Análisis de Négone

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NOTA ACLARATORIA: Esta review ha sido basada en el “Négone: La fuga” situado en Madrid capital, que viene a ser la edición de coleccionista de Négone. Sus otras versiones (por lo que cuentan) son menos avanzadas y más pequeñas, por lo que avisados quedáis. Hay muchas fantasías en la vida. Muchos tipos de fantasías. Y hay quien dice, que no hay dos fantasías iguales. Yo discrepo. Hay muchos humanos que comparten fantasías, más aún cuando pertenecen a un mismo grupo cerrado como por ejemplo, el de los videojugadores. Y una de nuestras fantasías no – sexuales más recurrentes creo que ha sido vivir un videojuego. Hombre, no cualquier juego. Quiero decir, a nadie le gustaría perderse en Silent Hill de verdad ¿no? Pero una semana en la isla del DoA extreme o comiendo setas y reventando torgutas a patadas ya es otra cosa. El problema es que por muy realistas que sean los gráficos, no es lo mismo ver y controlar un juego que vivirlo. Por eso, unos muchachos más frikis que la baraja de Magic del Capitán Kirk, decidieron hacerla realidad y crearon Négone, vamos, lo que haríamos cualquiera de nosotros si nos tocara la lotería (y no tuviéramos apetitos sexuales). Sí amigos, Négone es, ni más ni menos, que un intento de hacer un videojuego en vivo, de ahí que esto vaya ser analizado, comentado y puntuado en Anait como si de un videojuego se tratase. Así que allá vamos.
analisis de negone
Lo primero que debería comentar esta review es el sistema de juego. Sí, yo también odio las reviews que parecen un manual de instrucciones, pero este es un caso un tanto especial, por lo que haremos una excepción. Al comenzar el juego se nos dan unas muñequeras futuristas con una pantalla de status y un sensor. Deberemos avanzar por salas llenas de sensores y monitores, al pasar nuestra muñequera por estos, se activarán unas secuencias de video que variarán según lo hayamos hecho, dónde nos encontremos, etc. Estas nos plantearán unas preguntas que deberemos responder en un tiempo muy limitado, acercando la muñequera al sensor y pulsando el botón de nuestra muñequera con la opción deseada. Si lo hacemos bien, iremos acumulando diversos ítems en nuestro inventario que nos ayudarán en nuestra misión y que desbloquearán puertas y caminos más interesantes que aquellos a los que llegaremos en caso de no haber acertado las preguntas. Bien, llegados hasta ese punto, uno puede pensar “vaya mierda, esto parece un trivial que se juega de pie”. Bueno, si piensas eso estás equivocado (a medias). Es cierto que a ratos da esa impresión. Pero en cuanto uno avanza y los niveles se complican, la cosa se pone mucho más interesante. Para empezar, porque algunas de las preguntas son ambientales, tipo “en esta habitación ¿qué pareja de números está pintada de rojo?” lo cual hace que la observación de toda la vida sea el doble de interesante. Por otra parte, empezarán a surgir obstáculos que requerirán de un verdadero esfuerzo físico. Sensores láser, cuerdas, redes… treparemos, nos contraeremos, nos arrastraremos, y los más apoltronados, sudaremos, así que id con ropa cómoda.
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Pero lo más interesante, lo que hace que Négone se parezca increíblemente a un videojuego, es su labor de exploración. Esta labor, desgraciadamente, no decide si vamos por el camino bueno o el malo, sino si avanzamos o no. Es decir, después de haber respondido correcta o incorrectamente el trivial, a veces se nos ordena que “avancemos hasta la siguiente puerta”. Problema: esa puerta no aparece por ningún lado. Y aquí empieza lo bueno: el diseño de los niveles hace que sea terriblemente ingenioso y divertido encontrar tanto los sensores secretos (que nos darán puntos extra) como el lugar por donde debemos avanzar. Eso logra momentos propios de la aventura gráfica: logra replicar a la perfección esa genial sensación de triunfo intelectual, de decir “joder, qué listo soy”. Y es que ese es el mayor logro de Négone: logra llevar un sentimiento típicamente videojueguil a la vida real. Y vaya si lo disfrutas.
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Por si eso fuera poco, tiene otro punto a su favor, punto que cada vez las desarrolladoras tienen menos en cuenta: la rejugabilidad. A Négone le interesa que juegues varias veces (al contrario que a las desarrolladoras de videojuegos, que les interesa que juegues sólo una vez a uno de sus juegos y te compres otro). Es por ello por lo que al acabar la partida te darán una tarjeta. Ésta tiene memorizados tus puntos y recorrido, así la siguiente vez que juegues te llevarán por otros sitios distintos. Si a eso le unes el hecho de que una partida normal dura algo así como una hora (por lo menos es lo que tardé yo en llegarme al final de la segunda de un total de tres fases), tienes varios motivos para desembolsar los 