Epidemia kawaii

Pokémon Go: Paseando a miss Pidgey

Pokémon Go: Paseando a miss Pidgey

Esta mañana he ido al médico. Me sentía espléndido, así que he decidido que acto seguido, y aprovechando que mi cita era a primera hora, iría a hacer varios recados que tenía pendientes: tenía que ir al banco, comprar un par de cosas para la casa, acercarme a una zapatería a consultar unos precios. Esta generosidad escondía, como imagináis, un objetivo secreto: explorar la ciudad de Pokémon Go en busca de nuevas criaturas que añadir a mi colección.

Pokémon Go es un nuevo spin-off desarrollado por Niantic, una empresa nacida en el seno de Google en 2010. Su fundador, John Hanke, dice en su biografía de Twitter estar «interesado en cómo hacer uso de la ubicuidad de la informática móvil (smartphones baratos + conectividad) de maneras que hagan avanzar a la sociedad». El avance de la sociedad está por ver todavía, pero lo de la ubicuidad parece que lo tienen controlado: aunque no se ha publicado oficialmente en buena parte del mundo, da la sensación de que ya todos lo tenemos instalado y listo para escanear los alrededores en busca de pokémones.

Pokémon Go: Paseando a miss Pidgey

La idea es sencilla: utilizando la geolocalización del móvil, nuestro muñecote se mueve por un mapa de nuestra zona al mismo tiempo que lo hacemos nosotros, físicamente, caminando o corriendo o en coche. Por todos lados hay Poképaradas: puntos específicos que coinciden con lugares emblemáticos de la ciudad (iglesias y monumentos, pero también grafitis o tiendas; son los puntos de interés de Ingress, el juego de Niantic en el que se basa Pokémon Go) y en los que se puede hacer check-in, a lo Foursquare, para recibir puntos de experiencia, Pokéballs y otros objetos. De vez en cuando se cruza en nuestro camino un Pokémon, y podemos capturarlo lanzándole una Pokéball; también hay gimnasios, que pueden estar asociados a uno de los tres equipos del juego y donde se desarrollan los combates.

Es un juego terriblemente simple y ni siquiera muy divertido; es adictivo, como lo era ir haciendo paraditas en Foursquare, pero por lo demás es una experiencia sin demasiada profundidad y que, como tantos juegos de móvil, no le tiene miedo a los tiempos muertos: podría discutirse que exista una partida como tal, y personalmente metería a Pokémon Go dentro de estas apps de fitness que gamifican el ejercicio para añadir a las rutinas diarias una capa extra de narrativa en forma de puntos de experiencia y niveles. A pesar de que no parece querer meterse en medio (como buen juego de móvil, es algo que hacemos mientras hacemos otras cosas), lo cierto es que es fácil, al menos al principio, meterse en el juego con una fascinación cercana a lo enfermizo: la exploración de las calles virtuales vía Google Maps personalizado está hecha del mismo material con el que se fabrican los memes más virales, los que nacen ya con un pie en el grupo de WhatsApp en el que está toda tu familia, ese que solo visitas una vez al año para silenciarlo durante 365 días más.

* * *

Pletórico de energía gracias al inesperado paseo mañanero, decidí que era hora de conseguir un pocillo de café y recargar energías: la vida del entrenador Pokémon y la del nerdo sudoroso que camina con la nariz pegada al móvil se cruzan justo en esa necesidad de cafeína para seguir funcionando correctamente. Fui paseando a la franquicia más cercana de una conocida cadena de cafeterías; siete Pokéballs y un Zubat después, la camarera me miraba desde detrás del mostrador sin saber muy bien qué pensar.

—¿Qué desea?

Estaba pegado al móvil como una hermana Kardashian a la hora del desayuno/la comida/la cena/en un funeral. Pido. La camarera me mira: desde fuera debe dar la sensación de que estoy enfrascado en algo que exige mi atención incondicional.

—¿Viene mucha gente por Pokémon Go? —pregunto, como había leído durante el fin de semana en algún reportaje sobre el juego.

—¿Eh?

—Pokémon Go, un juego del móvil —aclaro, enseñándole la pantalla—. Vas encontrando bichines a medida que andas…

—Ni idea.

* * *

Aunque se llame Pokémon y al principio puedas elegir entre un Bulbasaur, un Squirtle y un Charmander como tu compañero de fatigas inicial, la conexión con Rojo, Azul o Amarillo, las primeras entregas para la Game Boy original, se queda en los guiños. Pokémon Go es una propuesta muy distinta a los Pokémon de verdad.

