En Pan Pan eres unas bragas voladoras que disparan rayos

Hemos tenido una semana convulsa en cuanto a la cuestión genital. Ya sabéis que con todo el asunto de los penes y las vulvas en Watch Dogs 2 se ha montado un chocho, si me perdonáis la tontería, algo disparatado. Así que no sé si será casualidad la aparición de un juego que conceptualmente contrarresta la carencia de ropa interior.

Pan Pan es una batalla de bragas voladoras donde los combates se libran a base de bolas de energía, armas de fuego (unas bragas disparando con un rifle de francotirador, probablemente sea la primera vez que alguien construye esta frase) e incluso katanas.

Tal como señalan en Destructoid, es una inversión de la clásica premisa de videojuego hentai softcore, que a menudo juega con esa tarea (real y muy seria para algunos señores orientales y no tan orientales) de ir recopilando el máximo número posible de bragas usadas, y potencia el fetichismo hasta el punto de convertir el objeto en protagonista único. Vamos, que es una chaladura lo mires por donde lo mires, pero hay una reflexión interesante en el hecho de hacer juegos no sexuales sobre fetiches sexuales que no voy a llevar a cabo ahora para que no me llaméis pedante.

Su autor, que curiosamente no es japonés sino taiwanés, parece tener mucho empeño en transmitir la idea de que Pan Pan no es un juego sucio y que incluso goza de cierta profundidad, otorgando a cada braga una personalidad y capacidades distintas sobre el campo de batalla. Habrá que creerle.