
Casa en esquina
Análisis de Lone Ruin
¿Puede la estructura de un juego ensuciar o incluso ocultar sus propias buenas ideas? Cuddle Monster Games se enfrenta a este dilema.
¿Puede la estructura de un juego ensuciar o incluso ocultar sus propias buenas ideas? Cuddle Monster Games se enfrenta a este dilema.
El dodge ‘em up de Digital Kingdom es una colección de buenas ideas y buenas decisiones, un arcade tan fluido e inteligente que casi parece flotar.
Criterion Games marca el camino a seguir para una saga que se sigue manteniendo repetitiva en la forma de presentar su estructura, pero que demuestra su capacidad para sorprender con lo mejor de las carreras arcade.
La interesante premisa de lo último de PanicBarn queda empañada por sus problemas técnicos y un tedioso diseño de sus misiones y del acercamiento su mundo.
El debut del estudio belga Glowfish Interactive tropieza con su propia ambición, proponiendo un gameplay más interesante sobre el papel que en la práctica.
Lo nuevo de Super Mega Team mezcla géneros con buena mano y buen gusto en una aventura expansiva y ambiciosa, en la que se nota mimo en cada rincón.
El RPG táctico por antonomasia vuelve a la actualidad con una remasterización que quiere ser también algo así como la versión definitiva del juego.
Una secuela inesperada que respeta sus orígenes en PS2 quizá demasiado, tropezando más de la cuenta en sus propias formas y manías.
Lo nuevo de Flying Wild Hog, su tercer juego de este año, aplica la filosofía del estudio —fórmulas conocidas + máxima intensidad— a una historieta grindhouse del Oeste en la que no hay un momento para el respiro.
El debut de rose-engine tiene claros sus referentes y sabe cómo trasladar sus virtudes al videojuego presente, mientras eleva el legado de los survival-horror clásicos con una propuesta con identidad propia.