El primer juego de Neil Gaiman

Análisis de Wayward Manor

Análisis de Wayward Manor

El señor Neil Gaiman es lo que por aquí llamamos “un tastaolletes”, un tipo que toca todos los palos, que cuela en todos los berenjenales y que se apunta a un bombardeo. Y lo mejor del asunto es que sus aspiraciones pluridisciplinares siempre han dado frutos jugosos: los tebeos de The Sandman son los que probablemente le otorgaron fama y prestigio, pero a Gaiman no le dio miedo de saltar a otros medios escribiendo novelas como Buenos presagios junto al gran Terry Pratchett o El libro del cementerio, ha trabajado en películas como la Beowulf de animación 3D —sin contar con las historias de su puño y letra en las que se han basado cintas como Los mundos de Coraline o Stardust— y hasta escribió el que, dicen los entendidos, es uno de los mejores episodios de Doctor Who de la última década. Le faltaba, eso sí, meter mano en el único medio cultural con posibilidades narrativas que se le ha resistido hasta hoy: el videojuego. Este Wayward Manor es su dedo gordo del pie probando cómo está el agua, el primer jueguico escrito por Gaiman. Y solo por eso merece nuestra atención.

He leído a gente que le pone a la altura de Boris Vian y Roald Dahl, pero yo no iría tan lejos. Para quienes no conozcáis la obra de Gaiman, os puedo decir que tiene ciertos puntos en común con la estética de Tim Burton. Mucha fijación por lo macabro desde un punto de vista un poco más místico, un mejor manejo de sus propios tics visuales, un catálogo de manierismos más variado, cierta fascinación por la comedia gótica pero también por la ciencia ficción y la fantasía. Se puede resumir en que a él también le gustan los fantasmas pero no tanto las ojeras. De hecho por ahí va Wayward Manor: encarnamos a un fantasma que lleva años atrapado en un cofre cerrado, en un desván de una mansión llena de trastos que ahora habita una familia de gentuza a la que, como buenos espectros, nos vemos en la obligación de expulsar a base de sustos.

Es una premisa que abordaba de una manera genial Haunting Starring Polterguy, un juego de terror cómico que EA lanzó en 1993 para Mega Drive sin resistirse a mostrar alucinaciones gore y cosas bien jodidas de su perspectiva isométrica. La idea parece que quedó en coma en los noventa y en los últimos años hay varios estudios intentando nutrirse de ella, como nuestros amigos colombianos de Glitchy Pixel con su Poltergeist o proyectos como Ghost Master o Haunt the House. Desde luego una temática con solo media decena de representantes en los últimos veinte años tiene mucho que explorar.

A Wayward Manor se le notan las pinceladas de Neil Gaiman desde el mismo inicio: su prosa florida hace acto de presencia con prisas —la primera cinemática, de hecho, incluye una voz en off locutada por el propio Gaiman—, como si fuese una marca de la casa, un broche que debe hacerse notar antes de que la aventura siga adelante. El diseño de personajes, muy caricaturesco y expresivo, también refleja esa mezcla de terror halloweenesco para toda la familia y cierto grado de tontería autoconsciente de dibujos animados locos. A partir de ahí empieza la tarea de sus desarrolladores, los muchachos de The Odd Gentlemen y, me temo, donde el barco empieza hundirse.

Se supone que Wayward Manor echa mano de un factor diferencial en esto de hacer que una familia entera se cague de miedo: que de algún modo podemos descubrir sus inquietudes y sus terrores íntimos para usar eso nuestro favor, echando mano de las scare tactics que mejor se ajustan a los temores de cada personaje. En cada nivel recibiremos el chivatazo sobre qué les pone los pelos de punta y la ropa interior marrón a los inquilinos de esa estancia: cosas como un ladrón que teme sobre todas las cosas romper algún objeto de la casa, una asistenta que no soporta los roedores, una madre vanidosa y soberbia cuyos vestidos son su bien más preciado… Pinchando en ciertas zonas interactivas del escenario destruimos la vajilla china, liberamos una rata o desgarramos un lujoso abrigo.

