Análisis de Fairy Match

Buenas a todos. Mi primer análisis en Anait, y como no podía ser de otra manera, de un juego español no demasiado conocido. En este caso hago esta obra que pueda parecer benéfica porque el otro día, mientras Sam conducía la limusina camino al X06, me dijo que un personaje misterioso le había dado una tarjeta para que contactase con él. Le reconocería porque estaría hablando con Jade Raymond en la partida de Gears of War. Así que mientras todo el mundo creía que yo me hacía la foto para dar envidia a toda la escena creadora de videojuegos española, era realmente para distraer su atención. Y después, en una sala secreta, esta persona, de nombre David García, me enseñó el juego prometido: Fairy Match. Y tengo que reconocer, hermanos, que esa mierda era buena. Mierda de la mejor calidad. De la que crea adicción. Así que la introduje en mi Toshiba Libretto, y ya la analizaría con calma. Y así fue. Después de horas de dedicación a la causa podemos decir que estoy preparado para analizar el juego. Fairy Match (que no tiene nada que ver con el lavavajillas) es un juego orientado claramente al público casual (o si preferís la palabra castellana, público ocasional). Además, está hecho con dos duros. La música, por ejemplo, es un tema repetitivo, pero efectivo, que provoca que el apartado sonoro esté mucho más localizado en las vocecitas de nuestras queridas hadas, y además el sonido es parte importante de la jugabilidad. En el menú del juego nos darán la oportunidad de leer una carta de David. Un tío majo este David, que pone cartas en sus juegos. Cuando tenga más juegos nos mandará a ellos con la opción «Free Games». Una lástima que no esté en castellano. El objetivo del juego es ayudar a nuestra hada a crear uniones de hadas. El concepto es muy simple cuando se juega, pero tal vez al explicarlo pierda frescura. Os pondré un ejemplo. Como veis, hay hadas por doquier. Exactamente, las hadas aparecen en filas (en este caso tres), un grupo por la izquierda y otro por la derecha. Cuando se encuentran (más o menos en el centro), si son del mismo color se irán contentas, y si no se irán cabreadas (no haremos ningún comentario sobre las posibles connotaciones de hacer un juego sobre el color de las hadas). Para conseguir que se vayan felices, que nos den puntos y que podamos pasar de pantalla, tendremos que igualar los colores señalando con el ratón encima de cada hada, y mediante pulsaciones de los botones derecho o izquierdo del ratón, cambiar su color para que sea igual que el de la hada enfrentada a ella. Por supuesto, por así decirlo, el botón izquierdo hará avanzar los colores hacia delante, y el derecho hacia atrás (en este orden rojo, amarillo, naranja, verde, azul claro, azul oscuro y morado). Además, podemos hacer avanzar las hadas más deprisa para que nos den más puntos con la barra espaciadora. Esto que veis a la izquierda, como podréis suponer, es el mapa del juego. No, no podéis elegir pantalla, es un juego sencillo, recordad. Cuantas menos opciones le den al jugador menos se mareará. Así que después de la 1-1 viene la 1-2. Y cada cinco puntos cambiaremos de número. A veces incluso cambiaremos de decorado. Al principio os parecerá un juego más que fácil. Muy pocas hadas, muy pocos colores, y todo fácil. Pero la cosa irá cambiando pasito a pasito. El número de hadas se incrementará al crecer la cantidad de filas (en la imagen podéis ver cuatro), y los colores pasarán de tres a siete. Por suerte, para hacer las cosas más fáciles, tendremos una serie de ayudas. Por un lado los consejos de la Reina Hada (a veces incluso nos dará frases célebres), que nos irán explicando poco a poco los trucos para avanzar de la mejor manera posible en la partida. Pero, además, tendremos también otro tipo de ayudas. Cuando aparezcan en la parte superior de la pantalla ítems que nos darán más puntos: harán que las hadas avancen más lentas o que se conviertan en hadas blancas, que son una especie de comodín que casa con cualquier color de hada. Otras ayudas vendrán durante el juego gracias a nuestra amiga la hada, pero también es importante destacar que cuando dos hadas vayan a llevarse bien su expresión será de felicidad, y si no será de tristeza, lo que puede funcionar para cambiarlo rápidamente en medio de la acción. En conclusión, es un juego muy decente, muy casual, que no se debe pasar de un tirón porque te puede dar un jamacuco, y porque así no te durará demasiado tiempo. Técnicamente cabe destacar el aspecto sonoro con unas voces muy agradables. Yo tal vez vea en 19 dólares (o euros XD) un precio excesivo, pero es el mismo precio que paga la gente por Zuma, así que no es de extrañar. Os aconsejo que probéis la demo en la página web, y si os gusta ya os lo compráis. Nota: 6