Presentación de The Beatles: Rock Band

John & Paul & Ringo & George. ¡BAM! ¿Habéis oído eso? Han sido vuestros sesos al preferir explotar antes que intentar concebir la awesomidad que esconden estos cuatro nombres. O también puede que sigáis todos ahí, algo asustados pero aún vivos, como consecuencia la inmunidad desarrollada tras el reciente bombardeo mediático al que os han sometido con motivo del lanzamiento conjunto de The Beatles: Rock Band y los trece discos remasterizados del eterno cuarteto de Liverpool. A tal efecto tuvo lugar también una reunión de rutina en el anodino y gris mundo de la prensa videojueguil y musical. Una austera congregación de medios a los que, de forma insulsa, lenta y aburrida, se notificó la existencia del juego junto a la ya mencionada colección remasterizada. Pero para qué engañaros más, aquello fue un tremendo fiestón en plena sala de baile del Círculo de Bellas Artes de Madrid con concierto incluido del que, alegres por estar vivos y al ritmo de algún himno de estos señores, aún podéis saber más haciendo clic en «Leer más».

Ticket to ride

Y por fin llega uno al sarao, sólo para descubrir con horror cómo la llamada de los videojuegos, música y canapés no ha atraído únicamente la atención de los trabajadores dedicados y elegantes de la prensa de entretenimiento patrio. Miles, ¡qué digo miles!, millones de personas luchan por un pedazo de espacio vital en la preciosa sala coronada por el improvisado escenario y salpicada de vitrinas expositoras con carátulas o fotografías inéditas del grupo, y un photocall. ¿Un photocall? ¡Horror! ¿No será que…? En efecto, un par de vistazos y queda confirmado que parte de la flor y nata de la industria musical y aledaños es también target de la presentación: Chenoa, Hombres G, Melendi (wow!) se dejan ver y fotografiar por allí. Para compensar, y confirmando la existencia de algún tipo de karma, también veo a Carlos Jean (de quien sí ponemos foto), Macaco, y algunas caras conocidas más ((Entre ellas la que me pareció ser de Russian Red, y Lourdes… como te hayas inventado el acento argentino para evitar la conversación, me va a parecer fatal :()).

It’s been a hard day’s night…

Pero antes de nada, atajemos rápido la recurrente situación que se da cuando se habla de/elogia a los Beatles. Alguien se acaba levantando y dice: — Pues no fueron para tanto porque ñañasobrevaloradosñañaña y mimiesteotrogurpoquemimimi, y… — Venga, a tu caverna ((pun intended)). ¿Ya? Bien. Vale que tal vez no te vuelvan loco, pero negar que uno de los grupos que mayor impacto ha tenido en lo que se entiende por música moderna ha sido el de los Beatles es tener un concepto de música moderna que no nos vamos a poner a discutir aquí porque a) no es lugar, y b) no tenéis corazón. Mejor que yo y con argumentos (sólo tal vez) más elaborados, pudiera tratar de convenceros Julián Ruiz. Os animo a que intentéis encontrar a alguien en este bendito país que sepa más y mejor de los Beatles que este señor porque sinceramente, yo creo que no se puede. Ha entrevistado a la banda y a gente del entorno en numerosas ocasiones, y después de 42 años capitaneando el buque insignia de adoradores de los Fab Four ((en algún momento tenía que empezar con los nombres alternativos, era inevitable y lo sabéis)), seguro que no es tarea fácil. Habló del complejo proceso que supuso la remasterización de las grabaciones originales, y del periplo que han recorrido hasta acabar convertidas en protagonistas de un Rock Band. — ¿Pero qué es The Beatles: Rock Band? — Un Rock Band basado íntegramente en canciones de los Beatles. — Ya… pero es que yo no he jugado al Rock Band. — Bueno, pero eres consciente de que existe un juego para consolas llamado Rock Band y que la gente juega a él con instrumentos de plástico emulando a músicos famosos al ritmo de barras de colores que bajan por la pantalla, ¿no? — Sí. — Bueno, pues ponen a la venta un montón de canciones para que la gente se descargue desde casa. Si ven que van a tener mucho éxito las empaquetan en un DVD aparte como hicieron con el Rock Band basado en AC/DC. Si no tienen éxito, muchas sólo obtienen un par de cientos de descargas del catálogo virtual. Si tienen un tirón bestial y hay decenas de miles de personas esperando como locos un recopilatorio de temas de un grupo, le hacen un juego a medida con todo lujo de detalles y mimo. — Aha… — Bueno, pues esto último es lo que ha pasado con los Beatles.

Love me do

Giles Martin, co-productor del juego, nos habló de las novedades que introducía ésta con respecto a las anteriores ediciones de Rock Band: como ya nos avisó Pep en su momento, existe una más que esmerada reproducción de los elementos representativos y estética del universo Beatle en las pantallas del juego. Comentó además que se había incluido la opción de conectar tres micrófonos simultáneamente con el fin de poder cantar y emular ((y de poder terminar odiando a más amigos aún por arruinar una canción)) las armonías vocales de las canciones. En el juego se podrá tocar en las salas ya míticas como otrora lo hicieran los reverenciados, desde The Cavern hasta el tejado de Apple Records. También se incluyen grabaciones inéditas de charlas de los miembros de la banda durante las sesiones de grabación, reproducciones virtuales de los trajes, y demás imaginería Beatle. Vamos, todo un caramelito para quienes disfruten de estas cosas del fandom. El modo historia, como se intuye, hará progresar en las melodías desde los primeros jits hasta los últimos tiempos de estudio de la banda, mostrando fotos y vídeos a lo largo del mismo para intentar transmitir al jugador la sensación de estar drog inmerso en el universo del juego. Sonando todo esto tan estupendamente como suena, desde AnaitGames no podemos dejar de relamernos pensando en lo que podría llegar a conseguirse con todos los medios aquí vistos invertidos en un proyecto para producir un crossover del estilo Band Hero: Beatallica. Aún con todo, lo que pudimos ver no pintaba nada mal.

Can’t buy me love… or can it?

En la edición limitada bundle a la venta, se incluye un bajo Höfner Violin Bass como el de McCartney, una batería que imita a la Ludwig Pearl de Ringo Starr y un pedal metálico para la misma, además de un micrófono, un pie de micro y contenido adicional. Lo cierto es que tocar el repertorio musical del juego con instrumentos personalizados (también están disponibles la Gretsch Jet Duo de Harrison y la Rickenbecker 325 de Lenon) tiene que molar lo suyo. Aunque todo tiene un precio, y en este caso habrá que desembolsar los 199’95 euros del ala ((Desconozco si en el precio se incluye un corte de pelo)), cualquiera que sea el sistema para el que se compre el bundle. Las guitarras personalizadas costarán 99’95 euros cada una, independientemente también de la consola. Y qué mejor idea para la finalizar presentación tan especial que EA ha querido hacer de este The Beatles: Rock Band, que la actuación de Abbey Road, un grupo tributo (muy tributo) a los Beatles, como broche. De igual modo, los utilizamos nosotros también para cerrar esta crónica, no sin antes recordaros que en la página siguiente hemos dejado unas cuantas fotos del diverso material de colección que se pudo ver expuesto por allí.