Análisis de Wayward Manor

Los problemas empiezan muy pronto, cuando uno se da cuenta de que ni los efectos de sonido llamativos, ni los puzles son satisfactorios ni las reacciones de los personajes resultan divertidas. Sus autores parecen haber olvidado que lo mejor de asustar a alguien es ver su rostro desencajado y su mirada paralizada por el terror; aquí los personajes simplemente huyen. Lo que podría ser un simple error de bulto, un descuido, se acentúa con unos puzles que ni siquiera merecen ese nombre, basados solo en el timing de hacer que una trampa se active justo cuando la víctima pasa por allí, limitándonos a hacer click una vez tras otra sin que el error sea castigado o penalizado más allá del sopor de volverlo a intentar. Cada susto acertado se añade a un contador de calaveritas en la interfaz y cuando ya están todas, los muebles empiezan a levitar y el personaje sale por la puerta. Siguiente nivel. Wayward Manor es un juego en el que el fracaso del jugador no importa, pero tampoco su éxito.

A la languidez de su devenir, se suma rápidamente la reina del tedio y la apatía: la repetición. Si al principio uno cree que debe averiguar cómo asustar a los inquilinos —hay múltiples formas posibles para cada uno—, a base de avanzar descubres entre bostezos que puedes terminarte el juego sin muchos problemas a base de hacer click en todos los objetos muchas veces. Es triste decirlo, pero al final el primer título en el que Gaiman participa de forma activa podría estar emparentado perfectamente con esos juegos de encontrar objetos ocultos en escenarios estáticos que le instalas a tu madre en su ordenador portátil para que se distraiga y no lea las barbaridades que dices en Twitter.

Análisis de Wayward Manor

Los que tenemos una buena opinión de Neil Gaiman esperábamos algo un poco más elaborado y original que una mansión donde nos toca pegar sustos, pero confiábamos en la habilidades de The Odd Gentlemen —sobre todo tras el muy disfrutable The Misadventures of P.B. Winterbottom— para transfigurar las ideas del escritor británico en mecánicas inteligentes y atractivas, en que la combinación de un prestigioso autor sin prejuicios y un estudio indie engendrase algo como mínimo digno. Nada más lejos: ha sido una decepción sin paliativos. Y aunque puede que eso suceda algún día, que juntos den con la tecla, hoy por hoy este Wayward Manor se merece volver al baúl del desván del que nunca debió salir. [4]
Redactor
  1. alejandreton

    @wharfinger_kyd dijo:
    No se podía esperar nada mejor de este gilipuertas. Qué malo es y qué mal me cae.

    Pe…pero…pero hizo the sandman!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

  2. Flamerats

    @alejandreton

    Pues por eso mismo.

    Los que no tenemos una buena opinión de Neil Gaiman…bueno, la seguimos sin tener.

  3. dani

    @flamerats, estoy contigo nene. ese tío es un brasas.

  4. Waznei

    Sandman mola, pero todo lo demás que ha hecho este tío en su vida es un poco mierda. Por lo que veo, sigue igual.

  5. rojovelasco

    Citándome a mi mismo:

    @rojovelasco dijo:
    Me la voy a jugar y voy a decir…. Zapatero a tus zapatos.

  6. Redgar

    @marcos_g dijo:
    Yo solo he leido The sandman y alguna otra cosa, nunca me he interesado demasiado por Gaiman, pero por curiosidad, que es lo que hace tener una opinion tan mala de el? (excuse me, no accents in this keyboard)

    @marcos_g
    Creo que Gaiman adolece de lo mismo que otros autores menores; a priori puede parecer un genio del estilo sombrío y macabro, pero luego se descubre cómo es realmente y termina por cansar. No pasé del segundo cómic/novela gráfica tebeo (¿qué coño se supone qué es?) de sandman y de los dos libros que he leído de él (neverwhere y American gods) me he llevado un chasco cojonudo, por no decir que la originalidad brilla por su ausencia (los dos cuentan la misma historia pero con distintos personajes). En fin, un ejemplo más de cómo se idolatra a veces a la gente porque se supone se mueve en un ámbito un poco diferente.

  7. Jorge Fuentes

    Lo típico de que análisis y bajona.

