La nostalgia MAL

El terror dentro: videojuegos y el miedo al cambio

El terror dentro: videojuegos y el miedo al cambio

A mediados de junio Kim Kardashian anunciaba su primer videojuego, Kim Kardashian: Hollywood, e internet caía de rodillas, clamando al cielo como Charlton Heston al final de El Planeta de los Simios: “¡Lo habéis destruido! ¡Os maldigo a todos!”. Luke Plunkett llegaba a decir en Kotaku que Kim Kardashian: Hollywood estaba hecho «del material con que se hacen las pesadillas», como si no hubiésemos visto ya centenares de juegos de mierda sobre salir de fiesta con amigas, comprar ropita y acariciar a un chihuahua.

Volvía a manifestarse el terror permanente que persigue al jugador actual desde hace unos años: el miedo a que ese montón de indies barbudos con ínfulas, esos ejecutivos con juguetitos gestuales ridículos o esas amas de casa con pancartas amenacen con arruinar esto que tenemos entre todos y que tanto amamos, esta fuente de emociones intensas que nos sirve de refugio y de evasión. El apocalipsis de una fantasía masculina, la invasión de las madres preocupadas, los políticos censores, los artistas de medio pelo o los accionistas hambrientos, todos formando una legión demoníaca con el único objetivo de arrebatarnos los videojuegos. El puto fin de los tiempos. El acabose.

Esa reacción la hemos tenido todos alguna que otra vez en un medio que, por su juventud, todavía parece algo inestable y una víctima potencial de las inclemencias publicitarias, la última moda adolescente o la nueva ocurrencia de algún departamento de marketing donde la mezcla de estudios de mercado y cocaína pueden engendrar monstruos temibles. Nuestros motivos tenemos, desde luego: la evolución de los videojuegos no siempre ha respondido a la demanda de nuestro grupo de edad o clase social, y uno de los problemas de la democracia capitalista es que uno siempre cree que él y los suyos tienen razón.

El terror dentro: videojuegos y el miedo al cambio

Hoy en día seguimos teniendo nuestros jueguicos, seguimos jugando con pads y todavía no nos han dejado sin violencia, pero sí es cierto que cada vez nos mostramos más recelosos. Cosas como las persecuciones de Antena 3 —si algún loco mata a hachazos a su madre descubren que tiene una Game Boy polvorienta en el desván y poco les falta para atar cabos— nos han puesto en estado de alerta, nos han convertido en survivalistas paranoicos apostados en un búnker, con un dedo en el gatillo. Cada vez que una voz se alza para subvertir la cultura que rodea a los videojuegos, cada vez que una activista nos dice que hay que reducir el sexismo en el medio, cada vez que viene un tipo con una idea de aires artísticos como Mountain, cada vez que un videojuego propone hablar de la depresión o la homosexualidad o la política, miles de detractores se les echan encima. Unos porque se sienten atacados, otros porque temen que Los Otros se hagan con el control de su bienamado tinglado. Todos ellos unidos por un miedo atroz a perder no tanto los videojuegos actuales en sí como la idea nostálgica de los juegos como han sido siempre.

La semana pasada Katherine Cross hablaba de esto mismo en Polygon y lo ejemplificaba en un mensaje que recibió en el que le pedían que no hablase bien de Gone Home porque existía el peligro de que los desarrolladores se fijen en su éxito y nos quedemos para siempre sin juegos tradicionales. La afirmación es de un sectarismo casi preocupante, trazando líneas entre quienes son jugadores legítimos y quienes acaban de llegar con ideas locas en la cabeza que nos ponen a todos en peligro. “Ideas peligrosas”. Con las mujeres sucede un poco lo mismo: ¿cómo va a jugar a videojuegos una chica normal sin deformidades, sin sobrepeso y sin alguna forma de autismo? ¡Es imposible! Aisha Tyler, la presentadora de la conferencias de Ubisoft en el E3, tuvo que salir al paso de las críticas cuando dijo hace dos meses que ella amaba los videojuegos: miles de jugadores no la tomaban en serio porque es guapa, extrovertida y famosa, o por cualquier otro razonamiento ridículo.

