonoa es un juego de otra época. ¡Menuda revelación! Pero realmente es de otra época, aunque jugándolo hoy en Klonoa: Phantasy Reverie Series (la recopilación que junta, remasterizados, Door to Phantomile y Lunatea’s Veil, de PSX y PS2, respectivamente) su propuesta resulte tan natural. Ya era, de algún modo, de otra época en su época: las tres dimensiones eran en ese momento una revolución de tal calibre que parecía tenerlo todo para dejar fuera de juego ciertas formas antiguas, o que al menos generaba con gran facilidad una ilusión de distancia con el pasado que, si lo piensas ahora, resulta bastante infantil; no es un mal marco para empezar a analizar nuestra relación actual con los avances tecnológicos. El caso es que Klonoa es de esa época en la que todavía se estaban terminando de definir los usos y posibilidades de los gráficos en 3D, y hay algo en ese salto que hace que los juegos de aquellos años tengan una tensión muy explícita y muy interesante, una forma de no sentar cátedra sino de simplemente experimentar con las posibilidades de una tecnología que estaba aún lejos de estar bien asentada que parece darle un punto más de valor a los juegos que mantienen la frescura todavía hoy; los que se saben mover, los que no resultan acartonados, los que van, en fin, con la antorcha por delante, en vez de dar pasitos en la oscuridad sin rumbo aparente.

El primer Klonoa es uno de esos juegos. A todos los efectos es un plataformas en 2D normal, de los de toda la vida, presentado en 3D; en su día, colectivamente decidimos que eso se podía llamar 2,5D y nos quedamos tan anchos. Si lo intentas describir de manera fría es el juego más simple del mundo; la clave está en cómo los pequeños giros que aplica a cada idea van haciendo que la partida resulte un poquito más interesante, un poquito más compleja, de maneras no siempre igual de explícitas y dando pasitos que desde la distancia (salió en 1995, hace más de 25 años) parecen más tímidos de lo que, imagino, quisieron ser en su momento. La tercera dimensión, así, se aprovecha aquí para retorcer los caminitos que sigues, extendiéndolos alrededor de estructuras, haciendo que unos se crucen con otros, generando situaciones en las que se anticipan futuros desvíos o se dan pistas sobre otros a los que quizá debes llegar haciendo algo de backtracking; la buena mano en el diseño de niveles es tal que incluso en 2022 hay zonas que sorprenden por la inteligencia con la que se juega con los planos, colocando secretos o peligros en segundo plano o anticipando puzzles como si se quisiera que los rumiaras un poquito antes de llegar a ellos. No son particularmente largos, tampoco cortos, pero los niveles de Klonoa están llenos de momentos de interés, tanto en primer como en segundo plano; sus mundos son vibrantes no solo por su colorido arte sino también —y sobre todo— porque parece que todo el rato ocurren en ellos cosas, en todos lados: delante de ti, en el fondo, arriba, abajo; sin renunciar a ser un juego estrictamente lineal, en realidad no muy diferente a tantos otros plataformas 2D incluso de segunda fila publicados en consolas de 16 bits, sabe apañárselas para generar la ilusión de desplegarse en todas direcciones, y en ese sentido es un ejemplo magnífico del tipo de magia que metieron en las casas las consolas de 32 bits.

Hoy creo que tenemos el ojo mejor entrenado, o a mí al menos me cuesta menos ver la, por lo demás, rígida estructura de los niveles, formados a base de secciones más o menos breves y que casi recuerdan más a lo cerebral de un juego de puzzles que al dinamismo y el flow que se le supone a un juego de plataformas. En Klonoa no eliminas a los enemigos saltando sobre ellos, sino que los «recoges», usándolos luego como proyectil para impactar en otros monstruos, conseguir ítems coleccionables o impulsarte hacia arriba, ganando un doble salto imprescindible para avanzar pero que también se usa ampliamente para conseguir objetos. Esta particularidad hace que los enemigos sean menos peligros como recursos que se te dispensan infinitamente para que resuelvas cada puzzle; lo más habitual es que se vea explícitamente el sitio en el que empieza y en el que termina cada desafío individual, aunque con gran inteligencia Klonoa funda unas secciones con otras, usando la cámara o las rutas alternativas para anticipar o mezclar zonas y peligros. Así, jugar a Klonoa es muy apetecible incluso hoy, tantos años después, por lo que tiene de sencillo y atemporal, de simple juego de plataformas en 2D, de los de toda la vida, pero con un punto de interés extra por lo bien medidas y ejecutadas que están sus ideas más propias, sobre todo las visuales.

Para cuando salió Klonoa 2, la cosa había cambiado lo suficiente como para que el interés en este tipo de juego fuera diferente; ese mismo año, 2001, salió el primer Jak and Daxter. Sin muchas novedades, y sin ninguna de peso real, Klonoa 2 sigue a rajatabla lo que había establecido el original pero utilizando las nuevas posibilidades de PlayStation 2 para hacerlo de una forma más espectacular. Para mi gusto, lo que se gana en agilidad y dinamismo se pierde en creatividad a la hora de diseñar niveles que se notan compactos y coherentes; con todo, y especialmente dentro de este Klonoa: Phantasy Reverie Series, resulta muy natural jugar al original y a la secuela uno detrás del otro, en parte porque la (agradecida) brevedad de los dos hace que juntos formen un dúo muy asequible y completo. Por lo demás, no es una remasterización especialmente ambiciosa: el trabajo de chapa y pintura es tímido y para mi gusto se podría haber aprovechado la oportunidad para poner en contexto los juegos y sus épocas, que son, como decía al principio, otras. En tanto que está a mano y funciona en sistemas modernos (con algún asterisco en el caso de Switch, donde el rendimiento tiene sorprendentes altibajos: cada día son menos exigentes los juegos que no consiguen tirar en condiciones en la híbrida de Nintendo), no me parece una mala forma de acceder a estos dos juegos, plataformas estimulantes, calmados y vistosos que en su día supieron cautivar a mucha gente desde la frontera entre la vanguardia y lo estrictamente clásico.

[ 7 ]

  1. RBR17RBR

    No metieron el Klonoa Beach Volleyball – [ 6 ]

    1. Alejandro

      @rbr17rbr
      Si no hay volly [-6]

  2. fnxvandal

    Recuerdo perfectamente esa demo que me vino en el clásico CD en PS2, que lindo era Klonoa 2, me encantaba.