  8. Roibot

    Me gustó Sandman pero es verdad que lo demás que ha hecho es bastante flojete. Lo que no entiendo es el odio a este señor, a mi lo que me provoca son bostezos.

  9. Flamerats

    @marcos_g

    Lo mío se refiere al terreno del tebeo, en lo personal no te sabría decir. Igual es un tío de puta madre. A mí Sandman me parece el típico tebeo que te flipa cuando tienes 15 años porque «e! el cómic es maduro» cosa que Gaiman consigue a base de vomitarte referencias culturetas casi a cada viñeta, además de, en muchas ocasiones, emplear una narrativa confusa adrede y que no aporta nada. Es como si el tebeo confundiera utilizar una narrativa ultra barroca y mega compleja porque sí con ser adulto y sofisticado. Eso es, precisamente, lo que lo hace terriblemente pueril para mí.

    Hace poco me ha pasado con Los Invisibles. Otro que es de la misma época y que peca exactamente de lo mismo.

  10. R.

    @flamerats, veo que tienes a Herr Starr como avatar.

    Predicador es más maduro entonces, claro, porque dicen «hijo de puta» y «que te jodan» cada dos viñetas y podemos ver como Steve Dillon dibuja con una precisión exquisita un puño hundiéndose en la cara de algún panoli o a algún desgraciado comiéndose una pistola por orden de Jesse Custer y su palabra.

    Lo que «vomita» Gaiman no son referencias culturetas. Es folklore, adaptado y lleno de asociaciones a relatos que tienen cientos de años. Nada más y nada menos que lo que llevan haciendo todos los autores de cómic durante décadas, con más o menos originalidad. Tolkien, Stephen King, Alan Moore y también Garth Ennis, con sus dioses, demonios y vampiros, sólo por nombrar una ínfima cantidad de escritores. Por otro lado, la narrativa que a ti te parece confusa a mí me parece preciosa y completa, porque es lírica; es como leer un cuento. Por supuesto que está hecho a propósito. Lo deja claro desde el número uno: Si te quedas es porque has querido.

    Siempre me gustó The Sandman por esa forma de abordar la fantasía y el mundo onírico, y opino que la forma en la que se cierran las historias y los arcos argumentales es de diez. Muchos de sus diálogos son simplemente impecables. Lo leí con 17 años, lo releí a los 24 y hoy con 28 me sigue pareciendo de lo mejor que se ha hecho en la historia del cómic moderno. Muy por encima de la infumable cantidad de mierda que publican en su mayoría Marvel y DC últimamente: personajes absurdos e infantiles, productos sin alma e historias que se repiten hasta la puta saciedad.

    A lo que voy, joder, que se me va la cabeza:

    Obviamente puede ocurrir que este hombre no siempre esté tocado por la varita de la inspiración y saque mierdas de vez en cuando, como el juego que nos ocupa, pero sí que creo que este tío se merece un reconocimiento por las cosas buenas que ha creado. Las opiniones están ahí y algunas se las merece, pero soltar que es un gilipuertas y que es malo en lo que hace me parece gratuito y producto de conocer poco su obra.

    En fin, una pena que haya salido rana la cosa, porque de primeras pintaba interesante

  11. Flamerats

    @r

    Bueno, hombre no te me ofendas.

    No es cuestión de ser más duro o no. Para mí es mucho más simple. Es cuestión de ser entretenido, y tener ritmo. Para mí Predicador lo tiene, Sandman no, así de sencillo.

    Hombre y por supuesto que todo el mundo bebe de referencias, eso está claro, pero se puede hacer de forma más o menos sutil a eso me refería con lo de vomitar. Una cosa es hablar de la novela folletinesca del XIX o hacer algo que referencia a ese estilo y otra muy distinta es sacar a un personaje de una obra de ese palo y plantártelo en la puta cara mientras te dice: «é, pst mira, un personaje de una obra del XIX, mira, yo leo esta mierda, esta mierda mola, tú también deberías leerla»

    Pero vamos, que a mí, en realidad me la sopla cada uno se pica la vena con lo que quiere.

  12. R.

    @flamerats, que va hombre, si no ha sido en plan rabieta. Son opiniones.