El terror dentro: videojuegos y el miedo al cambio

La propia Katherine Ross le ponía un nombre sociológico que tomaba prestado a la periodista Susan Faludi: el sueño de terror, una metáfora para ilustrar un mecanismo psicosocial según el cual un recuerdo negativo se esconde en el subconsciente y sale a relucir cuando tenemos la percepción de que las cosas no están yendo exactamente como nos gustaría. Pasó con traumas como el 11-S, que provocó una ola paranoide que afectó a todos los ámbitos de la vida de los norteamericanos (desde su filiación política o su postura religiosa, hasta las medidas de seguridad en lugares públicos, pasando por su influencia en el cine de acción o el pavor generalizado a las maletas abandonadas), pero también sucede con amenazas más sutiles y continuas como las que han sufrido los juegos en las últimas tres décadas.

Jack Thompson, Leland Yee o Carol Lieberman son ejemplos de políticos y activistas que buscaban erradicar los videojuegos violentos, y por tanto la libertad creativa. Aquí tuvimos a la exsenadora navarra Rosa López proponiendo una prohibición similar a la UE. Ha pasado en Alemania, en Grecia y en Australia, así que ese miedo tiene algo de justificado, pero nos hemos vuelto tan sensibles que cualquier injerencia que consideramos externa es tomada como una amenaza. Hemos desarrollado un exagerado sentido de la fragilidad del videojuego, y como dice la Katherine, estamos en un punto en el que hemos pasado de temer que mamá nos quite la consola a temer todavía más que mamá quiera jugar a nuestro lado. No vaya a ser que rompa algo.

¿De qué tenemos miedo? Es comprensible ponerse a la defensiva ante los intentos de opresión de un sistema que pretende regular algo que ni entiende ni le interesa, pero tenemos un problema muy serio como comunidad si creemos que cualquier alteración en el ADN del videojuego es un peligro. La evolución de los videojuegos ha seguido la ruta del expansionismo, de alcanzar sectores demográficos antaño impensables, de llevar el medio a más lugares del mundo y de invadir otros campos creativos y otros estratos sociales; la influencia ha sido en ambas direcciones, la mutación es natural, y eso es bueno.

El videojuego ha alcanzado el estatus de arte industrial, de actividad lúdica que la gran mayoría de gente tiene en su salón o en su ordenador o en su móvil; ya no es esa actividad para niños con problemas de popularidad en el instituto, y no tiene ningún sentido que sigamos actuando como si aún lo fuera. Hay un proteccionismo irracional alrededor de los juegos que se extralimita y se convierte en agresión, un ánimo malsano de desacreditar al advenedizo, al supuesto poser, de desenmascarar a la chica que juega a videojuegos —llegando al abuso verbal en muchos casos— por alguna inquietante maquinación inconsciente sobre enemigos que atacan desde dentro o sobre gente que no tiene derecho a pertenecer a nuestro círculo cultural. Es un comportamiento reaccionario, una forma de estancamiento intelectual y de discriminación contra la que hay que educar al jugador.

El terror dentro: videojuegos y el miedo al cambioCuando era pequeño, si mi prima quería jugar conmigo al Balloon Fight y yo le decía que no, que ella no entendía cómo funcionaba, venía mi tío a mediar para que le cediese el mando. Si yo insistía en no permitirle jugar, mi tío volvía y me hablaba en un tono más fuerte. La tercera vez el aviso era con la mano en pleno cogote, y eso solía funcionarle. Quizá es lo que nos hace falta a todos: una buena colleja que nos devuelva el sentido común.

Redactor
  1. Frichis

    Cojonudo texto.
    Y parte del problema es que creo que en general, al colectivo nerd le gusta sentirse especial y diferente y les molesta que ese hobby, esa mierdita que tanto les gusta y que les hace estar «marginados por la sociedad» (en su cabecita) se vuelva mainstream.
    Lo mismo molesta que salgan cosas indies que «tienen mas de arte interactivo que de videojuego» (otra cosa que tiene miga, esas putas ganas de dignificar lo indie dejándolo fuera de lo que son videojuegos)y que hace que otros grupos sociales decidan acercarse, que el hecho de que haya cosas como CoD que vende millones y que «esta plagao de niños-rata y de casuals, no como mis colegas y yo que somos TOH PRO Y TO JARCOR».
    Bueno, eso y que internet nos ha vuelto a todos gilipollas.

  2. Santi F.C.

    ¡Que grande es el mundo del videojuego!

  3. METALMAN

    Es un tema complicado (muy bien expuesto, por cierto), pero más que el miedo al cambio, o al posible futuro en ciernes, hay un rechazo que tiene que ver más con el ahora y con los cambios ya sufridos.

