Contra llama y marea

Avance de Dragon Quest VII Reimagined

Dragon Quest VII Reimagined
Square Enix / Bandai Namco
PC, Switch 2, Xbox Series X|S y PlayStation 5
05 de febrero de 2026


Las ganas de vivir una buena aventura son inagotables. Por mucho que pasen los años y hayamos visto, leído y jugado multitud de historias guiadas por los mismos puntos clave de la tan abordada fórmula del viaje del héroe, hay algo en esta estructura narrativa que nos cautiva cual canto de sirena. ¿Que el hijo de un pescador quiere salir de su isla natal impulsado por el ávido deseo de conocer lo que le espera fuera del hogar y ampliar los límites de lo que hasta ahora ha sido su mundo? No necesitamos mucho más para preparar el macuto y emprender marcha a su lado. Luego solo hace falta añadir una pizca de amistad y compañerismo en forma de grupo de protagonistas, una dosis de premura por aquello de salvar el mundo y un territorio plagado de seres que lo doten de vida; visto lo visto, Dragon Quest VII Reimagined tiene todo esto y más.

Dragon Quest es una de esas sagas de rol que incluso para quienes no hayan disfrutado de unas entregas es toda una institución, un estatus ganado a pulso década a década. Veteranos de los jrpgs al margen, habrá quien conociera la saga cuando se publicó en PlayStation 2 El periplo del rey maldito, incluso quien diera sus primeros pasos con Dragon Quest XI o con spinoffs como Dragon Quest Builders, incluso, ¡por qué no!, quien no haya jugado aún a ninguno. No hay problema, nunca es tarde, expertos y neófitos somos igual de bienvenidos a vivir estas aventuras y Square Enix se está encargando de facilitarlo a base de remakes y reimaginaciones: Dragon Quest III HD-2D Remake, el primero en orden cronológico de su historia, el año pasado, seguido de Dragon Quest I&II HD-2D este año para completar la trilogía que lo empezó todo; el regreso de la séptima entrega con un cambio de imagen aún más destacado para continuar este vistazo al pasado sin renunciar al pulso del futuro.

Los dos HD-2D Remake exhiben el brutal trabajo detrás de un regreso a un pasado ya bastante lejano, permitiendo que estos tres juegos no chirríen casi 40 años después. La estética parecía convincente en los tráileres y con el mando en la mano era incluso mejor, una fórmula a todas luces idónea para este tipo de juegos de ahora en adelante. Quizá por eso sorprendió el siguiente paso de la saga al escanear unas adorables marionetas y convertirlas en los personajes jugables que recorrerán una serie de dioramas en el nuevo Dragon Quest VII Reimagined, disponible en febrero del año que viene. Se trata de una apuesta estética arriesgada, puede que no convenza de primeras, pero quien se encuentre dubitativo seguramente despeje toda duda una vez lo pueda probar; el juego se ve tan bonito que no podemos dejar de salivar ante la posibilidad de recibir futuras reimaginaciones con este estilo en el futuro.

En la sesión de prueba a la que tuvimos acceso pudimos jugar dos misiones principales del juego, una intuimos que cerca del comienzo, a la vista de los niveles de los personajes y el número de héroes en el equipo, y otra en un punto más avanzado en la cual las posibilidades a la hora de trazar estrategias en el combate era muchísimo mayores debido a la variedad de personajes y habilidades de cada uno de ellos. En la primera de ellas participamos en el festival de una aldea habitada por los pueblerinos más simpáticos que uno pueda echarse en cara, un grupo de buenas gentes que sin saberlo está alimentando su propio final; para impedirlo deberemos enfrentarnos a un jefe final que puede convertirse en un muro infranqueable para aquellos que acudan a dicho combate de forma apresurada y sin el conocimiento necesario.

Reconozco que aquí pequé de novato al no aprovechar el tiempo en los comercios locales, tampoco revisé qué equipamiento estaba a disposición de mis héroes y evité multitud de enfrentamientos en la mazmorra que me hubieran permitido subir más niveles. Esto no me condujo a la derrota, pero sí a un combate eterno en el que si tuviera que comparar mi desempeño con alguien sería el de Sísifo. La responsable de Square Enix nos había comentado que de los dos jefes finales el más difícil era el de la segunda misión, así que sufrir con el primero de ellos sirvió para renunciar a la estrategia de avanzar sin pensar y empezar a utilizar la cabeza. Supongo que fue un bautismo necesario ante la fórmula Dragon Quest.