Satoshi Taijiri, el creador de Pokémon, hablaba de la experiencia de «que te regalen una bicicleta, cazar bichos e ir a pescar» como una «compartida por todos los niños», y seguramente sea ese uno de los motivos del éxito de la serie. También la idea de, gracias a la división en dos ediciones (en España, Roja y Azul), llevarte la Game Boy por ahí e intercambiar Pokémon con amigos y otros aficionados usando el Cable Link: completar la Pokédex era imposible sin la ayuda de los demás, porque algunas criaturas solo aparecían en una de las dos ediciones del juego. Necesitas colaborar de manera directa con los demás. Las facilidades para el intercambio de Pokémon que dan las últimas entregas son útiles para el jugador avanzado, pero la experiencia Pokémon ideal sigue siendo la que se representa en el reciente anuncio de Sol y Luna: la del crío que traba nuevas amistades en el parque gracias al trapicheo de Pokémon.

El mundo de Pokémon invita a creer en la relevancia de las relaciones que se crean en él: las del jugador con su equipo, limitado a seis criaturas; con el mundo, que invita a desviarse hacia la hierba alta y examinar con curiosidad lo que nos rodea; con los otros entrenadores que proponen batallas sobre la marcha, en las rutas entre pueblos; con los líderes de gimnasio, que representan hitos en el camino hacia el ascenso final a la Liga Pokémon. Los personajes controlados por la máquina hablan sobre Pokémon, te dan consejos, te hacen preguntas, te proponen ellos mismos intercambios. El mundo de Pokémon pone de su parte: predica con el ejemplo para que el jugador entrene, intercambie, combata y explore.

El mundo de Pokémon Go, por el contrario, está desierto: es un mapa impersonal trufado de Poképaradas en el que no hay nada que hacer, aparte de andar. No me parece un mal concepto: cualquier cosa que implique levantar el culo del sofá y salir a la calle me parece bien, y entiendo que lo que en Pokémon Rojo eran NPCs aquí deberían ser otros seres humanos que también buscan bichitos en el mundo real, aunque por el momento Pokémon Go me parece una app de ejercicio mediocre disfrazada (cosplayeada sería el término científico adecuado en este caso) de ese Rey Midas infalible que representan Pikachu y compañía. El éxito es comprensible: es un juego diseñado con la retención en mente, y es fácil caer en el compulsion loop de las Poképaradas y los encuentros aleatorios con las criaturas. Como tantos juegos pensados para maximizar la retención de jugadores, no tiene demasiada profundidad: al contrario que los Pokémon tradicionales, las recompensas aquí se entregan en cantidades muy medidas y como resultado de acciones muy simples. Seguro que habéis visto alguna vez el ejemplo del Rattata (o su equivalente en el mundo real, si es que esa extraordinaria criatura realmente tiene una procedencia mundana) que sabe que si tira cada equis tiempo de una palanca sale comida del dispensador.

El propio John Hanke ha reconocido que las interacciones con Poképaradas y gimnasios están «en su versión más básica», y que tienen planeado expandir Pokémon Go para añadir, entre otras cosas, la posibilidad de intercambiar y combatir con otros jugadores, un «elemento central» de la serie que, según Hanke, encaja bien con el potencial de la app para unir a gente, como demuestran los cientos de encuentros felices que se pueden encontrar en Reddit, Twitter y otros sitios. Es un potencial real y que está ahí, echando un pulso mortal con esas estrategias de engagement y los micropagos que acechan como Gastlys al jugador con la promesa de acelerar ese compulsion loop que le tiene atrapado. Será interesante ver cómo evoluciona Pokémon Go hasta convertirse en un juego más complejo, o casi en un juego propiamente dicho, en realidad; estoy seguro de que las Poképaradas y los gimnasios seguirán ahí cuando lleguen las novedades, pero Miitomo me hace pensar que quizá los que no estemos para verlas seamos nosotros.

  1. Gegr is Win

    El último párrafo es más o menos lo que pensé con los 15 minutos que probé la app. Un lanzamiento limitado y nada depurado puede hacer que el usuario medio de smartphone tenga una mala impresión de lo que el juego pueda ser en el futuro.
    El juego no ha salido y ya todos los están probando (es demencial la cantidad de vídeos n Youtube, en serio). Pero también sucede algo más, la cantidad de recursos que toma el juego hará que muchos consideren si realmente vale la pena gastar los datos cuando no tienes una señal WiFi, y que la batería te dure un suspiro, sólo por atrapar un odish en medio dr la calle.