    Los nuevos usuarios eligieron pagar por jugar on-line, por carecer de retrocompatibilidad (o mejor dicho, no protestaron por su ausencia). Disfrutan con juegos generalmente planos (que Last of Us sea una obra maestra es debido, en gran parte, a sobresalir por no ser condescendiente)…puedo disfrutar y vivir con ello, pero no es lo ideal.

    Lo critico, y eso no significa que me quite el sueño: Existe un mundo casi infinito de juegos antiguos y sistemas maravillosos, que buscaban ser más un reto que una buena impresión.

    El mundillo ha cambiado mucho, y en muchos sentidos para mal. Es algo aceptable y no creo que sea demasiado descabellado, aun con sus lógicas mejoras en otros aspectos.

    No dan miedo los juegos que introduzcan nuevas variantes (no al menos a los que ya vivimos en los 90 la explosión del todo vale en PC), ni los móviles, ni nada parecido: Da miedo la falta de criterio, las personas que juegan por convertirse en hábito social, y no por buscar la esencia del medio…sonará muy clasista, pero cada vez conozco a más gente que solo compra los títulos de moda, y que luego ni se los termina…porque otros de su circulo social también lo hacen. Y ese producto es el que vende, y el que se produce también para el que no lo busca.

    Wii fue un gran ejemplo de esto: el 90% de su catálogo eran productos pensados para costar poco y rentar mucho…su trascendencia, innovación y demás aspectos, eran secundarios. Esto no significa que no contuviera obras maestras, pero ahí estaba esa mayoría.

    Los juegos ya no los hacen los creativos que buscan financiar su idea, los hacen los inversores, contratando a esos creativos para hacer algo, lo más parecido posible, al modelo triunfador más próximo en el tiempo. Molyneux no hacía Fables, se los encargaba Microsoft, Bungie no hacía Halos (idem de idem), y la prueba que demuestra esto es que la mayoría de esos grupos y mentes privilegiadas abandonaron sus proyectos o compañías. (cuantos genios han abandonado lo que atrás crearon: Bioware, Rare…)

    Existe un mal sistema que se impone a pasos agigantados: hay quien creé que es miedo al cambio, y hay quien piensa que es por culpa de ese cambio ya fraguado.

    Saludos! y muy buen texto!!

  4. Mr. Arbogast

    Si, cierto, pero criticar también debe verse como un ejercicio sano. La razón nunca recae toda en una de las partes, siempre hay algo de cierto en todas ellas que hace crecer el sector, el que sea. El error está en la pataleta.
    Ayer muchos criticabamos Ubi en la noticia de AC:Rogue, yo el primero, pero aquí dejo constancia que los he jugado y disfrutado todos y cada uno de ellos.

  5. METALMAN

    @freecheeseburger

    Me gusta lo que has escrito, pero yo creo que el enfoque hacia los usuarios es un error (sean hardcore o no, llegarán a un punto en el que necesitarán algo diferente, evolucionaran). El problema real son los juegos (el mercado) que se están creando, y todo lo que les rodea.

    Ejemplos como el último Dungeon Keeper, el «free» to play, las cuotas, el nulo riesgo dentro del sector más comercial, la poca calidad de los productos (consolas que no aguantan una generación entera, bugs en los juegos), plataformas diferentes con cada vez menos matices (de ahí que destaque lo indie y se le excluya en cierta medida)…hay un mezcla palpable entre involución y evolución, y es la forma del medio, no del usuario.

    No se, igual estoy equivocado, pero no creo que sea un tema de egos o de clases.

    Saludos!

  6. octopus phallus

    Pues a mí lo que más me gusta de los rpg es precisamente ir de compras :<

  7. gonzalo_ht

    Gran artículo.

    Es en estas cosas donde más se nota que los videojuegos es una industria a la que le falta madurar mucho, tenemos un excesivo miedo a las modas, a que los mercados se llenen de juegos casuales, flappy birds o sucedáneos de Heavy Rain.
    Y son solo eso, modas, unos las seguirán y otros no, a algunos les irá bien y a otros, la mayoría, mal. Pero siempre tendremos los juegos «clásicos» aunque lógicamente con la evolución (buena o mala según para quién) que conlleva el paso del tiempo.