Esta primera misión ya es más que suficiente para disfrutar del atractivo del mundo de Dragon Quest VII Reimagined: los escenarios tienen un encanto particular, todo se ve tan bonito que apetece habitar hasta la más peligrosa de sus cuevas; la localización está tan pulida que rápidamente se consigue una inmersión idónea para ser partícipes de la historia que nos cuenta el juego; la banda sonora es capaz de lograr la emulsión perfecta de todas las partes para que la experiencia se sienta como un todo bien elaborado… lo tiene todo para convertirse en uno de esos juegos a los que le dedicas solo un rato más y cuando te quieres dar cuenta está más cerca el amanecer que el atardecer. 

De lo que hemos podido jugar solo hemos visto un par de aldeas, el interior de un volcán y una torre, pero el diorama más bonito de todos fue el que hacía las veces de pequeño mundo abierto a recorrer entre distintas localizaciones, una vasta superficie acuosa en la que se reflejaba la luz de la Luna mientras surcamos las olas en nuestra embarcación. Si extrapolamos las buenas sensaciones que tuvimos al recorrer estos escenarios a todo el juego la ilusión no puede hacer más que crecer. Por suerte este es solo uno de los puntos de Dragon Quest VII Reimagined que son, como poco, ilusionantes.

Un mundo atractivo está muy bien, pero es necesario que no sea un cascarón vacío. Por lo visto hasta ahora, sin conocer la historia original que es una garantía ya probada, es más que suficiente para saber que en esto tampoco va a fallar este Dragon Quest VII Reimagined. Tanto la problemática del primer pueblo como la situación más que límite que vivimos en la segunda misión demuestran que viviremos todo tipo de quebraderos de cabeza en esta aventura. Conseguir que los personajes —siendo generosos— secundarios brillen con tan poco tiempo en pantalla es meritorio, pero se antoja necesario para que nuestro empeño no resulte artificial.

El equilibrio de la trifuerza de este Dragon Quest VII Reimagined es la clave de su éxito. Más allá de ofrecer un mundo atractivo y tener una historia que te atrape, sin olvidar la esencial labor de localización que ya brillaba en otras entregas de la saga, el nuevo juego de Square Enix tiene un sistema de combate que nos permite encarar cada combate de multitud de maneras. Dejando a un lado las opciones extradiegéticas como la velocidad de las acciones —llegado el momento optar por aumentar el ritmo puede ser muy útil para que no sea muy pesado superar ciertos combates—, podemos elegir distintas estrategias para cada uno de los personajes de nuestro equipo en función de si queremos un planteamiento más conservador, arriesgado o equilibrado; por poder podemos limitarnos a ver cómo luchan por nosotros.

Lo mejor de la segunda misión que pudimos probar fue comprobar lo divertido que resulta afrontar cada combate con un equipo de cuatro personajes a buen nivel y una cantidad de ataques, hechizos y recursos tal que nuestra cabeza no pueda más que chisporrotear ante el sinfín de posibilidades. Cada personaje exhibe su forma de ser y sus características a través de sus ataques y habilidades, permitiendo que la lucha también nos sumerja más aún en este viaje. El enfrentamiento contra el segundo jefe fue tan emocionante que los nuevos compañeros de la aventura lograron hacerse un huequito en nuestro corazón dado su espléndido desempeño. Dejando al margen los aspectos más románticos de estas contiendas, todo elemento del combate está reflejado de forma clara para facilitar la lectura de la situación: debilidades, fortalezas, puntos de magia o salud, efectos de estado… una serie de puntos clave del género que en este Dragon Quest VII Reimagined, por supuesto, están a la altura.

Dragon Quest VII Reimagined será la tercera vez que la histórica saga de rol japonés aborde su séptima entrega, tras Dragon Quest VII: Fragmentos de un mundo olvidado, publicado en PlayStation hace un cuarto de siglo, y su versión para Nintendo 3DS, lanzada en 2013 —en 2016 fuera de Japón— con una duración más asumible al pasar de las más de 100 horas del original a unas 75… si solo tenemos en cuenta la trama principal, claro. No sabemos aún cuánto tiempo necesitaremos para completar este Dragon Quest VII Reimagined, pero sí que tras jugar algo más de una hora nos hemos quedado con ganas de mucho más. En algo menos de tres meses podremos hacerlo cuando se publique en sus versiones de PC, Xbox Series X|S, PlayStation 5 y Nintendo Switch 1 y 2.

Graduado en Periodismo y Comunicación Audiovisual por la universidad de lo de Cifuentes, Juan es una de las voces de NAT Moderada y ha colaborado en medios como BreakFast, Desayuno Continental y Cocinando Fandoms. Observador nato, le encantan los gatos y si algún día ves que te mira intensamente es porque quiere grabar un podcast contigo.