12 euros que vale la partida. Y bueno, ya que mi propósito es comentarlo como si de un videojuego se tratase, debemos tratar el tema técnico. Los gráficos son increíblemente realistas, aunque a veces se nota una ligera pérdida de resolución cuando me quito las gafas. El estilo artístico es muy propio de los juegos que usan el engine del Doom 3: corredores oscuros, escenarios futuristas y decadentes… pensad en la típica atracción de feria cutre de los láseres, que intentan crear una atmósfera agobiante a base de paredes pintadas de negro y fluorescentes. Ahora imagináoslo otra vez, pero bien hecho. Ese es el aspecto que tienen los interiores de Négone, y por increíble que parezca, aquí funciona a la perfección y sin dar sensación alguna de cutrerío. D e hecho, la impresión que produce está más cercana a un capítulo de “El rescate del talismán” en vivo que a una feria de barrio, lo cual es otro gran punto a su favor.
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El otro aspecto del apartado técnico a comentar es el sonido, como no. Aquí al igual que en el Ico, priman los silencios y los ruidos ambientales sobre la música. Y están muy bien usados, puesto que no sólo crean ambiente: también narran la historia mediante las comunicaciones y avisos de la prisión. Esto me lleva a la historia del juego: somos prisioneros del totalitario estado futurista de Mazzinia y acabamos de ser internados en un centro de “reorientación de la conducta”. Sin embargo, hemos logrado contactar con la resistencia gracias a la tecnología Intel (juro que esto no me lo he inventado yo), que nos ayudarán a escapar de allí. La historia no es que sea un dechado de originalidad y extensión pero se agradece que esté allí y brilla debido a la manera en la que la narran. Eso de que la historia se reciba “radiofónicamente” es algo de lo más curioso, y francamente apropiado para un juego de estas características donde las cutscenes se reservan para los trivials. De ese modo, sabemos qué está ocurriendo en otros lugares de la prisión (nos han detectado, hay una pelea en el basurero, etc) sin que por ello se interfiera o ralentice nuestra acción. Varios desarrolladoras de juegos “de verdad” (oh, la ironía) podrían aprender de ello.
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Sin embargo, este juego tiene sus defectos. Y estos se derivan principalmente de la falta de madurez de su género, lo cual los hace comprensibles. Por un lado, la ausencia de multiplayer duele un poco. Es bastante individualista, los compañeros generalmente estorban y no hay ninguna prueba de cooperación o competición, por lo que el único aliciente de jugarlo con los amigos se limita a salir de ahí y alardear de quién tiene la puntuación más larga y gorda. Y también se echan de menos más pruebas físicas, aún que es comprensible que hayan optado por que sean escasas y suaves para que se pueda jugar en la mayoría de los equipos (si esto lo hubiera diseñado un grupo de Pceros, sólo podría aguantar el ritmo físico Chuck Norris). Y sí, para algunos, una hora (máxime una hora que vale 12 euros) se les puede hacer corta, aún que no es mi caso. Para finalizar, tengo que admitir que me duele que los elementos más puramente videojueguiles como la exploración no influyan en absoluto a la hora de tomar un camino u otro, sino que lo más decisivo sean las preguntitas de trivial. Es verdad que sería más complicado diseñar los niveles, pero aún así uno no puede evitar imaginarse los enteros que ganaría.
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En conclusión: Se mire como se mire, Négone es una experiencia única. Nunca había jugado a algo así a pesar de que, al ser un videojugador, algunas de las sensaciones me resultaran familiares. Se ve que es una idea a la que le queda mucho por desarrollar, pero una gran idea que por fin alguien lleva a la práctica. Sí, seguiré soñando con el día que a algún friki multimillonario le dé por hacer un videojuego en vivo a lo bestia. Pero mientras tanto, Négone es real. Y una experiencia sólida. A la que volveré en cuanto tenga oportunidad y a la que todo aquel que esté metido en este mundillo debería ir al menos una vez en su vida y acompañado por sus amigos y seres queridos no jugadores para mostrarles lo que se están perdiendo. No, este juego no llega a alcanzar a nuestras fantasías, ni mucho menos. Pero sí que las roza con las yemas de los dedos. Y puedo asegurar que disfrutaréis con su tacto, aún que sea escaso. Plataforma: Mírate al espejo para saber la respuesta. Requisitos: Movilidad en ambas piernas, capacidad lectora, constantes vitales, sentido de la vista y el oído. Género: Aventura gráfica, puzzle, juego físico (como el DDR para que los nerds como vosotros os hagáis una idea) Distribuidora: Capitán Haya número 1, Madrid, 28020. WEB OFICIAL E INFORMACIÓN: http://www.negone.com PUNTUACIÓN: 7,5
Usuario
  1. Xavi Robles