    Pero no nos engañemos, que algunos géneros estén caídos en desgracia y muchos otros se hayan vuelto a veces ridículamente sencillos no es por propuestas diferentes como Gone Home, Heavy Rain, o chorradas como que la Kardashian lance un juego. Simplemente es porque las desarrolladoras creen que así llegarán a más jugadores así que en última instancia es a ellas a quiénes hay que culpar o dar la razón por sus propios productos.

  8. Sehio (Baneado)

    Pues yo soy feliz.
    En los últimos años ha aparecido mucha porquería (DLCs ridículos, bugs enormes que a veces contienen un juego, suscripciones para lo que era gratis, hardware de mantequilla…) pero qué queréis que os diga, nunca ha habido un acceso tan fácil a todo tipo de contenido tengas los gustos que tengas. Antes una tendencia que resultase exitosa podía repercutir en casi todo lo que llegaba al mercado, pero ahora no. Ahora repercuten en lo que llega al Fnac, game y demás, pero ya no son el único sitio en el que adquirir juegos. Hay millones de Call of Dutys y similares, cierto, pero también hay millones de indis, semi-indis y juegos para toda la familia, el perro y la abuela. Elige lo que te gusta y no te quedes mirando fijamente a ese pequeño punto que no te agrada, porque el cuadro es enorme y si lo miras entero encontrarás lo que buscas. Si te quedas mirando ese puntico, pues acabarás pensando que todo el cuadro es una mierda. Así somos; le tenemos miedo al cambio cuando ni siquiera es un cambio, es una cosa más.

    Genial el texto, como siempre.

  9. kerunaru

    El miedo no tiene nada que ver con sentirse especial, de una determinada clase social o ser nerd; el miedo que tenemos viene provocado por el hecho de estar observando cómo la industria va camino a terminar siendo el puto hollywood de los video juegos, donde lo que predomina es ganar dinero con productos mediocres que todo el mundo consume.

    No. Si el video juego es arte, como bien decís en el artículo, me niego a aceptar que se vea relegado a eso. No es cuestión de miedo al cambio o de que el video juego haya pasado a ser mainstream, es cuestión de que, desde que Nintendo sacó la Wii, hemos estado viendo un giro en la industria basado en la captación de masas nunca antes vista. Y eso ha llegado a repercutir incluso en el control de calidad de los productos, donde ahora se afloja el nivel de dificultad para que la gente, digamos, no-hardcore pueda jugar sin frustarse y eso no repercute a todos porque, a la larga, no vamos a tener video juegos, acabaremos teniendo solo películas interactivas y no creo que queramos eso.

    Llamadme tremendista…

  10. Yurinka23

    Me quito el sombrero, señor @Pinjed

    Llevo más de 9 años haciendo juegos para móviles o navegadores / redes sociales, en gran parte ciertamente casuales, bien por adaptar los controles a las características de las plataformas o por adaptarlo al jugador medio mas casual, y permitir que muchos pierdan el miedo a meterse de una vez en esto de los juegos.

    El tema de ir bajando precios y acabar finalmente en F2P también vino por lo mismo, por adaptarnos a lo que iban pillando más los jugadores de estos formatos, torear la enorme piratería que allí reinaba y llevar los juegos a más gente.

    Desde el principio, tanto el grueso de jugadores como la prensa tradicional siempre ha recibido con bofetadas todas estas novedades videojueguiles (juegos para móviles, juegos casuales, juegos sociales, F2P, etc), con un cierto miedo y rechazo a la novedad, lo diferente y desconocido, como si esto fuese a destruir «los juegos de siempre».

    Algo parecido pasó en las consolas, con los Eyetoy, Singstar, Buzz, Wii Sports, Wii Fit, Bran Training, Nintendogs y casualadas similares. Lejos de destruir lo hardcore, sus buenas ventas a nuevos jugadores ayudaron a que PS2 fuese la consola de sobremesa más vendida de la historia, y que la anterior generación fuese la más vendida de la historia con Wii y DS a la cabeza. Lo cual ayudaba tanto a desarrolladores como jugadores hardcore, ya que ampliaba mercado y la pasta ganada por lo casual ayudaba a financiar lo hardcore.

    Por ejemplo el tema de que el mercado de móviles fuese tan grande y fácil de publicar facilitó que saliesen nuevos desarrolladores indies que hoy los jarcors amamos, como pueden ser Capybara o Vlambeer, por mencionar sólo un par (seguro que hay muchos otros mejores ejemplos), o que mucho desarrollador pillase experiencia profesional en juegos casualones para más tarde dedicarse a hacer juegos hardcore.

