Una red muy alta

Análisis de Grand Slam Tennis 2

Análisis de Grand Slam Tennis 2 A pesar de su dominio absoluto en algunos campos (igual habéis oído hablar de una serie de juegos de fútbol que se llama FIFA), Electronic Arts no tiene el monopolio de la simulación deportiva. El caso de NBA 2K es clarísimo, y parece que EA quiere ganarle un poco de terreno a 2K, viendo que por el basket va a ser imposible, plantando cara a otra de sus franquicias potentes: Top Spin. Después de una tentativa de arcade para toda la familia con la primera entrega, Grand Slam Tennis 2 intenta encontrar el punto medio perfecto entre la simulación y el gusto por el detalle de otros productos de EA y la accesibilidad arcade que haga que cualquiera, sepa o no de tenis, pueda coger el mando y disfrutar de lo que el juego ofrece. Hasta aquí bien. Las intenciones son las mejores, y el saber hacer de Electronic Arts en materia deportiva es innegable; los valores de producción se pueden ver desde el primer menú (con el equipo de diseño de Fight Night a cargo de ellos) hasta el último minuto de cada partido. Es un juego muy mimado: podemos jugar el Open de Australia, el US Open, Wimbledon y Roland Garros, manejar a un buen montón de tenistas y vestir ropa de casi todas las marcas que se suelen ver en el tenis profesional (desde Adidas o Nike hasta Lacoste y Wilson); por presupuesto e intención de conseguir el juego de tenis más completo que no sea. Visualmente también es fantástico, a pesar de que flojee en lo relativo a animaciones, genéricas y poco inspiradas: se nota que hay tecnología muy potente, otro punto de unión con Fight Night (del que toman prestado el motor gráfico), y que saben cómo usarla. No es tampoco en el sonido en lo que falla Grand Slam Tennis 2, porque los jugadores suenan bien, los golpes suenan bien y los comentaristas suenan todavía mejor: ahí tenemos a Pat Cash y al insuperable John McEnroe hablando de lo que sucede en la pista, con gracia aunque un repertorio de comentarios que no tarda mucho en repetirse un poco. Una de las novedades principales respecto a su competencia es el uso, ya casi marca de la casa de EA, del stick derecho. Se nota trabajo detrás de este nuevo concepto: funciona bien y, aunque se nota margen de mejora, es fácil acostumbrarse a poco que hacemos el esfuerzo de comprender cómo funciona. La idea es tratar de imitar los movimientos reales de la raqueta usando el stick; su funcionamiento es tan sencillo que apenas hace falta recibir ninguna explicación para empezar a usarlo. Es recomendable pasarse por la escuela de tenis de McEnroe, eso sí, para entender del todo cómo calibrar la potencia y la dirección de los tiros. A pesar del enorme esfuerzo invertido en hacer que su juego fuera el mejor producto de tenis posible, da la sensación de que EA ha flaqueado en algunas de las cosas más importantes. El usuario solitario no encontrará la misma riqueza de modos para un jugador que en los Top Spin; un ejemplo es el modo Carrera, demasiado complicado donde necesitaría simplificar un poco y demasiado simplón donde se le requeriría más profundidad: su esquema es demasiado repetitivo, y hay que echarle muchas ganas para hacer los diez años y llevar a nuestro tenista a lo más alto. La curva de dificultad, además, hace que, quién sabe si por afán de hacer el juego más accesible, resulte aburrido ganar los primeros años sin que nuestros rivales sepan apenas defenderse. Los partidos clásicos, divididos por décadas, sí parecen un intento más convincente de ofrecer un modo de juego interesante. Desde el John McEnroe contra Bjorn Borg de 1980 (muchos hubiéramos preferido haber podido escuchar a McEnroe decir su célebre you cannot be serious, the ball was on the line contra Tom Gullikson en el 81, claro) hasta un más actual Nadal contra Federer, es una forma muy buena de repasar las últimas décadas del tenis, desbloqueando nuevos partidos mediante un sistema de puntos que le da algo de emoción al asunto. Antes hablaba de la dificultad, y es un tema escabroso. Además de una inteligencia artificial que a menudo no sabe reaccionar correctamente a nuestras tácticas, da la sensación de que los niveles de dificultad están diseñados pensando en el pequeño escollo de tener que familiarizarse con el Total Racquet Control, el sistema de control con el stick derecho; si cometemos la aparente osadía de utilizar los controles clásicos, con los botones (podemos combinar, y esto está muy bien, el control con botones y stick en cualquier momento de la partida; no hace falta cambiar nada en la configuración), empezaremos a fulminar a nuestros rivales con más facilidad de la cuenta. Un juego de este tipo necesita, sí o sí, que cada partido suponga un reto, que cada pelota nos haga sudar un poco; aquí, antes de la dificultad más alta apenas necesitaremos jugar con ganas para ganar sin problema. En las opciones multijugador es donde brilla con más fuerza. EA ha aprovechado todo lo que han aprendido en los últimos años con FIFA, y se nota que funciona bien: la base pseudo social sobre la que se erigen muchos de sus últimos multijugadores está presente aquí, y le va como un guante. A pesar de esta fortaleza en sus raíces, a no ser que queramos dedicarle muchas horas (que podemos, sin problema) a hacer lo mismo sin apenas variaciones o posibilidad de toquetear la estructura de nuestros partidos se nos acabará quedando un poco corto antes de tiempo; no es que le falten muchas cosas, pero las que le faltan hacen que el resultado quede más soso de la cuenta. Grand Slam Tennis 2 está lejos de ser un mal juego. Se nota mucho saber hacer y ganas de convertirse en un rival que Top Spin tenga que tener en cuenta. De momento, no obstante, EA todavía está un poco lejos de conseguir su objetivo: creo que los fans del tenis no le pasarán por alto los puntos flacos a Grand Slam Tennis 2 precisamente por estar concentrados en las partes más importantes. Veo probable, eso sí, que en un par de años podamos hablar de una guerra auténtica entre EA y 2K por el trono; de momento, Grand Slam Tennis 2 se tiene que conformar con recoger pelotas y confiar en que seguir aprendiendo. Estoy seguros de que no le costará acabar jugando con los mejores. [6]
  1. pushin

    Grand Slam Tennis 1: MEH
    Grand Slam Tennis 2: Los jugadores se parecen a la realidad. Eso no lo pueden decir Virtua Tennis, Top Spin, Smash Court Tennis ni la puta que los pario.

  2. aLeXxX

    Digamos entonces que Grand Slam Tennis 2 está en el lugar en el que estaba FIFA hace algunos años con respecto a PES donde tenía el motor gráfico más potente pero en cuanto a jugabilidad te podías cruzar el campo entero tu solo y marcar gol sin que te rozase el equipo contrario…

  3. Juandachu

    Es una pena. Tenía muchas esperanzas depositadas en este juego. Desde el Smash Court Tennis: Pro Tournament 2 de PS2 no he dado con un juego de tennis que me enganchara.

  4. saint whistle-duck

    Esperaba este analisis como agua de mayo. Para Lo que no esperé fue para pillar el top spin 4 baratito después de probar la demo de smash court tennis 2. Tenía fe en el juego pero me decepcionó. De momento estoy disfrutando bastante con top spin 4