    AnaitGames.com, estandartes del frikismo desde 2005.

    Es curioso. Pero me da la sensación de que se le podía haber sacado muchísimo más jugo, ¿no? No sé, meter pistolas láser, tías en bolas, etc. Aún así me gustaría probarlo.

  2. YaW

    Yo estuve hace un tiempo en el négone después de haber leído unas buenas críticas (como lo has hecho tú) y me parecio una MIERDA.

    No se que hiciste ahí dentro, pero a mi la primera partida me duro unos 15 minutos. A la segunda partida (que me salió gratis por unos cupones, porque no estaba dispuesto a pagar otra vez) me completé el «juego» entero y tardé creo que unos 40 minutos.

    Es bastante aburrido, las preguntas absurdas o imposibles. En fin, creo que es algo que hay que probar porque está curioso pero la verdad es que mi opinión sobre el négone es nefasta.

    Espero que algún día alguien haga algo parecido al négone pero que sea bueno y se asemeje más a una «realidad virtual».
     

  3. Ikael

    Hombre ¿cuándo lo hiciste y dónde? Tengo entendido que lo han remozado bastante y que de hecho cad año le meten un repaso y le añaden / quitan cosas. Eso por no mencionar que hay bastantes diferencias de un Négone a otro (tengo entendido que había uno fuera de Madrid, me parece que en Móstoles que era, en efecto, una mierda pinchada en un palo).

  4. Calvero

    Yo probé la pistolas laser y molaban, esto ya me gustaría probarlo, me suena un poco a la peli de CUBE , estaría guapo un juego como CUBE, con lanzallamas reales. cuchillas cortantes, habitaciones con gas… no me movería de la primera habitación Xdiosssss.
    Un Diez a la review por traer a anaitgames este estilo de juegos.

  5. sergio

    mirad, yo e ido unas 2 veces creo ke es uno d lo smejores uegos ke e probado nunca, me lo pase como nu enano, aunke el sistema m pillase en el nivel2. nunca e conseguido salir, pero el exo d eskivar lasers, y pensar ke soy importante en el juego es d lo mejor porke creo ke otra forma d jugar a un juego virtual prefiero esto a ke star sentado 2 horas con una mando entre las manos y con los ojos como huevos en frente d la tele, para los ke no an ido nunjca y tmbn para los ke an ido »es lo mejor ke e podido prvar, es una experinecia unica en el mundo y encima sta en la capital d madrid creo ke stais a huevo para provarlo y kien no lo haga ke piense ke no se lo perdonara nunca. aprovexar aora a provarlo porke nunca se sabe si lo van a kitar o no ( no creo ke lo kiten pero por si acaso como ocurrio con el d la makina) asi ke y ire muzas veces mas aunke el sistema me pille.