    Y bueno, el tema F2P ha acercado el videojuego a países donde la gente no puede pagarse las consolas y sus juegos que allí son horrendamente caros, además de desenbocar en cosas como LoL o Dota2 que a tantos jarcors gusta.

    Sin duda, al principio estas cosas no están pulidas, y con los años se van puliendo y mejorando conforme madura. Tampoco significa que nos tengan que gustar todos los juegos, ya que las cosas nuevas generalmente van dirigidas a otro tipo de gente, y a juzgar por la pasta que hacen y la cantidad de gente que juega algo les tiene que aportar. Y no es porque sean gilipollas, ya que teniendo docenas de millones de jugadores por título hace difícil de pensar que haya tanto tonto suelto.

    Pero vamos, la cosa es que no debemos temer a estos nuevos mercados, ya que al contrario de suponer un peligro para los juegos que nos gustan, refuerzan el mercado de los videojuegos, hacen que la novia no nos vea como un friki, y aportan algunos matices, ideas y nuevos desarrolladores que a largo plazo se irán puliendo y sumarán a lo hardcore, en lugar de restar.

    Es como el tema del racismo, la homofobia o el odio irracional a gentes de otras tierras. En el fondo es miedo a lo diferente y desconocido, y falta de autoseguridad. Cuando conoces a gentes del otro lado, te informas más y con los años convives y te acostumbras, al final ves que el que sean del otro lado no son el demonio. Son gente con quizá alguna diferencia que inicialmente parecia importante pero en el fondo es pequeña y para nada mala. Al contrario, hay algunas pequeñas diferencias culturales de las que incluso aprendes alguna cosa positiva y todo.

    @juanmac Si los medios donde se publican el libro del Rubius, los discos de Jesulín y las pelis como El Ete y el Oto son arte, los videojuegos también lo pueden ser. Ya sea por Journey o por el juego de Kim Kardashian.

  11. Flamerats

    OJALÁ los desarrolladores se fijasen más en Gone Home.

  12. RoNiN

    @pinjed, cada día tengo más claro que me tomaría unas cervezas con usted. Un aplaus!

    Me he sentido totalmente identificado con la primera parte del texto, la del apocalipsis.

  13. Panteroxid

    @sehio_spiegel

    Venia a decir casi lo mismo que tú, y no lo podría haber dicho mejor. Hay la suficiente variedad en el mundillo como para que ignoremos los «cambios» que no nos gustan. Cuando cambian algo en la nueva entrega de una saga, vease COD: Ghosts, y no te gusta, pue siempre puedes jugar a los anteriores.

    Creo que los «gamers» (odio esta etiqueta pero para el ejemplo sirve) quieren ser reconocidos por lo que ya han jugado, como si fueran veteranos que deben ser tratados con más respeto que los «sucios casual» que se meten en el mundillo. No les gusta saber que valen lo mismo que quien juegue un par de partidillas al LoL porque alguien se lo ha recomendado. Yo lo veo igual que si a alguien le llueven palos por haber disfrutado la peli de transformers de turno y no se haya visto las «obras maestras».

    Otra cuestión es que no nos gusta que nos cambien juegos para favorecer al publico. Un ejemplo de esto es como Street Fighter IV simplificó las cosas para llegar al gran publico. Muchos jarcors que se habian criado con el SFII o SFIII todavía se quejan de cómo el juego está hecho para tontos, en vez de agradecer que la saga que les gusta es más popular que nunca.

    El caso de Gone Home que se menciona lo comprendo a medias. Yo soy el primero que detesta los First Person Walkers, pero simplemente no los toco. No voy soltando bilis por todo internet. Su público tendrán, y siempre está bien que haya mas variedad de géneros. Lo que no está bien es lo que hicieron con el último Amnesia, por poner un ejemplo. Las IPs deberían estar limitadas a cierto género, mucha gente (yo mismo) nos llevamos una decepción enorme con A Machine For Pigs, porque el juego ya no asustaba y apenas tenía amenazas. Siempre me queda el primer Amnesia y la saga Penumbra, pero si A Machine For Pigs hubiera salido sin el nombre Amnesia muchos habríamos pasado de él y todos saldríamos ganando, porque el Dear Esther tenía su público.

    La conclusión de esto (y del 90% de problemas de los videojuegos) es que se necesitan más IPs nuevas, y punto 😀

  14. Bulba

    Mis dieses para usted sr. @pinjed.

