Información y vídeos de Left 4 Dead 2

En GameSpy han tenido la suerte de probar lo nuevo de Valve, y la verdad es que tengo que reconocer que cada vez le tengo más ganas. No por casualidad, aún juego religiosamente a la primera entrega. El afortunado periodista se enfrentó a hordas de zombies en las campañas Swamp Fever y Parish, que imagino traducirán aquí como Fiebre en el Pantano y Parroquia. La primera campaña comienza de noche, lo cual le confiere un aire aún más fantasmagórico a los escenarios sureños. Desgraciadamente, no habrá animales por allí, lo cual habría sido todo un detalle, ya que podrían servir a los supervivientes para entretener a los zombies, so pena de la PETA. Sobre el pantano están las típicas cabañas, en las que protegerse de los malos, pero sólo temporalmente, ya que se rompen con facilidad. Una de las novedades de esta secuela es que cada campaña tendrá un infectado específico, al que Valve se refiere internamente como «common-uncommons». Por ejemplo, en Swamp Fever son una especie de hombres de barro que corren muy rápido a cuatro patas, lo que les hace difíciles de detectar, sobre todo cuando están en el agua. En la pantalla de la parroquia, el zombie específico lleva un traje de protección que le hace invulnerable al fuego de la gasolina o los molotovs, como ya vimos en algún vídeo anterior. Además, también habrá un nuevo tipo de infectado especial: el Spitter, que aún no tiene su diseño decidido. El muy cabrón escupirá unas flemas dignas de Eto’o, que harán que la zona afectada provoque daño a los supervivientes mientras permanezcan ahí, como si fuera una especie de gas mostaza, o las putas granadas de Gears of War 2. No hará mucho daño, pero será lo suficientemente molesto para que el grupo se separe y se convierta en pasto de la horda. El clímax del pantano es similar a los del primer Left 4 Dead, sin embargo, el de la parroquia no. Al final de esa campaña, los supervivientes tienen que cruzar un puente en mal estado, ya que les rescatarán si llegan al otro lado. Aunque parezca tarea fácil para un grupo bien cordinado, no lo es tanto, ya que los infectados no paran de salir, y obligan a los supervivientes a pelear por cada centímetro. El periodista promete que ha jugado mucho al título original, pero que jamás ha sentido tanta tensión como en este clímax. No le falta razón al redactor al apuntar que aunque el primero es un gran juego, al final, los niveles acaban convirtiéndose en un camino de un punto a otro donde mantener la posición y resistir las embestidas de las hordas y especiales, y volver a avanzar. Por eso, el clímax de Parish es diferente a lo visto anteriormente. Lo mismo dice de otra zona de esa campaña en la que hay unos 20 coches y 40 zombies. Los malditos automóviles tienen alarma, como ya ocurría en algunos momentos de L4D, lo que significa que hay que cambiar de estrategia, tener cuidao y afinar la puntería, ya que cualquier impacto sobre ellos activará la alarma y atraerá a los infectados. Eso puede acabar como el rosario de la aurora, porque con cada nueva horda, habrá más posibilidades de que disparemos por error a algún coche, y convertirse todo en un bucle infinito hasta que muramos o nos quedemos sin munición. En Left 4 Dead 2, las pastillas han sido sustituidas por inyecciones de adrenalina, que tendrán un efecto aún mejor: podremos usar los ataques de cuerpo a cuerpo sin cansarnos (ya que imagino que las nuevas armas harán que nos agotemos temporalmente, como ocurre con los culatazos jugando el modo Enfrentamiento actual) y los enemigos no nos frenarán si cruzamos entre ellos.