    No sé, yo sí le veo ritmo. Ambas obras me gustan por lo que son y lo que no son, y ambas tienen sus luces y sus fallos. En el caso de The Sandman no tuve la sensación, ni cuando lo leí recientemente, de que fuera en plan «soy la puta reencarnación de Shakespeare y molo demasiado, léeme y observa cómo te hago la picha un lío con mis misterios y paradojas». Yo que sé, simplemente lo disfruté sin entrar en esos juicios y me pareció bonito sin rayar lo rimbombante.

    Pues sí, cada uno tira para lo suyo, y Gaiman tira para todos lados a ver qué pasa. No siempre funciona, parece ser.

  13. morfeuss77

    Mira a gustos colores, pero solo pido que se critique con criterio. Este tio no solo hizo The Sandman, que en su momento fue un soplo de aire fresco. Como escritor ha hecho libros como American Gods que si lo habéis leído opinareis de distinta forma.

    Que se ha vendido Gaiman, y es un CHOF. Correcto, pero no pongáis a parir al tipo en cuestión sin conocer su obra. Y sinceramente, criticar The Sandman es tener muy poca cultura de comic.

  14. natxopistatxo

    De este hombre sólo leí American Gods y desde entonces huyo de sus obras como de la peste. Sólo le daré una oportunidad a Sandman.

  15. Redgar

    @morfeuss77 dijo:
    Mira a gustos colores, pero solo pido que se critique con criterio. Este tio no solo hizo The Sandman, que en su momento fue un soplo de aire fresco. Como escritor ha hecho libros como American Gods que si lo habéis leído opinareis de distinta forma.

    Que se ha vendido Gaiman, y es un CHOF. Correcto, pero no pongáis a parir al tipo en cuestión sin conocer su obra. Y sinceramente, criticar The Sandman es tener muy poca cultura de comic.

    @morfeuss77
    Precisamente American Gods es el libro que comentaba antes; es largo (más en la versión sin edición que me tragué yo), tedioso y con un final no previsible si no te has leído niguna obra suya, claro.
    Y critico Sandman porque me parece que no engancha desde el principio, no como Ennis con su «The boys» que, si bien es cierto que tira de violencia y tacos, aborda el tema de los superhéroes de una manera diferente y totalmente plausible. y éso es lo que mola.
    Y no, no tengo mucha cultura de cómics, pero eso no quita que no pueda con Sandman (y lo he intentado).

  16. alejandreton

    @r
    Olé, bien expresado
    Yo tampoco es que esté muy metido en el mundo del cómic (de hecho de pequeño solo leía Mortadelo y Filemón, me iban más las novelas) y sólo ha sido últimamente (que tengo 19) que he empezado un poquillo con DC Marvel y el cómic adulto en general, y aunque The Sandman no lo he acabado todavía (creo que voy por la mitad), es lo mejor que he leído junto con Watchmen, Blankets, Black Hole y Asterios Polyp (que se los recomiendo a todo el mundo). Y lo de The Sandman tiene mérito porque no suelo leerme series tan largas, también tengo por ahí empezada Predicador por ejemplo.
    Sobre el juego; pues creo que lo había oído nombrar pero las ganas de jugarlo son muy pocas la verdad después del análisis.
    Saludos

  17. SkadiRED

    No tenía ni idea de que hubiera tanta gente con opiniones negativas sobre Neil Gaiman. La verdad es que este juego me llamó la atención por estar hecho por él, pero las reviews que he leído van a hacer que no lo compre, pues parece que ha sido un patinazo.
    Aún así, estoy de acuerdo con @r en todo lo que ha escrito, llevo leyendo a Neil Gaiman desde los 14 años, y creo que puede gustar o no, pero es un gran escritor y guionista, no un «gilipuertas». A quienes no os gustó American Gods (a mí sí me gustó, debo ser muy extraña), os recomiendo que leáis su último libro «el Océano al Final del Camino», he conseguido que lo lea incluso mi madre, que suele odiar todo lo que leo.
    En fin, a mí me encanta XD, ¡me sabe mal que os lo perdáis!.

    Pero no, no pienso comprar este videojuego. ¡Un saludo!