  15. Koldo Gutiérrez

    Interesante (aunque obvia) reflexión.

    Pero, como ya hemos dicho varias veces por aquí, el de los jugadores de videojuegos es probablemente el público más conservador que existe. Sin ir más lejos, esa anécdota de Gone Home es directamente para ir a casa del autor del mensaje e ingresarle en un manicomio,

    Desgraciadamente, no hace falta irse tan lejos, este comentario de

    @flamerats dijo:
    OJALÁ los desarrolladores se fijasen más en Gone Home.

    …tenía un voto negativo cuando lo he leído, señal de que también hay mucho cegato conservador idiota por aquí. Una pena.

  16. pollomuerto

    El artículo fantástico. Al debate de los comentarios:

    El cine es arte. El cine es industria. El cine es masivo.

    La literatura es arte. La literatura es industria. La literatura es masiva.

    Los videojuegos son Arte. Los videjue…. ya sabéis como sigue.

    No todos los juegos buscan ser arte, ni todos ser super ventas, ni todos explorar nuevos caminos. Estamos en el mejor momento de la industria, una época de cambios, evolución y sobre todo, acceso. Los videojuegos han dejado de ser niños y han pasado a ser adolescentes. Con todo lo bueno (energía, experimentación y todo un futuro por delante) y malo (dudas, debates) que eso conlleva. Pasito a pasito hacia la madurez del medio.

  17. Andy

    La semana pasada Katherine Cross hablaba de esto mismo en Polygon y lo ejemplificaba en un mensaje que recibió en el que le pedían que no hablase bien de Gone Home porque existía el peligro de que los desarrolladores se fijen en su éxito y nos quedemos para siempre sin juegos tradicionales.

    Que mania tienen algunos con exagerar las cosas,como cuando hicieron la peli de final fantasy y decían que podría ser el fin de los actores de carne y hueso.

    Anait cada día te quiero mas.

  18. dagorlad

    A mí a estas alturas me la trae floja la comunidad de jugadores, al igual que me la trae floja la del cine. Yo juego para divertirme, no para demostrar nada ni ser más hardcore que nadie, y me da exactamente igual si salen 500 juegos malos mientras salgan 20 que me gustan. Y si quieren sacar 100 juegos de Paris Hilton o de Belén Esteban que lo hagan, también sacaron tropecientas películas de desatres o de animales gigantes en su día para al final ir desapareciendo y hacer una al año, las modas son eso, modas. Esto es una industria y como tal tiene que funcionar, quien piense lo contrario se equivoca porque lo que hace que sigan haciéndose juegos y del avance técnico es el hecho de que dan dinero, de lo contrario desaparecerían o serían una comunidad residual de gente que trabaja en su casa con medios pobrísimos.

  19. Selinkoso

    Vivo en un país en el que el videojuego es tabu, no lo comentaba con nadie y mis espacios de comunicación eran limitados. Me creía como dice @freecheeseburger especial y diferente, único por ser parte de un movimiento que es atacado y juzgado.

    Sin embargo cuando salio JOURNEY o FLOWER la cosa cambio: ante las criticas, ante los juzgamientos, y ante las dudas narrativas y artísticas de muchos, solo respondo e incentivo bajo todos los medios y todas las personas que pueda a jugar un juego como este, y entusiasmarse con otros indies, me sirve de respuesta positiva ante la mierda que a veces se nos llega a lanzar. Ahora estoy abierto al cambio, a las buenas ideas y a que en todos los planos de la industria haya espacio a las criticas, opiniones y formas de ver el videojuego muy diferentes una de la otra, y eso incluye los juegos de siempre y las nuevas ideas en el mismo plano. Por que actuar con respeto nos permite exigirlo con madurez, guevos e inteligencia.

  20. TioBraulio

    Cuanta razón tienes… Pero coincidirás conmigo en que cuando por fin tu prima cogía el mando, se acababa la emoción.

    Es eso lo que en el fondo tememos, finalmente nuestro tío nos dará el pescozón y nustras primas volverán a coger el mando…

  21. Jaeger (Baneado)

    Atacais algunos a los «nerds» porque les rompen el juguete que les hacía sentirse especiales mientras se defienden inmundicias indies cuyo único mérito es lo extravagante/vintage/único y que son el equivalente a cualquier porquería hipster

    Ahí, coherencia ante todo. no defiendo a los nerds, pero las ínfulas adultas y «artísticas» de algunos con algo que no deja de ser un juego me dan ganas de vomitar.