  2. el vodkis

    por el momento Pokémon Go me parece una app de ejercicio mediocre disfrazada

    Es que esto al parecer empezó a hacerse palabras mayores cuando Google sacó el April Fools de hace un par de años: Pokémon en Google Maps. No me extrañaría que le metan algo social/de ejercicio: claro que puedes coger a los bichos en tu casa si tienes suerte, pero para subir de nivel o abrir los huevos necesitas salirte fuera a darte un paseo. Me lo voy a copiar de una imagen que está rondando por internet pero bueno: a Michelle Obama le ha costado 8 años convencer a la gente de salir a hacer ejercicio y a Nintendo menos de una semana. Es la tontería que dices de ‘oye, tengo que sacar al perro’ o ‘debería bajar a comprar x cosa’ y entonces dices ‘pues mira, también pillo algún Pokémon’. Es como una motivación.

    Y lo de los micropagos quitando los inciensos tampoco me parecen demasiados necesarios: subir de nivel te da objetos de curación y cada Poképarada te da un par de Pokéballs, que tampoco necesitas mucho para los Pokémon normales. Que claro que puedes comprar, pero tampoco me parece algo muy necesario. Si quieres comprar algo es para ir más rápido en el juego. Dicho sea, si meten combates entonces quizá que sí desbalanceen el juego.

  3. jaimelapaz_jr

    Han empezado con mal pie. Si querían evitar colapsos de servidores e ir probando pues tendrían que haber mandado betas a algunos usuarios o así, lo que no puede ser es que los de Android se descarguen APK y lo jueguen prácticamente igual, mientras en Estados Unidos todo el mundo puede ya. Yo ando loco por que salga en la Store Española. De hecho he tratado de descargarlo de mil maneras y para iPhone es un follón…

    Me parece genial la idea del juego, y además es algo que creo que todos hemos soñado: SALIR A CAPTURAR POKÉMON. Por ahora el problema que le veo es lo de los datos, que a mi ya de por sí me vuelan como Pidgeys. El resto me parece una idea genial, y que sinceramente, no necesita de más historias. De hecho, la idea además de hacer ejercicio es hacer que la gente salga a la calle e interaccione con el mundo. Esto deberían haberlo implementado con algún tipo de medio red social o intercambiar e más personalización.
    También creo que será interesante que se hagan clases de eventos en las ciudades. Me los imagino más bien como los Animal Crossing: CAZA DE BICHOS hoy en la plaza del ayuntamiento. Claro, que se necesitaría un nivel de dedicación y de organización que quizás Nintendo no esté dispuesta a realizar.
    En definitiva, para que este juego se convierta en una experiencia duradera hay que motivarse mucho, y esto durará de por si solo un mes. Nintendo tiene que poner mucho esfuerzo.

  4. Gegr is Win

    @ayaxsoul
    Lo estás jugando? Sabes lo que significa salir a la calle con el teléfono viviendo en un barrio promedio de Aragua? No creo que la historia de Pinjed con el supuesto robo que terminó en risas tenga el mismo desenlace aquí xD

  5. Gegr is Win

    @ayaxsoul
    Imagina un Pikachu montado sobre la cabeza, y que el cartel que dejaron en la escena ijera algo así como «si vuelves a intentar capturar Pokémones por aquí, te dejaremos peor» xD

  6. lolskiller

    Es el Geocaching virtual. Quien no conozca el Geocaching que lo busque en google.Divertidisimo!

  7. nekomajinz

    Si quereis a pikachu echad a andar sin coger pokemon tras un par de manzanas ahí lo tendreis

    1. Iniciar la partida cuando tengamos acceso a la calle

    2. No coger a ninguno de los tres iniciales y empezar a caminar

    3. Caminar la distancia suficiente para que los iniciales vuelvan a reaparecer.

    4. Una vez hayamos hecho este proceso cuatro veces, Bulbasaur, Charmander y Squirtle dejarán su hueco a Pikachu, con quien podréis haceros sin dificultad.

  8. Selinkoso

    diferencias gameboy? aja! victor!

  9. chicoxin

    «Aunque se llame Pokémon y al principio puedas elegir entre un Bulbasaur, un Squirtle y un Charmander como tu compañero de fatigas inicial, la conexión con Rojo, Azul o Amarillo, las primeras entregas para la Game Boy original, se queda en los guiños. Pokémon Go es una propuesta muy distinta a los Pokémon de verdad.»

    Si no seleccionas ningún inicial y sigues caminando aparece pikachu y puedes capturarlo.

  10. Sams

    ese que solo visitas una vez al año para silenciarlo durante 365 días más.

    🙁

  11. Richter Belmonte

    Jajaja, lo del grupo familiar silenciado 365 días al año, ma matao, jajaja, eres un grande @chiconuclear, suscribo tus palabras una por una. Y gran articulo, como siempre. Qué sería la vida sin Anait??!! :3