  22. sauron

    Y luego somos los primeros en despreciar una consola porque no es tan potente como las otras dos y todas las thirds, incluso los indies, la ignoran.

    Así es imposible que este medio sea tomado en serio. Es como en el cine, los entendidos, solo quisiesen ver películas con buenos efectos especiales.

  23. METALMAN

    @ivb1973 dijo:
    Por lo que decís @pinjed y @metalman, parece que ser que el problema está en el criterio que hace avanzar al medio (y a la industria), que debe discernir entre lo bueno y lo malo de dichos cambios y actuar en consecuencia.

    Ahora hace falta que este criterio «colectivo» nos lleve a buen puerto y esta normalización del medio (que como bien apuntáis ya ha sucedido) también evolucione y aporte algo más que precios abusivos y títulos mediocres.
    Como no existe tal cosa como un criterio colectivo imagino que al final acabará pasando tanto lo bueno como lo malo en distinta medida (como ya va sucediendo).

    Creo que has dado de pleno en el auténtico problema: puede que antaño existiera un único criterio (a grandes rasgos), y que los jugadores se pareciesen mucho más entre ellos. Es posible que hoy toda esta confusión, o miedo, como dice @Pinjed, sea por la diversidad de criterios existentes (si es que existe tal criterio, que también podría ser el problema): ¿que buscamos en un videojuego? ¿que es un videojuego? ¿que hay que exigirle?

    Muchas veces digo cosas que suenan muy clasistas, y no es la intención, pero creo firmemente que existen sectores que no saben ni tan siquiera que exigirle a un juego.

    Se me ocurre una analogía un tanto extraña pero verídica: Yo de pequeño jugaba al Pale (creo que se llamaba así ) (esa copia del magnífico Monopoly) y al no tener ejemplos para contrastar su calidad, lo veía bien válido…el problema era que, una vez jugabas al auténtico, se notaba que estaba mucho mejor planeado, que las partidas duraban menos y que era casi imposible que varios jugadores llegasen a puntos muertos, forrados hasta los topes. Uno estaba estudiado y el otro no.

    Creo que vivimos un momento a rebosar de Pales, y con gente que aun no ha probado el Monopoly…

    Saludos!!

  24. elevenVagrants

    @yurinka23 dijo:
    Lejos de destruir lo hardcore, sus buenas ventas a nuevos jugadores ayudaron a que PS2 fuese la consola de sobremesa más vendida de la historia, y que la anterior generación fuese la más vendida de la historia con Wii y DS a la cabeza. Lo cual ayudaba tanto a desarrolladores como jugadores hardcore, ya que ampliaba mercado y la pasta ganada por lo casual ayudaba a financiar lo hardcore.

    Por ejemplo el tema de que el mercado de móviles fuese tan grande y fácil de publicar facilitó que saliesen nuevos desarrolladores indies que hoy los jarcors amamos, como pueden ser Capybara o Vlambeer, por mencionar sólo un par (seguro que hay muchos otros mejores ejemplos), o que mucho desarrollador pillase experiencia profesional en juegos casualones para más tarde dedicarse a hacer juegos hardcore.

    Y bueno, el tema F2P ha acercado el videojuego a países donde la gente no puede pagarse las consolas y sus juegos que allí son horrendamente caros, además de desenbocar en cosas como LoL o Dota2 que a tantos jarcors gusta.

    Comentario totalemente acertado. He estado gritando eso por los cielos desde hace años.

    El miedo irracional de muchos jugadores a aceptar los cambios actuales en este medio los lleva incluso a despreciar a las personas. Acepto que me da miedo que algunos cambios sean para mal, pero la clave esta en esperar a que las cosas maduren. Los videojuegos son un medio joven.

    Puede que los medios de distribucion cambien, que lo fisico este ya mas alla que aca, pero las experiencias seguiran ahi. Somos la generacion que vio el nacer de muchos (algunos, de todos) los generos actuales y estoy seguro que no los dejaremos morir. Yo estoy seguro que en 20 años seguire jugando un nuevo plataformas o un nuevo RPG junto con el siguiente endless runner (o lo que sea que sea popular en esa epoca) a la par de mis hijos y esposa. Y si no, ahi estaran mi MegaDrive, GameCube o GameBoy esperando a darme HAMOR.